Spin-off Lemon.

248 13 0
                                    

[ Inspirado en el arte Rule34 de Neocoil de Koneko e Issei. Este se suponía sería el último capítulo y no me gusta como lo hice aún, por lo que está sujeto a ediciones. ]

Ha pasado un mes desde que Koneko descubrió sobre los problemas psicológicos de Issei. Sus esfuerzos no fueron pérdida y ha logrado reconstruir lentamente al chico y su espíritu.

El día que se escaparon fue muy cuestionado por Rias, más que nada por la implicación de que Issei la acompañaba, y aún más porque ella jamás había hecho algo así... Pero Azazel fue quien murmuró con bromas y burlas que lo dejara pasar.

Al final quedó en nada. Ella jamás explicó lo que pasó y por eso nunca se volvió a mencionar. Por otra parte, Koneko siguió en las suyas desde entonces.

Y eso nos lleva a aquí: En el club del ocultismo, más especialmente al rincón con cortinas que Rias había creado. Dentro, Issei y Koneko descansaban tras los contratos que habían hecho.

La oleada de contratos que aparecieron fue bastante inesperado. Debido a que el personal era reducido, los Gremory tuvieron que colaborar entre todos para completarlo mientras el territorio se disponía a preparar personal para reemplazarlos luego. Eso explicaba el desolado lugar que ambos compartían en silencio.

Hacía mucho calor en los últimos días. Issei limpió el sudor de su frente mientras seguía acariciando la cabeza de Koneko que estaba en su regazo. Esperaba que la ola de calor pronto se aliviara para no perder su vida en el exterior.

Y que vida... Koneko ayudó mucho para que él pudiera reponerse de sus problemas. Lentamente, Issei fue recuperando esa confidencia necesaria para poder hablar con las chicas del club sin demostrar miedo. Todo se lo debía a ella...

Acarició con una sonrisa sus orejas, que se estremecieron por el tacto. Es entonces que su mirada se engrandeció cuando vió que ella se había abierto la camisa y demostraba no tener brasier. Un pequeño sudado con sus pequeños pechos sobresaliendo desde el atuendo.

Su miembro dió un espasmo con tal estimulación y decidió desestimarla, salvo que no pudo la gata, que despertó con tal reacción.

"¿Hmm? Issei-nya..." Murmura ella dormitada, restregando su mejilla en lo que creía era su pierna, lo que hizo que el pobre castaño soltara quejidos por la estimulación. Ella despertó totalmente con ese ruido y acomodó la mirada, notando el bulto grande que se hallaba a milímetros de su rostro. "¿Eh?"

"P-Perdón..." Se disculpa él, avergonzado, intentando con una mano empujar hacia abajo a su pene, lo que solo hace que se estimule aún más por el gesto y el bulto crezca. Ella ve esto desde donde se recuesta, asombrada por como se veía. "N-No sabía que no usabas brasier... Y mucho menos que te abriste la camisa..."

Ella se mira de reojo, notando que fue lo que pasó para que Issei estuviera así. Ella arrastró su mejilla por el muslo de él, mirando el bulto con total curiosidad en su rostro sonrojado.

"¿Duele?" Pregunta ella al ver las expresiones de incomodidad y molestia de él. No le contestó, seguramente buscando un pretexto para desestimar todo, a lo que ella suspiró. "Issei-nya, ¿Te duele?"

"No importa, Koneko-chan. Es algo normal, se calmar-."

"Entonces si te duele. No deberías tenerlo retenido si es así." Explicó ella, deslizando una mano hacia la cremallera del chico, siendo que con la otra alejaba sus manos con su gran fuerza. Su mirada expectante fija en el bulto en lo que su barbilla seguía recostada en su muslo. Fue entonces que logró bajarlo que suspiró cuando se sintió abordada por un aroma extraño para ella. "W-Wow... ¿Qué es...?"

Absorta, su cara se pegó en el bulto, lo que abrumó al chico por tal inesperado acto que gritó enloquecido para intentar alejarla de él. Ella peleó, reteniendo sus fosas nasales directamente sobre el bulto del chico, oliendo todo el sector que por el sudor tenía un aroma embriagador para ella. Él estaba enloquecido, tratando de alejarla sin éxito por su fuerza brutal. Ella finalmente pareció ceder un poco, alejándose para volver a recostarse en el muslo de él, restregando su mejilla con euforia.

La curiosidad que alentó al gato.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora