Eijiro Kirishima, un stripper de veintiséis años lucha incansablemente por salir de aquel mundo repleto de gángsters y proxenetas. Se ve obligado a internarse en planes de su "amor platónico": Testsu Tetsu, quien a su vez también es su jefe y le imp...
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🌻 ▒̱̽͜͡Salvando a ambos.⇊̅ •─────── ⋅⋅⋅⋅⋅
Pov Kirishima.
En definitiva, me siento como la peor persona del mundo. Ha pasado un mes y varios días desde que logré obtener el empleo de ser el secretario de Katsuki Bakugou y lo único que he logrado es sentirme mal conmigo mismo. Sé que él no es una mala persona y no merece nada de lo que le va a suceder, lo que sí tengo claro es que la capacidad de Tetsu para envolver a la gente es única. En tan solo un mes ha logrado colarse en la vida de Katsuki, como si fueran amigos de hace más tiempo y, peor aún, ya lo está hundiendo en el bajo mundo de drogas y alcohol en exceso.
Estoy inmerso en mis pensamientos hasta que la voz gruesa de Tetsu me hace volver a la realidad. – ¿Por qué esa cara? ¿en qué tanto piensas?
Veo como camina y se sienta frente a mí en el viejo sillón de mi sala. – Nada, ya sabes, solo estoy algo agotado.
– La noche de ayer fue legendaria, Kirishima.
Un escalofrío recorre toda mi espalda en cuanto recuerdo todo lo que pasó, antes de que note mi descontento me pongo de pie y tomo mi chaqueta. – Me voy, cierra la puerta cuando te vayas.
– ¿Tan pronto? Kirishima, ese sujeto ni siquiera podrá salir de su cama, no te preocupes tanto.
– Tengo que ir para no levantar sospechas. – musito, claramente tiene parte de mentira, estoy bastante preocupado.
Él me sonríe maliciosamente a su vez que se pone de pie, camina hacia mí y toma mi rostro entre sus manos. Tengo que admitir que, desde aquella última vez que me golpeó estoy nervioso ante su tacto, aunque lo disimulo bastante bien. Acaricia suavemente mi mejilla. – ¿Tienes lo que te pedí?
Lo miro fijamente. – Los papeles estarán listos para esta noche.
– Estupendo, ¿estamos listos para empezar?
– Hay que tomarlo con calma, pero sí. – en mi voz se nota cierta duda cosa que Tetsu parece ignorar pues en un acto sorpresivo me toma entre sus brazos elevandome, me da una amplia sonrisa y se aferra a mi cuerpo. Suspiro leve sintiéndome aún peor porque sé que esto me puede joder pero me gusta ver a las personas feliz y si él lo es, puede que yo también lo sea.
– Eres un genio, Eiji.
Sonrío forzosamente mirándole de reojo. – Lo hice por tí. . .
– Lo hiciste por ambos, por nosotros. – no me dio tiempo a responder pues en el intento sus labios se posan en los míos silenciandome. Me quedo estético en mi lugar, a pesar de todo, siento como si Tetsu fuera mi lugar seguro.
