Alguien una vez dijo que la historia que relataba, tal vez parecería un cuento de hadas; que tal vez se reirían al escuchar, y dirían que algo tan extraño seria simplemente imposible. Contaba sobre alguien muy allegada a ella, una chica simple con u...
Alguien una vez dijo que la historia que relataba, tal vez parecería un cuento de hadas; que tal vez se reirían al escuchar, y dirían que algo tan extraño seria simplemente imposible. Contaba sobre alguien muy allegada a ella, una chica simple con una vida no tan simple.
La persona mencionada en ese relato se enamoró. No fue un ordinario amorío, ni una relación normal, ya que después de todo, la persona de la que se había enamorado, fue un hombre lobo.
Yo solía ser una de esas personas que ignoraba ese mundo de fantasía, en donde se decía que existían estos seres fantásticos. Vivía mi vida como esa chica, estudiando y preparándome para la vida real, pero... ¿acaso no era yo la que vivía en un mundo de fantasía? Me di cuenta de ello cuando menos lo espere y desee quedarme en esa ilusión para siempre.
En mi presente, aun me encontraba viviendo con mis padres; tan solo tenía 14 años, por lo que aún me trataban como a una niña. Mi padre era un hombre de negocios; pasaba mucho tiempo fuera de casa, y mi madre era igual de atareada en su trabajo. Aunque éramos una familia que pasaba la mayor parte del tiempo separada, mis padres se prestaban muy atentos a mi futuro laboral. Me mandaban a las más prestigiosas escuelas y me instruían en la sociedad. Tanto así, que a veces deseaba escapar de ese mundo.
En una ocasión dada, se me dio la oportunidad de visitar a mi abuela Kaede; ella yacía en su vejez por lo que vivía en la tranquilidad del campo hace algunos años. Yo anhelaba distanciarme de mi vida diaria por un tiempo así que acepté la propuesta de mis padres.
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De ida observaba el paisaje, el campo era totalmente diferente a la ciudad, la frescura y pureza del ambiente era única; el sol alumbraba con total claridad, a diferencia de en la cuidad, en donde este se escondía tras los enormes edificios. Era un paisaje tan simplemente verde, tan hermoso. Apenas y se podían ver personas, y los minutos pasaban en gran cantidad desde que veía un auto pasar a que veía a otro; había tanta tranquilidad.
Llagado al pueblo más cercano, saque mi celular buscando en el mapa GPS donde se ubicaba la casa de abuela Kaede, pero en el mismo instante en que entre a la app, este se había quedado sin batería.
— Rayos (￣、￣) — exclamo y miro hacia una tienda— [quizás pueda cargar mi celular allí] — guie mis pasos hacia el lugar y pregunte a la encargada...—perdón que le moleste, pero mi batería murió y necesito cargar mi celular, ¿podría ayudarme con eso?
—Lo siento señorita, debido a la falta de cobertura no usamos celulares aquí, por lo que no tengo un cargador—dice con lastima por no poder ayudar
—Ya veo...—*desilusionada*— [ahora si estoy en problemas, ¿cómo llegaré?]
— [Parece que realmente lo necesita] —Piensa la encargada—Y... ¿hay alguna otra manera en que pueda ayudarte?, perece que necesitas ayuda.
—Bueno, resulta que estoy perdida; es mi primera vez aquí. ¿Sabe dónde queda la propiedad Horimiya? Es la casa de mi abuela Kaede.
—Oh, ya veo; Kaede–Obachan, ya es muy anciana, por lo que le resulta difícil venir y hacer sus compras al pueblo. El abuelo Nirasaki le ayuda llevándole sus recados.
