La fuerza que Sukuna tenía fue apagándose, el sueño comenzó a apoderarse de él mientras que Satoru sonreía por su trabajo, eso le enfureció más, jurando que algún día tomaría venganza.
Cuando volvió a despertar ya se encontraba en su Santuario, y c...
1/ ?. Nah, iban a ser capitulos seguidos pero aún no llego a la parte que quiero.
Tarde pero seguro.
¿Errores? Un montón
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Soledad, admiración, amor... Felicidad.
Habían muchas palabras que Yuji solía pronunciar en su día a día o solo pensarlas, después de la muerte de su abuelo todo fue para mal, sus días eran una terrible tortura, comenzando desde el día en que se presento ante su difunto abuelo con sus conocidos mirándolo desde lejos mientras el se encontraba de rodillas y llorando por alguien que nunca más iba a regresar.
– ¿Qué hacemos? No puedo llevarlo conmigo, yo también tengo hijos.
Todos eran iguales.
– Yuji es un buen niño pero no creo poder criarlo adecuadamente.
Iguales.
– ¿Por qué Wasuke tuvo que morir dejando al pequeño? ¿Y su madre? ¿Jin? ¿Dónde está Choso?
No había nadie para él, ni Choso, ni su padre, ni su madre... Ni siquiera una sola persona que lo quisiera. ¿Tanto odio le guardaban los dioses? Tal vez, podía creer eso.
-- Tal vez alguien deba adoptarlo ¿No creen?
Apretó sus manos, intentando aferrarse al peluche de felpa que le había dejando su abuelo antes de morir, el único recuerdo que le quedaba.
¿Por qué? ¿Por qué Choso no volvía y lo llevaba con él? ¿Por qué su familia le abandonó? No podía contestar las preguntas por si solo, y menos esas donde todos lo abandonaban.
Solo era un niño.
Cerro sus ojos escuchando con atención como las personas a su al rededor murmuraban sin importarle que el estuviera ahí.
Solo quería que alguien lo amara, defendiera y alejara de esa soledad que dejó su abuelo cuando falleció.
– Yuji, nosotros seremos tus padres.
¿Sus nuevos padres? Ah, si, ya recordaba... El fue adoptado por una familia que no conocía y que ni siquiera tenían lazos de sangre con el.
Solo esperaba que esa familia lo amara con todo su corazón.
