Cap 6 - Confesiones

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Kate-

Saben... Estar enamorada es una cosa muy extraña, mis pensamiento se desvían siempre hacia ella, sea lo que sea que este haciendo, puedo estar viendo una película o lavándome los dientes o hablado con Clint y de pronto mi mente empieza a divagar es su cara, su pelo, su olor, sus ojos verdes, sus labios, su risa... preguntándome qué ropa llevara puesta, que pasara la próxima vez que nos veamos y para rematar el permanente estado de ensoñación, mi estómago se siente como si estuviera atado a una cuerda elástica que sube y baja durante horas hasta que al fin acabé deteniéndose al lado de mi corazón así es como me sentí desde día que conocí a Yelena Belova, da lo mismo que ignorara mis sentimientos hacia ella todo este tiempo que estuve allá en Misuri con los Barton porque desde que la volví a encontrar aquí en Nueva York mis emociones lo único que hicieron fue intensificarse y ahora lo acepto, estoy enamorada de Yelena

Por cierto, debo admitir que haber estado abrigada por los brazos de Yelena y sentirla cerca mientras dormíamos, me resultaba muy cómodo, después de tanto tiempo puedo decir que realmente descanse. Desearía seguir durmiendo más seguido de esta forma: Junto a la espía.

- ¿Como dormiste, Rubia? - Cuestione con un tono apacible, segundos después, Yelena volteo su cuerpo y se apoyó sobre su brazo derecho para acomodar su rostro.

Mi hermosa rusa enfocó su mirada en mi mano y jugueteó con ella delicadamente, trazando con sutileza las líneas marcadas de la palma de mi mano, por último, entrelazo nuestros dedos. Yo solo la observe, ya me había dado su respuesta sin hablar, así que solo me tome el momento cálido y cercano para disfrutarlo.

Nuestras miradas se habían vuelto a encontrar, esos intensos ojos verdes, esos que provocaban de todo en mí, nos quedamos viendo y acercamos nuestros rostros, hablamos con la mirada y sellamos lo que nos dijimos con un beso, describir lo que siento era imposible, pero estoy segura de que alguien que encontró al amor de su vida lo entendería.

Un beso lento, anhelado, esperado, deseado probablemente desde que nuestras miradas se encontraron por mira vez en aquel techo, ese beso que volvió a hacer que todo dentro de mí se regocijara de alegría. No sé en qué momento Yelena me sujeto de la cintura ni en qué momento enrede mis dedos sobre su cabello, lo único que sabía es que mis pensamientos habían cambiado, cuando conocí a Yelena deseé que alguien la hiciera feliz, pero desde que la bese, deseé que ese alguien fuera yo.

Nos separamos con delicadeza, pero mirándonos con intensidad, sonreírnos mientras sosteníamos la mirada, luego Yelena miro el reloj en mi mesa de noche y se levantó en silencio para ir al baño, cuando la perdí de vista me aferre a mi almohada y la estruje de felicidad mientras seguía sonriendo como boba. Al escuchar que la rubia se había metido a la ducha decidí bajar para prepararle un desayuno, no soy una buena cocinera espero que unos Wafles sean suficientes.

...

Y ahí estaba, muy hermosa, apoyada en el marco de la cocina mientras mantenía su mirada fija en mí, esa mirada que hacía temblar hasta mi alma - Kate debo salir un momento ¿estarás bien sin mí? - Yo solo le dedique mi mejor sonrisa y me acerque a ella.

- Claro que si Rubia - Rodie su cintura con mis brazos, coloque mi rostro en el espacio de su cuello y clavícula. Pude sentir como la piel de su cuerpo se erizaba a mi tacto, me fue imposible no soltar una risita ante eso - Aquí te espero Yelena - Cerré mis ojos esperando una respuesta, pero no recibí ninguna, a los minutos comencé a alejarme.

Cuando estaba por alejarme por completo ella me detuvo para juntar nuestras frentes - Deberías llamarme "Rubia" más seguido, me gusta - Luego me alejo para mirarme a los ojos - Volveré pronto - Me dio un beso casto y salió de la cocina. No necesitaba un espejo para saber la boba sonrisa con la que me dejo la rubia.

Mi novia arquera que se volvió mala (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora