Cuando más cambian las cosas ( más se mantiene igual)

Capitulo 3

Cuando te despiertas, es a una habitación llena de destrucción. La silla y la cómoda se han roto por la mitad, y hay agujeros en las paredes. Lo único que no se destruye es el marco de su cama, que todavía huele a vainilla.

Sin embargo, sus sábanas están rotas, sus almohadas son restos de lo que alguna vez fueron.

Lo habías olvidado cuando te despertaste. Olvidado de todo lo que había sucedido anoche. Cómo habías pasado horas destrozando tu habitación en una rabia asesina que solo se había detenido cuando tu cuerpo te noqueó por agotamiento.

Hay sangre seca en las manos y los nudillos, cubierta en cortes y cicatrices que ya se han curado.

Cuando te lavas las manos en el baño, el espejo te dice que tus ojos ya no son dorados.

Cuando los cierras, los recuerdos parpadean contra tus párpados; la forma en que su cálido cuerpo se sentía junto al tuyo, la forma en que tus dientes apenas le habían raspado el cuello cuando te inclinabas, la forma en que te había esperado en tu cama...

La forma en que le habías dicho que se fuera. Sientes que estarás en agonía por eso el resto de tu vida.

Cuando revisas tu teléfono, ves que en realidad llegas muy tarde. Son casi las nueve en punto, y te has perdido el entrenamiento con Alaric, el desayuno y diez minutos del primer período. Te cambian rápidamente, enviando un mensaje de disculpa a Alaric antes de dirigirte al aula de Dorian.

Treinta pares de ojos se vuelven para mirarte cuando abres la puerta, pero solo evitas uno.

Dorian levanta las cejas hacia ti pero no dice nada, así que te diriges junto a Josie. Si algo está mal con ella, no lo muestra.

Su cabello está en ondas perfectas alrededor de su cabeza, y su uniforme está inmaculadamente puesto. Mientras que, eres un desastre en forma humana.

Ella no te mira cuando te sientas, enfocándose en la botella frente a ella. En su interior hay un líquido mágico claro que todas las pociones utilizan como base.

Alejas tu silla de ella tan casualmente como puedes, queriendo darle espacio después de tu imperdonable error.

No sabes cómo solucionarlo. ¿Te disculpas? ¿Pides perdón? ¿O no haces nada, en cambio?

Echas un vistazo a la pizarra rápidamente, viendo una lista preparatoria de instrucciones para la poción. La primera ya está hecha, pero parece como si te hubiera esperado las siguientes.

"No estabas en el desayuno esta mañana", señala cuando regresas de la despensa de ingredientes con las conchas de caracol con bandas de labios blancos vacías que se supone que debes aplastar en polvo.