3장

90 20 0
                                    


Un molesto pitido fue la causa de que yo abriera los ojos de a poco. La luz de neón blanca que había en la habitación me dejó ciega por un segundo. Me costó un tiempo, pero cuando por fin puede enforcar en dónde me encontraba, me sorprendí al ver que se trataba de una habitación de hospital. 

―Vaya, por fin despiertas ―una voz que jamás había escuchado en mi vida, llamó mi atención. 

Cuando desvié mi mirada hacia él, me sorprendí. Se trataba de un chico de tez pálida, alto, casi tan alto como Jin oppá. Cabello negro y lo suficientemente largo como para traerlo sujeto en una coleta pequeña. Vestía unos jeans negros y una chaqueta de cuero que le hacía juego. Debajo de esta, tenía una sudadera de color gris. 

―¿Quién eres tú? ―pregunté, un poco a la defensiva. 

Una sonrisa apareció en sus labios cuando escuchó mi tono por cómo le hablaba. Lentamente, se acercó hasta donde yo estaba, para sentarse al borde de la cama. 

―Mi nombre es Jungkook ―dijo con simpleza ―. Y tú eres Kyujin. 

―¿Cómo me conoces? 

El chico comenzó a jugar con su encendedor, moviendo la bolita para encenderlo y apagarlo. Suspiró con pesadez antes de mirar hacia mi dirección. 

―Digamos que tenía planes para ti, pero ahora, por culpa de mi padre, esos planes se han ido directito a la mierda ―expresó, con una mueca de odio. ¿De qué diablos estaba hablando? 

―¿Tú sabes cómo es que terminé aquí? ―mi pregunta era más bien una demanda. El tal Jungkook se recargó en los pies de la camilla. 

―Digamos que mi padre es un viejo demasiado entrometido, te ha empujado hacia un coche y mientras estabas inconsciente, me ha metido a mí a tu cuerpo para poseerte. 

Mis ojos se abrieron de par en par. ¿Qué acababa de decir? Intenté decir algo, pero las palabras no me salían de la boca, eso le hizo un poco de gracia. 

» Verás, no sé si lo sepas, chica mitad demonio y mitad humana, pero, los seres como nosotros, al compartir alma "pura" somos seres que fácilmente pueden ser poseídos por demonios u otros tipos de híbridos ―dijo con fastidio en su voz ―. Y ya que tú estuviste al borde de la muerte, mi padre me ha obligado a poseerte para que vivieras. 

―Cuando dices obligado, te refieres a...

―A que el infeliz me metió dentro de ti a la fuerza, sin que yo estuviera consciente de ello. Yo solo desperté hace unos días aquí y cuando intenté salir de la habitación, volvía a ti. Un puto fastidio. 

Abrí la boca para poder decir algo al respecto ―. Espera, ¿días? ¿Cuánto tiempo tengo aquí?

Jungkook abrió la boca para responder mi pregunta, pero pronto escuchamos cómo la puerta era abierta y alguien más exclamaba con decesperación.

―¡Kyujinie, por fin despiertas! ―la voz de Taehyung se hizo presente, luego de quejarme un poco por un dolor que sentía en la parte trasera de mi cabeza ―. No te muevas demasiado, habéis sufrido un golpe demasiado fuerte. 

―Tae, ¿qué pasó? ¿Cuánto tiempo llevo aquí? ―pregunté. Mientras que él se encargaba de peinar mi cabello, el cual seguro era un desastre. Me preguntaba si tenía la peluca o solo mi cabello natural. 

―Es esa horrible peluca ―dijo Jungkook desde el otro lado de la habitación. Miré hacia donde él se encontraba y la mirada de Taehyung también me siguió.

―¿Qué miras? ―preguntó mi amigo de la infancia, confundido. 

Abrí la boca para decir que se trataba de ese demonio, pero él se me adelantó ―. Él no puede verme. Nadie puede hacerlo, solo tú. 

Eyes on fire | ʲᵘⁿᵍᵏᵒᵒᵏDonde viven las historias. Descúbrelo ahora