𝗙𝗜𝗡𝗜𝗦𝗛𝗘𝗗 ¦ Llega un nuevo estudiante de mirada intimidante que llama la atención de unos tres pequeños demonios, siendo uno de ellos considerado "adicto al sexo".
Ese mismo que hará hasta lo imposible por hacer que dicho pelimorado se fije e...
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JungKook caminó por el pasillo de la escuela rumbo a la cafetería mientras limpiaba sus labios con un papel al tener algo del labial de TaeHyung sobre él.
Aunque tampoco era de molestarle mucho, haber besado a ese chico lo hacía volverse una fiera andante. El castaño había terminado con su faceta de supuesto “chico bueno” regresándolo a lo que era antes, un maldito “fuck boy”.
Ese hombre que era un completo posesivo con aquello que le gustaba y ese que seducía a cualquiera con solo mirarlo, siendo capaz de llevarlo a la cama con solo eso.
Todo lo que TaeHyung había deseado.
Compró una malteada antes de buscar una mesa para después acercarse a una vacía y sentarse en ella sin notar como un grupo de cuatro chicas lo observaban no muy lejos, demasiado interesadas en él desde que había llegado. Sin embargo, no era tan sencillo para ellas acercarse, eso hasta que una se armó de valor y se encaminó a él siendo seguida por sus amigas.
—Hola. —dijo con una sonrisa y el pelimorado alzó su mirada hacia ella para después ver a las otras tres poco interesado con lo que le dirían—¿Qué hace un chico tan guapo aquí solo?
—Lo que cualquiera haría al estar en una cafetería creo yo. —dijo con obviedad siéndole graciosa la mueca que puso la chica al ser ligeramente humillada
—¿No quieres un poco de compañía? No te vas a arrepentir. —surgiría su otra amiga de cabellos castaños apoyándose a la mesa sugerente
No obstante, cuando JungKook se dispuso a responder de la forma más corta e incomoda posible, alguien más se le adelantó.
—No creo que quiera estar cerca de ustedes, cuarteto de plásticas. —dijo TaeHyung cruzado de brazos totalmente furioso
Desde que había llegado a la puerta de la cafetería en busca del pelimorado, lo había encontrado rodeado de esas cuatro chicas que poco le simpatizaban en el mundo.
—Es claro que no estamos hablando contigo. —dijo la rubia del grupo acercándose un poco a el castaño—Sería mejor que vayas y te acuestes con el primero que se te cruce como siempre lo haces, zorrita.
El contrario rió como si le hubieran contado el mejor chiste de su maldita vida.
—Bueno, ustedes no son muy diferentes a mí estando aquí coqueteándole al chico de otro. —recalcó y JungKook trató de contener la risa que quería soltar por las expresiones que traían las cuatro chicas por sus palabras
—Eres un idiota.
—Y tú una perra. —la rubia estuvo a punto de pegarle eso de no ser porque una mano sujetando su muñeca la detuvo, haciendo que ésta volteara a ver al dueño
—Lo permito todo; menos que lo toques. —dijo con aquella seria expresión que hacía temblar a cualquiera, razón por la que las cuatro chicas se sintieron intimidadas por la mirada que les dedicó a cada una
