En el club de Çukurova relucían las fortunas, todas las personas más influyentes de la ciudad y algunas de la provincia de Adana estaban allí para acompañar al gobernador en su cumpleaños. Las mesas estaban cubiertas con paños blancos y centros de flores que hacían que el ambiente estuviese tan elegante como acogedor. Al fondo en la orquesta cada músico se preparaba para tocar su instrumento, mientras la gente hablaba entre sí sin estar aún sentados. Fekeli y Yilmaz acompañados por Müjgan y Behice entraron en el salón, tras un amistoso apretón de manos saludaron y felicitaron al gobernador que se encontraba en la puerta recibiendo a los invitados y tomaron asiento en una de las mesas. Poco después la familia Yaman hizo acto de presencia y como de costumbre todos los allí presentes observaron su llegada.
"Buenas noches gobernador, mis más sinceras felicitaciones" dijo Hünkar con una sonrisa. Al gobernador se le iluminó la cara al verlos allí. Demir hizo lo propio y tras los saludos comentaron algunas cosas sobre la situación de Çukurova. Aun no habían dejado la entrada cuando dos hombres llegaron, Demir los recibió con una amplia sonrisa y los presentó al gobernador "Estos son el señor Bora Yasar y el señor Altan Aksoy".
"Esos deben ser los empresarios con los que Demir está haciendo planes para la nueva fábrica" le dijo Yilmaz a su padre mientras señalaba con la mirada.
"¡Vaya, vaya! A Demir se lo ve tan ilusionado como a un niño con un juguete nuevo. Deben ser buenos planes para que esté tan contento" respondió Fekeli con tono irónico.
"Eso parece...no he conseguido más información sobre ellos, no se ni quienes son ni de donde vienen, solo se que llevan un par de días por la ciudad" añadió Yilmaz.
Los Yaman, junto a sus dos acompañantes, tomaron asiento en una mesa que se encontraba en el lado opuesto del salón a la mesa de Fekeli. Demir no paraba de conversar con el señor Bora. El hombre no era muy alto y le faltaba bastante pelo, tenía un bigote gris que le daba un toque carismático al rostro. Zuleyha tenía la vista perdida en sus manos apoyadas en la mesa y Hünkar hablaba amistosamente con el otro hombre que estaba sentado a su lado. El señor Altan era mucho más alto que su compañero, tanto como Demir, tenía una bonita melena negra con franjas canosas a ambos lados de las sienes, era delgado y elegante.
Fekeli no le había quitado los ojos de encima a Hünkar desde que apareció en el salón. Le parecía raro que desde que había llegado sus miradas no se habían cruzado y ella no lo había saludado con una tímida sonrisa como era costumbre que hiciera cuando coincidían en actos así.
"Los Yaman parecen muy interesados en sus acompañantes. En toda la cena Hünkar y Demir no han parado de hablar con ellos, no le han prestado la más mínima atención al gobernador" soltó Behice en tono mordaz mientras se colocaba la mano en la barbilla y observaba a Fekeli.
"A saber que estará planeando ese desalmado, seguro que planea algo malo" dijo Yilmaz apretando la mandíbula.
"No hables así hijo, si Demir Yaman ha traído a un evento así a esos hombres es porque debe tener intenciones sanas con ellos, de lo contrario no los expondría ante la mirada de todos los empresarios de Çukurova".
Mientras Fekeli y Yilmaz hablaban la orquesta tocaba, el ambiente de la celebración era muy agradable. Tras la cena, muchas parejas se habían levantado a bailar, entre ellos el gobernado y su esposa.
"¿Bailaría conmigo señora Hünkar?" Preguntó el señor Altan con una gran sonrisa.
Los ojos de Hünkar se abrieron con sorpresa "Verá yo... no creo..." no había terminado de hablar cuando Demir la interrumpió "Vamos mamá ¿Cuánto hace que no bailas? No rechaces a nuestro invitado, es de mala educación".
Hünkar forzó una sonrisa, se levantó y junto a su acompañante se dirigió a la pista. El gobernador al ver que se acercaba para bailar la saludó con alegría.
Behice conversaba con su sobrina cuando se percató de la situación de la señora Yaman "Que sorpresa, no me esperaba ver a Hünkar bailando esta noche" dijo en voz alta con una sonrisa maliciosa.
Fekeli al escucharla rápidamente apartó la vista de Yilmaz y la dirigió a la pista de baile. Al topar sus ojos con Hünkar entreabrió los labios con sorpresa y frunció el ceño.
"Vaya, que feliz se la ve...cualquiera diría que conoce a ese hombre de toda la vida" añadió Behice.
Mujgan al ver como Fekeli miraba a Hünkar golpeo sutilmente con su pierna la de su tía como señal, para pedirle que no hablase más.
"Si que se la ve feliz, si" Respondió Fekeli con un hilo de voz.
La sonrisa de Hünkar relucía. Su traje de chaqueta verde esmeralda hacía que sus ojos resaltasen más de lo habitual y su cabello rojizo estaba recogido en un moño adornado con horquillas brillantes. Estaba resplandeciente.
La noche pasó entre conversaciones y bailes. Los Yaman se despidieron del gobernador y junto a los dos hombres se dirigieron a la puerta. Al atravesar el salón justo cuando Hünkar iba a girar la cabeza hacia la mesa donde estaban Fekeli y su familia, Demir se acercó a ella interponiéndose. Así salieron del club sin que pudieran dirigirse una sola mirada.
Fekeli que no había apartado la vista de la señora Yaman desde que Behice había dicho que estaba bailando, se levantó rápidamente.
"Hijo despídete de mi parte con el gobernador cuando os vayáis, tengo que salir" dijo apresuradamente.
"¿Te vas ya papá? Es temprano aun" le preguntó Yilmaz. Pero su padre no contestó y salió por la puerta.
En la calle, los dos hombres ya se habían marchado, Demir y Zuleyha se alejaban en el coche y mientras Hünkar esperaba en la puerta a Rasid que se acercaba.
"Buenas noches señora Yaman" dijo Fekeli acercándose por detrás.
Rasid aparcó el coche y se bajó para abrirle la puerta. Hünkar levantó la mano "Espera dentro, por favor Rasid". Él asintió y se volvió a meter en el vehículo.
"¿Lo has pasado bien?" preguntó Fekeli.
"Sí, ha sido una celebración de lo más agradable, al gobernador se lo veía muy feliz".
"A ti también se te veía muy feliz. Tu sonrisa deslumbraba en el salón. Bailando has eclipsado al resto de personas Hünkar."
Hünkar se sonrojó y sonrió tímidamente " Hacía mucho tiempo que no bailaba en una fiesta. Ya casi ni recordaba como se hacia".
"Bailas con la sutileza de una gacela y ese hombre te acompañaba muy bien. Has pasado toda la noche sin parar de conversar con él " le dijo Fekeli haciendo hincapié en la palabra "hombre".
"Sí, el señor Altan es un hombre muy agradable y atento" respondió ella remarcando también con ironía la palabra "hombre".
Fekeli apretó la mandíbula, no le había gustado esa respuesta. "¿Esa es la felicidad a la que te referías el otro día Hünkar? Dijiste que te irías de Çukurova para ser feliz. Quizás no hace falta que te vayas tan lejos, con ese señor Altan se te veía muy a gusto" estaba enfadado pero no dejo que su tono lo demostrase.
Hünkar molesta, soltó aire y frunció el ceño. "Sí, puede que sea eso lo que necesite para ser feliz" con la mirada fulminó a Fekeli "Buenas noches Ali Rahmet" se giró, abrió la puerta del coche y se subió.
Fekeli se quedó allí parado viendo como se alejaba y tras apretarse el puente de la nariz con los dedos se montó en su coche y abandonó el club.
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Hünkeli: 40 años de amor
Fiksi PenggemarNo hay historia de amor más poderosa en toda Çukurova que la de Fekeli y Hünkar Yaman pero sus hijos, las habladurías y la ciudad siempre se han interpuesto entre ellos. ¿Será lo suficiente fuerte su amor 40 años después para conseguir estar juntos...