Eijiro Kirishima, un stripper de veintiséis años lucha incansablemente por salir de aquel mundo repleto de gángsters y proxenetas. Se ve obligado a internarse en planes de su "amor platónico": Testsu Tetsu, quien a su vez también es su jefe y le imp...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
🌻 ▒̱̽͜͡Inicio del fin⇊̅ •─────── ⋅⋅⋅⋅⋅
Pov Kirishima.
Los nervios que siento en este momento me consumen, no estaba preparado para esto, es más, estoy casi 100% seguro de que mi cabello en estos momentos es un completo desastre, las entrevistas de trabajo definitivamente no son lo mío por muchas razones. Mi mejor amigo Denki me llamó en la mañana diciendo que era de suma urgencia que viniese, pues cuando iba de camino a su trabajo vio de reojo un anuncio: "Importante empresa: Textiles Bakugou's busca secretarix a tiempo completo". Él sabes sobre mi difícil situación así que no dudó dos veces en llamarme, se lo agradezco aunque sé de antemano que no soy el mejor para ocupar el puesto.
Antes de que toda mi vida callese en pedazos hice un par de semestres de administración así que no soy tan novato en el tema, quizás con un par de contactos logre falsificar un diploma y lo que resta sería de mis carreras, no me siento nada orgulloso por el hecho de mentir para tratar de obtener este trabajo, pero, si con eso puedo lograr el tener más estabilidad en mi vida, sin dudar haré lo que esté en mis manos.
Hay más personas en la sala, en definitiva se ven más preparadas que yo, sus ropajes se ven más impecable, sus peinados y hasta incluso algunas mujeres con su maquillaje. Creo que fue un gran error el venir luego de terminar mi larga jornada laboral en el club, soy stripper y el agotamiento físico se refleja en mí. Me veo horrible. Suelto un profundo suspiro y al instante la puerta de la oficina se abre. Un señor de baja estatura y cabello negro se acomoda su corbata y acto seguido se aclara la garganta para hablar.
- Kirishima Eijiro. - ese es mi nombre. Tomo una bocanada de aire. Tiene que salir bien.
- Soy yo. - le digo mientras me pongo de pie, mis zapatos resuenan sobre el impecable suelo, siento varias miradas sobre mí y lo único que mi mente repite es "¿ese es mi jefe?" por supuesto que no luce como un jefe. Una vez que estoy frente a él le doy una sonrisa mostrando mis afilados dientes, luego me indica por donde ir y solo le sigo. La oficina es una completa locura, no esperaba menos, creí que sería más pequeña, eso sí, tiene ventanas que me dejan apreciar el hermoso paisaje de Japón. Los muebles son de cuero de un color negro, todo el lugar tiene un aura bastante elegante.
- Puedes tomar asiento. - me pide el sujeto y obedezco, veo como sirve un poco de agua en un vaso y me la ofrece. - Bebe esto, el jefe Katsuki vendrá en un momento.
Asiento lentamente con la cabeza. - Creí que usted era el jefe.
- Quisiera serlo. - comentó con tono burlón.
Para evitar un silencio incómodo pregunto - ¿llevan muchas horas haciendo entrevistas?
El hombre arquea una ceja. - Llevamos días, joven.
