CAPÍTULO VII

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Hinata estaba bien, físicamente poniéndose pantalones cortos, pero mentalmente en Italia pescado con Nishinoya.

Faltaban alrededor de treinta minutos para que comenzara su clase, era tiempo más que suficiente para comprar un café y llegar a tiempo para presentar su examen.

Escuchó el sonido de su teléfono y rápidamente volteó a la cama de Osamu, asegurándose que su teléfono no lo haya despertado, solo para encontrarse con la sorpresa de una cama vacía ¿Pasó algo? Osamu no tenía clases tan temprano, Hinata lo sabe. Escucha su teléfono vibrar nuevamente tomándolo para atender a la persona que tiene asuntos con el tan temprano.

Noya-San

Shoyoooooooooo
Feliz cumpleaños a mi kōhai favorito
¡Come un montón de comida deliciosa! Y ¡¡¡¡VUÉLVETE MAS FUERTE!!!!
¡¡¡¡NOS VEMOS CUANDO TERMINEN TUS EXÁMENES!!!!

Una sonrisa se pintó automáticamente en su rostro, extrañaba mucho a Nishinoya, había estado a su lado mucho tiempo durante la preparatoria, ellos habían sido las dos fuentes de energía del equipo de voleibol de Karasuno. Hinata siempre había visto como alguien increíble y genial a Nishinoya, siempre dando todo de si. Su Sempai era fantástico.

Dejó el mensaje, le agradecería más tarde cuando lo llamara por videollamada.

Hinata tomó su mochila, asegurándose de que tenía todo ahí dentro, se puso una sudadera azul que seguramente era de Osamu, porque no encontraba una camisa por ningún lado y salió por la puerta encontrándose con el mismo Osamu y Kenma a punto de entrar.

—¿Qué hacen justos ustedes dos? — Hubo un creciente silencio entre los tres Hinata entonces pudo notar el pastel en las manos de Osamu y las serpentinas colgando del cuello de Kenma, que traía una bolsa negra en sus manos.

—¿No tenías clase a las siete y media? — Osamu, desconcertado, con sus ojos cómicamente abiertos y en pánico.

—El maestro nos mandó un correo anoche, que comenzaríamos a las ocho porque solo haríamos el examen.

—Shoyo, solo vete y has como si no hubieras visto nada— Kenma sonrió tranquilamente, poniendo un brazo sobre su hombro.

—¡Bien!— Ajustó su mochila y comenzó a andar, deteniéndose dos pasos después y volteando a los dos hombres parados afuera del dormito
—¿Ustedes son novios?.

—¡No! — Fue un grito unísono. Río entre dientes y se fue.

El camino desde su dormitorio hasta el salón donde iba a presentar su examen no era largo, por lo que aún después del breve encuentro con sus amigos le quedaba tiempo para ir a comprar su café, normalmente prefería el té endulzado con miel, pero anoche estuvo despierto hasta las cuatro y quince haciendo la edición de su proyecto. Había decidido adaptar el pequeño armario del club de teatro como la entrada a Narnia y Kenma, quién era su modelo había vestido ropas como los príncipes de la película, las fotos habían quedado geniales y no tenía ningún arrepentimiento, pero lastimosamente no durmió como debió de hacerlo.

Camino al café iba saludando y dando las gracias a todos los que le deseaban un feliz cumpleaños, respondiendo con un ligero rubor y una enorme sonrisa, no esperaba que tantas personas recordaran su cumpleaños.

—Hinata-Kun, feliz cumpleaños— Dijo la cajera cuando se acercó al mostrador.

—Gracias, Makoto-San ¿Podrías darme un café helado con leche y dos de azúcar? Por favor.

—¡Claro!— La chica sonrió
—Pero, dejaron un pedido a tu nombre, ya está listo ¿Aún quieres tu café?— Hinata la miró con curiosidad, ladeando su cabeza sin entender.

A NUESTRA MANERA •|ATSUHINA|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora