"Lo que nos puede dar un recuerdo"
Marzo 31, 2022
Estaba pensando sobre un tema en concreto; de la nada, como si le hubiera puesto play a un capítulo de una serie, se me vino a la mente una secuencia del secundario.
Estaba en segundo año, era más de mitad de año, de hecho, ya estábamos por entrar a diciembre, pero habíamos empezado las clases en agosto y hasta febrero del año siguiente teníamos clases normales. Literalmente nos pasamos el verano en la escuela, salvo unos días de vacaciones por las fiestas... a mí me gustaba, tenía algo que hacer, algo de lo ocuparme; nunca me gustaron mucho las vacaciones, siempre preferí estudiar o leer que desperdiciar mi tiempo en hacer nada. Tengo un problema con el tiempo, sí; empecé una carrera universitaria y a los meses busque otra cosa que estudiar conjuntamente porque haciendo una sola cosa (según yo) tenía mucho tiempo libre y desperdiciado... termine con unos títulos de gastronomía y una meta, que anhelaba hacia demasiados años, cumplida. No me quejo por todo el estrés y los casi colapsos nerviosos que la falta de tiempo a la hora de rendir y estudiar tenia, disfrute cada segundo.Volviendo al recuerdo. Un día de fines de noviembre -principios de diciembre- me desperté más temprano de lo habitual. Iba a la tarde a la escuela y ese día en puntual no necesitaba levantarme temprano, entraba una hora tarde y la mañana la había despejado de todo para quedarme a dormir un rato más. No sé por qué, pero me acuerdo que estaba agotada el día anterior, por eso había decidido quedarme un rato más durmiendo. Pero igual, ahí estaba yo despierta temprano, una vocecita o una corazonada que me hizo despertarme de la nada, eran las ocho y media pasadas de la mañana; volví a tratar de dormir, casi diez minutos después decidí que no iba a poder, me puse a elegir la ropa que iba a usar para la escuela (mentira, iba a usar el pantalón más cómodo, seguro el del día anterior, y alguna remera que no me hiciera tener mucho calor y estar incomoda, aunque obvio mi campera no iba a faltar), invertir mi tiempo en algo, pensé en si usar perfume ese día o ni gastarme en sacarlo de la caja, pensé en acomodar mi mochila para llevarla ordenada a la escuela... si, la única rara que se preocupa por esas cosas tan tontas en segundo año de secundario con 15 años. No llegue a terminar de pensar las mil maneras en las que podía absurdamente matar el tiempo, de la nada eran las nueve casi y veinte de la mañana, mi abuela me llamaba a los pies de la escalera. Una plata de diferencia, una escalera de 26 escalones (los más incomodos que pueden existir, dicho sea de paso), la puerta cerrada de mi dormitorio, y no necesite más que escucharla para verla sin ver, verle la cara y el dolor pintando todas sus facciones. Baje de mi cama de un salto, en un suspiro ya estaba abrazándola, tratando de entender y procesar lo que me decía, la tranquilice lo mejor que pude, cinco años después sigo sin saber si lo logre, pero sí que lo intente con todo lo que el alma podía darme. Eran las nueve y media, casi menos veinte, cuando volví a subir. Me dijo que no me preocupara, le dije que todo iba a estar bien. Si, creo que también fui yo la que dijo no te preocupes, pero ahora dudo de que si se lo decía a ella o a mí; el "todo va a estar bien" si se lo dije a ella, sabía que necesitaba escucharlo de boca de alguien, yo tenía la certeza de que todo iba a estar bien. Lo que sí hizo fue mandarme a preparar para el colegio, me resulto hasta irónico en ese momento, pero dadas ciertas circunstancias, no socavé mucho en eso. Me di media vuelta, volví a mi cuarto. A la mierda, nunca se me había desdibujado tanto todo, se movió absolutamente todo a mi alrededor. Por un momento me sentí inmersa en uno de esos tantos libros que había leído, esos que tanto me gustan leer. Me agarré del borde de la cama, tenía la sabana ajustable salida de ese costado, me rompí media uña tratando de meter la mano entre la madera y el colchón. De todos los ataques, ninguno me había pegado tan de repete. Fue un baldazo de agua fría, nunca entendí esa metáfora hasta ese instante; hoy la escucho y me retrotrae a ese instante. Fue menos de un minuto. Ni siquiera sé de dónde saque la fuerza o concentración para calmar el ataque. Bueno, si se, se me cruzo por la cabeza la cara de mi abuela que seguía en la plantade abajo, la cara de cada una de las personas con las que convivía, mi familia. Y de repente, como una luz, había faltado. Mi hermano dormía en mi cuarto, en la planta de abajo, ese día no había ido a la escuela. Respire, me concentre, cerré los ojos y empecé, 1...2...3...4... respiraba apacible de nuevo, ya no sentía todo frio por dentro, empezó a ponerse todo en su lugar a mi alrededor, había calmado lo mejor que podía uno de los ataques más violentos que recuerdo. Me di media vuelta, había perdido el tiempo pensando y me olvidé de buscar que remera ponerme y si iba a decidir llevar el mismo pantalón del día anterior u otro que encontrase. No importaba, había dejado todo listo el día anterior. Entendí por qué había frenado tanto a pensar sobre ese tema hacia un rato atrás, ya no me tenía que preocupar por eso, lo tenía resuelto. Agarre todo, me fui a bañar. No sé cuánto estuve bajo el agua; por primera vez en años nadie me fue a golpear la puerta preguntándome si me faltaba mucho, o mi abuela me había ido a decir que saliera que ya hacía mucho estaba bajo el agua y "no poder tardar tanto en bañarte", por supuesto. Es que acostumbro a tomarme mi tiempo, maña que me dejaron los libros: "el agua caliente relajo todos sus músculos", ¡la mierda! lo sigo leyendo en diferentes formas de expresarlo y no dejo de disfrutarlo, menos estando sintiéndolo bajo el agua caliente. Les molestaba que ocupara el baño que nos era más cómodos a todos. Años quejándonos de tener un baño chiquito para ocho personas, para cuando tuviéramos el segundo baño, lo usáramos para secarnos el pelo y arreglarnos con mejor luz, o sacarnos fotos simplemente. Si, estaba más al pedo que en uso. ¡Brillantes seres humanos y su capacidad de ser tan malditamente inconformables!
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Calculo que reflexiones
RandomNo se mucho de esta vida, pero tengo claro que con un libro y un café, para mi en particular, siempre es mas linda.