Parte 3: Los consejos de Yilmaz

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El sol relucía en la tarde y eso hacía que el verde de la hierba del campo brillase. Ali Rahmet estaba en la terraza de su mansión, sentado en una de las butacas, cabizbajo, jugando con el tasbih y con la mirada perdida. Yilmaz acababa de llegar a la casa y tras buscar a su padre en el salón se sorprendió al encontrarlo allí.

"Papá" dijo, pero Fekeli seguía absorto en sus pensamientos "Papá ¿me oyes?" insistió Yilmaz. Al colocar su mano sobre el hombro de su padre este reaccionó.

"Hijo, no te había visto".

"¿Va todo bien? Pareces distraído?" preguntó Yilmaz.

"Sí, solo le daba vueltas a algunos pensamientos ¿Y tú cómo estás? ¿Has estado en la fábrica?".

"Vengo de allí. Çetin y yo hemos puesto a punto las nuevas maquinarias" respondió orgulloso.

"Muy bien hijo, me alegro" Fekeli no parecía tener entusiasmo ninguno y Yilmaz al percatarse de ello se sentó en el sofá que estaba a su lado.

"¿Papá qué ocurre? Llevas un par de días abstraído. Mujgan dice que estás así desde la fiesta del gobernador ¿Pasó algo allí que te molestó?" Yilmaz alargó su brazo y puso la mano encima de la de su padre "¿Es por Hünkar y ese hombre?".

Fekeli miró a su hijo, sabía que tenía razón, desde aquella noche no estaba bien "La doctora tan observadora como siempre" rió Fekeli, "Resulta ridículo. Las personas deseamos que aquellos a los que queremos, aquellos que nos importan, sean felices por encima de todo pero cuando los vemos siendo felices sin nosotros no podemos hacer otra cosa más que molestarnos" añadió.

"¿Crees que Hünkar y ese hombre pueden estar juntos? Me parece algo imposible " Preguntó extrañado Yilmaz.

"Hasta hace poco te abría respondido que no, que tienes razón, que es imposible. Pero ya no se que decir... hace unos días Hünkar me dijo que incluso había pensado el abandonar Çukurova".

"¿Irse de Çukurova?¿Hünkar Yaman? Eso si que es imposible".

"Lo sé, pero el hecho de que lo haya pensado ya es algo fuera de lo normal" explicó Fekeli.

Yilmaz observó la tristeza en el rostro de su padre. No le gustaba verlo así. "Hünkar nunca será una persona a la que pueda tener aprecio, me hizo mucho daño, pero ha pasado el tiempo y parece haberse arrepentido. Ayudó a Zuleyha, ella la ha personado y la quiere. Eres mi padre, me salvaste la vida, todo lo que tengo es gracias a ti y quiero que seas feliz". Fekeli miro a su hijo emocionado. "No conocemos a esos hombres, no sabemos de donde son ni que intenciones tienen con los Yaman, deberías ir a hablar con Hünkar, preguntarle a ella que es lo que ocurre y así sabrás la verdad".

"Lo hice, le pregunté al salir de la fiesta. Pero al contrario de lo que siempre te digo dejé que la ira se apoderara de mi y no actúe de forma correcta. Discutimos y no pude saber la verdad" admitió Fekeli avergonzado.

"Deberías volver a intentarlo".

"Creo que prefiero no saber la respuesta, si me dijera lo que no quiero oír no sé si podría soportarlo".

"Papá viviendo con la incertidumbre no tendrás paz. Tú siempre me aconsejas, y esos consejos son lecciones que aprecio con toda mi alma. Por una vez deja que sea yo quien te aconseje. Ve a hablar con ella y descubre que está ocurriendo" dijo Yilmaz con firmeza.

Fekeli miró a su hijo y le dio unas palmadas en el hombro. Asintió con la cabeza y se levantó de la butaca "Tienes razón, no debemos ser cobardes. Debemos afrontar la vida".

Hünkeli: 40 años de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora