Blood Orange Galette

219 27 7
                                    


Despertarse a las ocho de la mañana nunca fue el punto fuerte de Taehyung, así que despertarse a las cinco y media para llegar al aeropuerto a las ocho estaba fuera de cuestión. Y, sin embargo, Jungkook aún estaba sacudiendo el hombro de Taehyung y diciéndole que se levantara y se vistiera a esa hora del demonio.


—Oye, vamos. Despierta, tenemos que estar allí una hora antes para el check-in. Puedes dormir en el avión.


Taehyung gruñó y rodó hacia un lado, ocultando su rostro en la almohada.


—¿Qué te parece si solo te doy una mamada y...? —bostezó—. ¿Vamos a La Madeleine cuando nos levantemos...?


Jungkook le dio un golpecito en la nariz y Taehyung chilló.


Con un poco más de persuasión, que incluía una promesa de bagels con queso, estaban vestidos (lo suficiente), en el coche y en su camino al aeropuerto. No había tráfico, solo carreteras oscuras y vacías, neblina en el suelo y las farolas reflejándose en la superficie. Taehyung bostezó y apoyó su cabeza en el hombro de Jungkook, recibiendo un dulce beso en la frente.


Taehyung sonrió y se acurrucó más cerca.


Después de aparcar, tomaron un pequeño servicio de enlace hacia la terminal. Se registraron y llegaron a su puerta de embarque con bastante tiempo libre para que Jungkook complaciera a Taehyung en su necesidad de un bagel mañanero. Sentado con comida en mano (eso sí, era un sándwich de jamón y queso) y vaso de zumo de naranja, Taehyung se sentía mucho más alerta y despierto. Jungkook, por otro lado, mordisqueaba lentamente su comida y tomaba sorbos de su café.


Taehyung observó a la gente pasar. Hombres de negocio, familias, mochileros, pilotos. Maletas de diferentes colores, morrales y equipajes de mano. Nativos y turistas. Había pasado años desde que había viajado en un avión, aunque había recogido a gente del aeropuerto muchas veces desde entonces.


Y luego volvió a mirar a Jungkook. Su novio todavía tenía la misma expresión atontada en su rostro, ojos más pesados de lo usual. Su cabello estaba hecho un desastre y llevaba una camiseta; una camiseta de verdad, raída en las mangas y con el logotipo ligeramente desteñido (era una vieja playera de Master of Puppets), y cada vez que flexionaba un poco, la definición de sus músculos se hacía visible. Bostezó otra vez, lágrimas acumulándose en las esquinas de sus ojos, y Taehyung sonrió.


—¿Hm?


—Nada —dijo el chico, todavía sonriendo. Podía observar a Jungkook durante horas y no cansarse. Puede haber sido porque rara vez veía a Jungkook a tan soñoliento. O quizá él era el que estaba con sueño y no estaba pensando bien.


Jungkook se rio entre dientes, sacudiendo la cabeza y buscando su maleta más pequeña.


—Bueno, mientras estás en tu charla de "no es nada", tengo algo para ti.


Taehyung frunció las cejas y se inclinó hacia delante con curiosidad mientras Jungkook abría su bolsa y rebuscaba dentro.

Sugar On Top ➳ KOOKTAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora