Mundo de fantasía

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sugerencia. Acompañar o escuchar después la canción «Magia» de Andrés Cepeda y Sebastián Yatra, la cual inspiró esta historia.

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Recorrieron el camino en un completo silencio. Seguían tomados de las manos con los dedos entrelazados. Tomoyo veía de reojo a su amigo que llevaba fija la mirada al frente, su expresión sería le preocupó. Generalmente Eriol era risueño, siempre buscaba la manera de divertirla o contarle alguna aventura, pero en esa ocasión su manera de actuar era completamente distinta a la que ella conocía. Quería preguntarle si le sucedía algo, pero la calidez que le transmitía el contacto con su mano la hicieron confiar y no decir nada hasta que llegaran al lugar que le había mencionado.

—Sentémonos aquí —indicó el ojiazul al llegar al frondoso árbol de cerezos—.Ven te ayudo.

—Gracias. —Tomoyo aceptó que la ayudara a sentarse encima de una manta que estaba ubicada cerca del tronco del árbol—. ¿Qué es todo esto? —indagó curiosa, notando que habían unas pequeñas estatuillas de duendes, mariposas y hadas a su alrededor.

—Esto es parte de la sorpresa que te tengo preparada —respondió soltándose lentamente del agarre de la chica, tomando entre sus manos a una pequeña hada que curiosamente se parecía mucho a ella.

—No recuerdo haberte mencionado que me gustaran estos personajes y que yo recuerde... a ti tampoco te gustan, ¿oh sí?

Eriol no respondió, se limitó a seguir contemplando la figura que tenía entre sus manos, la veía con tanta devoción que Tomoyo pensó que algo muy extraño le estaba sucediendo.

—Tomy... Hay algo que debo preguntarte —expresó más serio de lo que alguna vez lo había visto.

—No respondiste mi pregunta —murmuró—. Dime que quieres preguntarme. —Su expresión también se volvió seria, no tenía ni la más mínima idea de que iba a decirle.

—Tomoyo Daidōji, ¿me amas? —dejó a un lado la estatuilla, giró su cuerpo para quedar frente a frente, clavó sus ojos en ella quien en esos momentos no lo veía. Su pregunta la había dejado en shock así que volvió a preguntar— ¿Tú me amas o, me lo vas a negar?

La aludida seguía sin palabras, la última pregunta había sonado como una afirmación. Comenzó a sentir cómo su corazón latía tan fuertemente que parecía que iba a abandonar su pecho, un sudor helado le empezó a recorrer por las manos al percatarse que esos ojos zafiro la veían tan fijamente.

»—Dime algo por favor, sabes que yo te amo desde que éramos unos adolescentes, para qué quieres seguir negan... —no pudo terminar cuando escuchó un leve tartamudeo que salía de los labios de la joven.

—Pa-para q-qué quie-quieres... ¡Para qué quieres saberlo! —exclamó con fuerza. No entendía por qué le decía eso cuando se suponía que ella había decidido hacer a un lado sus sentimientos y seguirlo tratando como un amigo.

—Quiero que seas sincera, es mucho pedir —dijo mientras estiraba la mano para tomar una de las de ella, estrechándola fuertemente—. Te amo. Y, ya no quiero seguirlo negando. —Esas palabras hicieron que la chica volteara a verlo, encontrándose con unos ojos que reflejaban sinceridad, ternura y amor.

—También te amo, pero... —musitó en una voz apenas audible, aunque el inglés pudo escucharla perfectamente.

—¿Pero?

—No podemos estar juntos, tú tienes muchas amigas especiales y, yo no quiero competir con ellas —confesó. Escondiendo su mirada bajo su sedoso flequillo.

Eriol la vio con ternura, en esos momentos parecía aquella niña pequeña que trataba de disimular sus celos cada vez que alguna chiquilla hija de algún amigo de sus padres, los acompaña alguna reunión familiar y por cortesía recibía un poco de atención de él.

¿Crees en la magia? [TomEriol]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora