Capítulo 4

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El pequeño de 3 años se encontraba llorando en su gran habitación, su madre le había dicho que el día de hoy no podrían salir hacia el lago como era costumbre, ya que personas importantes llegarían al palacio. Pero el era un niño, y no entendía porque era tan importante desviar sus planes, por personas desconocidas que irrumpian su hogar.
Su nana Jiyu ya había vestido de ropas elegantes al pequeño, pero este se negaba a salir de su habitación.
Sentado en el suelo con su espalda pegada hacia los bordes de aquella cama, el pequeño príncipe lloraba, las lágrimas recorrían aquellas mejillas abultadas completamente rosadas.

Tres golpes resuenan en aquella puerta de madera.
-Mi pequeño, lamento mucho lo de hoy, ven a fuera hay alguien que quiere conocerte- el infante escuchaba desde el otro lado a su madre.
-Do, do quiero mami-
-Bien, si no quieres salir, iremos hacia ti.
La puerta se abrió, dejando ver a su hermosa madre, quien a su lado yacía un niño un poco más alto que el, curioso con lo que estaba pasando.
-Jisungie, cariño déjame verte- su madre se acercaba a su lindo hijo, que se encontraba hecho bolita, con su rostro cubierto por sus dos brazos.
-Do mami, me metiste, estoy muy tite- decía el pequeño niño.
-Te prometo que mañana jugaremos en el lago, todo lo que tu quieras-
-¿Me do prometes?- dijo alzando al fin su rostro, para que su madre pudiera verlo.
-Si cariño, te lo prometo-
-Te amo mami, ered la mejor- dijo Jisung, abrazando a su madre.
Sus ojos se posaron en los del pequeño que aún se encontraba expectante.
-¿Mami quien ed ese niño?- dijo Jisung mientras se escondía tras su madre.
-Oh cariño- habló- Este niño apuesto que esta aquí, se llama Lee Minho, vino a saludarte-
-¿Puede ser mi amigo?- preguntó curioso Jisung
-Mmm, no lo hay que preguntarle a Minho, ¿te parece si le preguntas?-
Jisung asintió y con algo de desconfianza, se apartó de su madre y se dirigió hacia Minho.
-¿Ered un príncipe igual que yo?
-Si, y también soy mayor que tú-
-¿Cuantos años tienes? Yo tengo así- dijo Jisung mientras levantaba sus tres deditos.
-Yo tengo así- dijo ahora Minho mientras elevaba sus cinco dedos.
-Eso es como mucho- dijo Jisung con su boca y ojos muy abiertos ante la impresión.
-Príncipe Lee Minho Hyung, ¿podemos ser amiguitos?-
-Mmmmm- dijo Minho mientras posaba su dedo índice en su barbilla- Sip, pero con la condición de que me lleves al lago también-
-SI SI SI, mami y yo te llevaremos mañana, y jugaremos mucho-
-Entonces si, seremos los mejores amigos- dijo Minho con una gran sonrisa.
-¿Mejores amigos? ¿Qué significa?-
-Son dos personas que se quieren mucho, y se confían sus secretos, y también se cuidan- dijo Minho.
-Yo te voy a cuidar Hyung- dijo un inocente Jisung-
-Yo cuidare de ti porque soy mayor que tu-
-¿Y yo que voy a hacer entonces?-
-Quererme mucho-
-Seré el mejor haciendo eso Hyung, no te decepcionare- Jisung estaba muy muy feliz.
-¿Viste mami? Ahora tengo un amigo-
-Me alegro mucho mi pequeño, Minho cuidara bien de ti- la reina sonrió, agradecida de lo feliz que su hijo se encontraba.
-Pueden quedarse aquí mis niños, le diré a Jiyu que venga a cuidarlos- beso ambas frentes y salió de la habitación, dejando a los dos pequeños disfrutar de su nueva gran amistad-
-Ven Minho Hyung, te enseñaré mis juguetes favoritos-

Y así, los dos pequeños estuvieron toda la velada en su propio mundo, contándose sus secretos, riendo de cada ocurrencia, escapando así del bullicioso ruido que acompañaba a aquel palacio, creando entre sus susurros y risas, una melodía tan más preciosa. El comienzo de una amistad inquebrantable, creciendo entre ambas almas, la raíz de él más puro de los sentimientos, dos corazones que en el algún lapso del tiempo, palpitaran en una misma sincronía.

-Cumplí ¿no es así?- Han Jisung se encontraba frente al espejo de aquella habitación, arreglando su corbata, perdido en sus pensamientos, más bien en aquellos recuerdos que, día y noche dañaban su corazón.
El teléfono pronto empezó a sonar, atrapando así la atención de Jisung.
-¿Si?
-Buenos días, ¿hablo con el joven Han?- se escuchó al otro lado de la línea.
-Emm si, ¿Quién habla?- decía mientras arrugada su frente
-Oh, verá el Presidente Lee, me mandó para que lo recogiera, estoy afuera de su edificio.
"Debe de ser una broma", pensó. Así que salió de su habitación y se dirigió al living, arrastrando sus pies hasta quedar frente a la gran ventana que le permitía ver la ciudad, bajando la mirada se topó con un coche negro, recargado en el se encontraba un joven esperando por el.
-No se preocupe, puedo ir solo- dijo Jisung en el intento de convencerlo, pero el otro no cedió.
-El Presidente Lee fue muy claro joven Han, es requerido hoy en la empresa-
Jisung bufo, se resignó y le dijo al que aún seguía en aquella llamada.
-Bien, enseguida bajo- dijo mientras pasaba sus dedos por la cien.
No tardó en bajar y encontrarse con el chófer que lo llevaría hasta la empresa, este le abrió la puerta de la parte trasera para que pudiera entrar. Jisung estaba algo incómodo con la situación, desconocía el porqué de la insistencia de Lee.

Nuevamente el sonido de una llamada molestó a Jisung, mirando su teléfono divisó un número no registrado, no iba a contestar, pero algo le decía que lo hiciera. Y así fue, que tomó aquella llamada.

El otro ni siquiera esperó una respuesta.
-Espero que no hayas tenido un contratiempo, y según lo calculado ya deberías estar cerca- se escuchó al otro lado de la línea.
-¿Disculpa?- dijo Jisung con duda.
-Lamento no avisar que alguien llegaría por ti, pero no podía permitir que huyeras de mi, si todo sale bien, la colección se estaría lanzando hoy mismo.
Jisung ya se pudo dar una idea de quien se trataba.
-Esto básicamente es un secuestro Presidente Lee-
Jisung escuchó como una risa sarcástica emitía Lee al otro lado de la línea.
-No es un secuestro si la víctima se entrega voluntariamente, pudiste no haber salido, pero mírate estas viniendo directo hacia tu depredador.
Touch, tenía razón, y Jisung se maldecía internamente por dejarse intimidar por el otro.
-El mismo Lee- dijo Jisung, percatándose que lo había dicho en voz alta, llevando así sus manos hacia su boca, esperando que el otro no lo haya escuchado.
-¿Perdón?- había cierta confusión en la voz de Minho.
-Emm, me refería a que ya sabe, el mismo Lee del que he escuchado hablar y eso...- hizo una pausa percatandose de algo- ¿Cómo conocía mi dirección, y mi número telefónico?-
-Con una sola llamada, en menos de una hora tuve toda tu información sobre mi escritorio-
-Más que un secuestro, esto es acoso-
-Secuestro, acoso o como lo quieras llamar, en fin te diriges hacia mi oficina a penas llegues a la empresa, sin trucos Han- dijo Lee antes de colgar la llamada.

Mientras tu corazón viva en mi almaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora