PEQUEÑO SAN VALENTIN [Drarry]

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Los días habían pasado, y entre esos días de vacaciones no había día en donde los pequeños no se mandaran cartas. Ninguno de los adultos sabían que eran lo que se escribían, ya que ninguno quería invadir la privacidad de sus pequeños, ya al ser su primer amor.

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El pitido de la locomotora resonó en aquella estación, dando inicio a la partida de regreso a sus casas.

Despidiéndose de sus seres queridos, provocando llantos, suspiros, risas, emoción y adrenalina por las nuevas aventuras que vivirían.

—¡Harry! ¡Rápido ya esta apunto de partir el tren!.—Grito una castaña en una de las entradas al transporte.

Asintiendo con la cabeza, fue abrazar a sus dos padres, proporcionándoles un beso a cada uno junto con un abrazo, recibiendo palabras de aliento de ellos. Separándose y corriendo con su baúl al tren entrando sin más.

Buscando con sus mejores amigos que conoció el año pasado un muy buen vagón para pasar todo el viaje, caminaban y caminaban.

Ya que los vagones eran aleatorios y cualquiera los pudiera utilizar, los primeros estaban ocupados, provocando que llegarán hasta los de hasta atrás, pasando en uno de ellos, un rubio vio como una mata de cabellos azabache pasarán levantándose de inmediato abriendo la puerta de su vagón.

—¡Harry!.

El par de ojos esmeralda voltearon con emoción al reconocer aquella voz, chocando miradas entre sí.

—¡Draco!

Ya que la emoción los invadió a los dos, corrieron mutuamente abrazándose al instante, dejando boquiabiertos a sus amigos de los dos.

—¿Aún no encuentran vagón?.

—No, aun no—sonrió tímido.

Invitándolos a su vagón, cosa que los amigos del azabache lo duraron un poco, pero al verlo entrar sin dudar fueron atrás de éste de inmediato sentándose en el lado contrario de las pequeñas serpientes, con un ambiente tenso que se fue suavizando con el transcurso del viaje, al punto de que risas inundaran aquel vagón.

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Después de llegar a Howards ninguno de los dos grupitos de trío se dedico a hablar o mirarse

Cosa que hizo que el azabache se sintiera olvidado, recordando la historia de amor de sus padres, contado por su papá James y reafirmado por su padre Tom.
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—Yo debía dar el siguiente paso, según Tom.—Menciono irónico, mostrando una sonrisa de burla a su esposo.

—Tenía que afirmar que si me correspondías.—Ahora hablo avergonzado de brazos cruzados aquel ojiesmerada.

—Lo hice, ¿no?.

—Sí....

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Llevando su puño a su otra mano en forma de determinación, decidido a que debía reafirmar aquella propuesta que había recibido en su casa.

—Es mi turno.

Pasando los días, aquel azabache había planeado su forma de recordarle ahora a su...eh...¿Qué eran?...Bueno, no lo sabía aún, pero debía reafirmar lo que le había dicho en las fechas de los enamorados.

Tomando todo su tiempo, aquel plan, había ignorado y "evitado" al pequeño ojiplata las veces que se topaban por los pasillos o en clases. Causando que se sintiera cómo un juguete que ya no quieres, tirandolo sin más.

Caminando con su grupito de amigos inundado en sus pensamientos, dejo de ver por donde iba, siendo parado por una pequeña voz.

—Dragón...

Con la ligera cabeza baja y sonrojo en sus mejillas tostadas, se estaba incorporado al frete del lago negro, con los brazos atrás de su cuerpo escondiendo algo.

—Potter.

—¿P-Potter?...—sintiendo ardor y presión en su pecho, picaban sus ojos esmeralda, sabía que iba a llorar en ese momento, pero sacudió la cabeza de un lado a otro, alzandola con coraje, recordando las palabras de su padre:

"Un Riddle nunca se deja pisotear"

Soltando un suspiro de coraje, se encaminó con seguridad hasta quedar frente a frente al rubio, mirándolo con coraje y cariño al mismo tiempo.

—Dragón...he venido a reafirmar lo que me pediste...

—¿C-cómo?...

Con suavidad saco sus brazos detrás suyo, mostrandole un hermoso ramo de flores blancas, míentras una lechuza blanca se posaba en el hombro del azabache teniendo en su picó unos chocolates suizos.

—Draco Malfoy.—Quedó en silencio unos segundos, cambiando su rostro duro a la sonrisa más encantadora que había visto aquel Malfoy menor.— Aún quiero ser tu San Valentin y quiero que seas él mío de aquí en adelante.

Risitas invadían aquel momento por parte de los amigos del líder de las serpientes, ignorandolas olímpicamente por aquellos dos.

En su burbuja de azúcar, se miraban a los ojos con cariño y amor. Provocaban que la serpiente tomará con cariño las flores y los chocolates, invadiendolo el color escarlata en sus mejillas con intensidad.

—Pensé...que ya no...

—Bueno, mis padres me dijeron que los Slytherin tienen la costumbre de esperar una reafirmación.

Agrandando sus ojos por sorpresa y entusiasmo tomó al contrario en sus brazos, proporcionándole un cálido abrazo, teniendo cuidando de no aplastar los preciados regalos.

Recordando que su padre le había comentado la situación de la reafirmación, contando que si no recibía nada en unos días, él contrario no era digno.

—Perdón por tardar...yo...es difícil traer flores y chocolates de afuera...entonces-...

—Acepto. Mi león.

Sintiendo más fuerza en el abrazo por el pequeño león, entendiendo que era muy feliz al aceptarlo también.
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Cerrando por fin aquel pacto entre los dos, pacto, que cambiaría sus vidas de ahora en adelante.

AHORA SI, FINAL.

PEQUEÑA HISTORIA QUE SE ME OCURRIO.

INSPIRACIÓN DE UN VIDEO QUE VI EN INSTAGRAM.

AUNQUE EN EL VIDEO ERA CREO UN NIÑO DE 5 AÑOS DE EDAD QUE LE LLEVABA REGALOS EL DIA DE SAN VALENTIN A UNA NIÑA HASTA SU CASA.

¡SE VEIA BIEN BONITO! ¡TRAIA TRAJE! Y ESA MUY RESPETUOSO CON LA CASA COMO CON ELLA Y SUS PADRES.

LA VERDAD PENSE COMO SERIA EN EL CASO DE LA PAREJA DARRY Y ESTA PEQUEÑA HISTORIA SALIO.

SIN MÁS. ESPERO QUE HAYAN DISFRUTADO MI HISTORIA. PRONTO HABRA MÁS EN MI PERFIL.

ATT: GOLDENR00SE.