𝗝𝗨𝗦𝗧 𝗜𝗠𝗔𝗚𝗜𝗡𝗘 ✧ Marvel One Shots [+18]

✮ matt murdock

❧ 𝗹𝗲𝗻𝗴𝘂𝗮𝗷𝗲 𝘀𝗲𝘅𝘂𝗮𝗹 𝗲𝘅𝗽𝗹𝗶́𝗰𝗶𝘁𝗼
❧ 𝗽𝗲𝗿𝘀𝗼𝗻𝗮𝗷𝗲𝘀: matt x mujer (oc)

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❝𝓰𝓸𝓸𝓭 𝓲𝓷 𝓫𝓮𝓭❞

Después de una incómoda comida familiar, Rachel volvió a casa con ganas de tomarse un gran vaso de licor, quitarse los zapatos incómodos y el vestido suelto que sus abuelos habían juzgado tanto, luego, deseaba echarse en el sofá a ver alguna película en la televisión. Sin embargo, cuando abrió la puerta, se llevó con una terrible sorpresa.

Matt Murdock estaba tumbado en el mueble de su sala, con el traje de Daredevil puesto. Su casco yacía en el suelo, con esos pequeños cuernos manchados con sangre, y algunas cuantas marcas de rasguños alrededor de él.

— ¿Matt?

Él levantó la cabeza en su dirección, y se mantuvo serio esperando su reacción.

No era muy bonito tener a su ex en el medio de la sala, con cientos de heridas que aún no podía identificar.

Matt no podía esperar una reacción agradable, pero no tenía otro lugar para ir.

— Sabes que existen los hospitales, ¿no? — reclamó ella

— Lo siento... Sé que dije que no te daría más problemas, pero, no tengo a dónde ir...

La pelirroja rodó los ojos, irritada, y ni siquiera quiso seguirlo escuchando, así que mientras él se disculpaba, ella caminaba hasta el baño para traer el botiquín.

Llegó hasta él, y se sentó a su lado, soltando un suspiro con decepción desde lo más profundo de su corazón.

Matt hizo un pequeño puchero al escuchar el silencio lleno de molestia que había en el aire.

— Rachel...

— Quítate el traje para curarte — ordenó, interrumpiendolo

Matt asintió, y se levantó del asiento para intentar deshacerse de lo que llevaba puesto, pero él ardor que tenía en sus brazos por las navajas que habían logrado cortar su piel no le permitía moverse con facilidad, aunque lo intentara.

Rachel se sentó a mirarlo, y cuando ya no pudo soportar verlo luchar con el dolor, se levantó de su asiento.

— Déjame hacerlo.

Matt asintió, y bajó sus brazos para dejarla encargarse.

En un movimiento ágil, ella se deshizo de la parte de arriba de ese pesado traje rojo, y de inmediato se sintió sorprendida al ver el montón de cortadas en la espalda del castaño.

— ¿A quién hiciste enojar esta vez? — cuestionó ella — ¿Gatubela?

Matt no pudo evitar reírse un poco, y luego negó con la cabeza, lleno de decepción.
— Ninjas.

— Wow.

La expresión en el rostro de la pelirroja se volvió el más sorprendido y confundido a la vez.

— Bien, tendrás que quedarte de pie mientras limpio las heridas en tu espalda — anunció, con una mueca de disgusto

Matt asintió. Aunque le dolería, no había otra opción.

La pelirroja abrió el botiquín, y sacó de ahí alcohol, algodones y algunas vendas para poder limpiar esas heridas.

Hacía mucho tiempo que no se encargaba de hacer todo eso, pero, nunca había perdido la práctica.