Tras escuchar el grito, Jimin cerró el libro a regañadientes y se puso en pie frente al resto.
──Park, eres el bailarín principal, ¡no puedes permitirte distracciones! ──Le regañó el director──. Y mucho menos cuando la obra es mañana.
──Sí, director...
Por dentro Jimin quiso estrangularlo con sus propias manos. Había ensayado día y noche, había reducido sus relaciones sociales y familiares por esa obra e incluso no sé había saltado su dieta estricta.
──Bien, esto es todo por hoy ──concluyó el hombre, mirando a todos los bailarines──. Os quiero a todos aquí mañana, a las seis.
Un murmullo se esparció por el escenario, mientras el hombre y su ayudante recogían sus cosas de las butacas del teatro.
──Pero... Señor, la obra es a las ocho.
El director soltó una carcajada irónica.
──Exacto, necesitaréis dos horas más para ensayar este desastre.
Jimin rodó los ojos. Era el director y la compañía más exigente para la que había trabajado nunca, y eso que había comenzado a bailar desde los siete años.
Con un bufido volvió a sentarse para poder deshacerse de esos odiosos zapatos.
De no ser por el costoso alquiler de su apartamento, habría dejado ese papel después de los primeros tres gritos que recibió. Pero para vivir en el centro de Seúl necesitaba hacer algunos sacrificios.──Eh, Park ──llamó una joven a su lado, apenas unos años menor que él, sentándose──. Unos cuantos vamos a cenar, ¿te apuntas?
Jimin negó al instante, sin sopesarlo.
──Necesito regular la dieta y tener tentaciones alrededor no me ayudará nada, perdón. ──Se excusó.
La chica se encogió de hombros tras la quinta negativa en la semana y se alzó en dirección contraria.
Jimin tomó los zapatos, su bolsa y el libro y se fue a los camerinos del teatro, dispuesto a cambiarse. Sin embargo, en ese instante la orquesta que debían hacer de banda sonora al día siguiente, entró.
──Vamos, rápido, por aquí ──indicó una mujer canosa, guiando al grupo.
Él se dio más prisa, porque no quería interrumpir, pero al apretar su paso, chocó con un maletín en forma de violín.
──Ay, perdón ──murmuró, sobándose la pierna.
──Ten cuidado, no querrás que el protagonista se lesione un día antes ──bromeó el violinista.
Cuando Jimin alzó la mirada, se topó con unos ojos carismáticos, de una base marrón oscuro y pinceladas amarillas, confeccionando un color ámbar único.
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❝ Melodía inmortal 𝄄 𝑩𝑻𝑺 ❞
Fanfiction"Jungkook tocaba el violín. Yoongi tocaba el piano. Jimin bailaba para ambos." 𝐒𝐈𝐍𝐎𝐏𝐒𝐈𝐒: Los vampiros son más accesibles de lo que creemos. Podría ser tu vecino, un compañero de escuela, tu jefe... Para Jimin, fue ese chico al violín el que...