Capítulo especial: La historia de Kumi (2/4)

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Cuando Kumi abrió sus ojos, vio que alguien había prendido una fogata a unos cuantos metros de ella.

—Te estabas congelando, por eso prendí la hoguera —dijo un señor cocinando unos pescados —. Supongo que sería grosero no invitarte... ¿Quieres? —le ofreció un pescado a Kumi. La chica solo bajó la cabeza sin responder.

—Entonces eres tímida —dijo el señor y puso el pescado sobre una hoja al lado de la chica —. Es tuyo, puedes comerlo cuando quieras.

Luego de un rato, finalmente Kumi decidió comer el pescado —Parece que estabas hambrienta —dijo el señor —no solo eso, parece que estás muy sola, al igual que yo.

Luego de que Kumi terminara su pescado, el señor se levantó —bueno pequeña, mucha suerte. Yo ya debo irme.

Sin embargo, la niña empezó a seguir al señor a la distancia —¿Qué es lo que quieres? Ya te alimenté. No tengo nada más que ofrecerte.

Kumi señaló la pierna del señor, la cual tenía una herida abierta —Ah, sí. Me lastimé defendiendo a mi pueblo. Unos guerreros del Reino Armado mataron a todo el poblado, incluyendo a mi familia. Tuve suerte de escapar.

Kumi la miró sorprendida por un momento —De todas formas eso a tí no te incumbe —dijo el señor —. Busca algún refugio o algo, que puede ser peligroso allá afuera. Ya me voy.

No obstante, la niña continuó siguiendo al señor hasta tomarle de la mano. —¿¡Qué es lo que quieres!? Ya te alimenté.

La niña lo miró —Kumi.

—Supongo que ese es tu nombre.

La niña asintió con la cabeza —muchas gracias señor —y finalmente sonrió mientras se le salía una lágrima.

—Llámame Hiro —dijo el señor —. Pensé que eras muda o algo por el estilo. ¿No tienes que volver con tu familia?

Kumi dejó de sonreír y se puso triste mirando al suelo —la vida es injusta —dijo la niña, recordando las palabras del guerrero que le salvó la vida.

«Conque esta niña tampoco tiene familia» pensó Hiro «agh, no es mi responsabilidad, no puedo ayudarla. Pero... si la dejo sola, no va a sobrevivir. ¿Podré cargar con esa culpa toda mi vida?»

Posteriormente Kumi agarró el libro que hablaba sobre el Reino Circular y se lo mostró a Hiro.

—Con que estuviste leyendo esto. Bah —se burló Hiro —, son puras tonterías. Tarde o temprano, cada uno pelea por lo que más quiere. Los humanos siempre buscamos nuestro propio éxito, ya que somos egoístas. No te ilusiones con esas mentiras.

Kumi lo miró molesto —voy a ir a ese lugar. Hasta luego señor —empezó a caminar hacia el bosque.

—Ni siquiera es por ahí —dijo Hiro —. Bah, Eres una pesada —se acercó a Kumi —. Está bien, te enseñaré cómo llegar al reino, pero primero necesitamos encontrar un refugio. Si nos quedamos aquí moriremos tarde o temprano por cualquier grupo de bandidos o incluso el Reino Armado.

Luego de estas palabras, empezó la gran aventura de Kumi y Hiro, quienes luego de viajar durante unos largos días, alimentándose de los recursos que les ofrecía la naturaleza, llegaron a un pueblo llamado Strann; en el cual habitaba especialmente gente de clase media y baja.

Tan solo llegar al pueblo, 2 bandidos amenazaron con cuchillo a los 2 aventureros —vaya vaya... si son 2 extranjeros exhaustos. Sería una pena que alguien les robe todo lo que llevan.

De pronto, otro bandido apareció desde atrás para acorralarlos; por lo que solo quedaba una escapatoria por un pequeño callejón a la derecha de Hiro y Kumi.

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