𝑳𝒂 𝒈𝒖𝒆𝒓𝒓𝒆𝒓𝒂 𝒅𝒆 𝑻𝒆𝒏𝒋𝒊𝒌𝒖 🎴 (Izana Kurokawa × Reader)

𝟘𝟜

NOTA: ESTE CAPÍTULO SERÁ NARRADO EN 3° PERSONA, LO MÁS PROBABLE ES QUE LOS SIGUIENTES CAPÍTULOS TAMBIÉN.

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El ambiente se volvió bastante tenso. Los gritos de Kakucho hacia Izana resonaban por toda la sala. Mientras, _____ era trasladada a un sofá por el mayor de los Haitani. Entre lo ebria que estaba, y el impacto contra el suelo, apenas se encontraba muy consciente.

- ¡Eres un imbécil!

- No hace falta que me grites, Kakucho.

- ¿Cómo dices? ¡Acabas de dar una bofetada a ____!

- Sí, lo hice. ¿Y?

- ¿Como que "y"? ¡Acabas de golpear a nuestra amiga de la infancia, joder!

Izana apretó los dientes mientras miraba como _____ era revisada por los hermanos. Al parecer, ellos eran los que más sobrios estaban en ese momento.

Por la cabeza del peliblanco solo pasaban recuerdos mientras la voz de su amigo se hacía cada vez más lejana. ¿Por qué lo había hecho? ¿Él en verdad quería pegarla? No, claro que no.

Izana sabía perfectamente que el mundo de la delincuencia no estaba hecho para la joven.
Lo supo por primera vez cuando Sinichiro le dejó de vuelta en el orfanato, después de haber robado en un par de establecimientos. Mientras el pequeño peliblanco contaba su historia, Kakucho le miraba con admiración, mientras que _____ le regañó por ello. En ese momento fue cuando pensó que ella era débil. No físicamente, pero si en el ámbito psicológico.
Quiso cortar todo tipo de relación con ella cuando se marchó, pues sabía que ella no soportaría el modo de vida que Izana había decidido seguir. Y ahora, después de tanto tiempo, decide volver.
Kurokawa, un poco necio de su parte, creyó que la mejor manera de alejar a ____ de él era demostrarle la maldad que podía tener incluso con su propia amiga. La joven era de gran importancia para Izana, y este sabía que si ella seguía a su lado acabaría mal.

- ¡Ahg! Joder, mi cabeza...

Se escuchó un débil quejido, el cual provenía de la chica. Muteki sentada en el sofá mientras sobaba su cabeza. Su mirada fue buscando la de Izana, hasta que finalmente la encontró.

- Eres un imbécil. ¿Cómo te atreves a pegarme? Después de haberme dejado tirada tanto tiempo, cuando me vuelves a ver es para esto. Tú el concepto de la amistad no le entiendes, ¿verdad? - La joven se escuchaba bastante molesta mientras se levantaba y se cruzaba de brazos.

Todos los presentes la miraron con asombro. Sabían que dirigirse así al jefe solo podía significar dos cosas: que estabas mal de la cabeza, o que querías suicidarte.

- Salgan todos fuera. - Dijo Izana de forma autoritaria.

- Izana, cálmate...

- ¡Dije todos fuera, Kakucho!

Todos abandonaron la sala. Cuando _____ se dispuso a salir también, el peliblanco la agarró de un brazo y la tiró contra uno de los sofás. Se dirigió a la puerta para poner el pestillo. Kakucho se dió cuenta de la acción y se pudo a golpear l puerta. Sabía que Muteki era fuerte, pero no tanto como Izana.

- Mi quería _____, parece que no lo entiendes.

- ¿Entender qué? ¿Qué eres un maldito ser despreciable? - La joven todavía se escuchaba molesta.

Izana hizo un rápido movimiento y agarró el cuello de la joven, acercando así ambos rostros.

- No te conviene hacerme enfadar.

- Su...suéltame

Eso hizo que el de ojos violetas apretara más su agarre.

- Tú me importas mucho, por eso debo alejarte de mí. - Su agarre se hizo cada vez más fuerte. - Pero tú eres una tonta que no lo entiende y por eso tiene que andar metiendo sus narices aquí. Cariño, si sigues así acabarás mal.

- Para, no puedo respirar bien... - Dijo la joven en apenas un susurro, mientras que con sus manos intentaba apartar la del joven.

Izana finalmente soltó el agarre y se separó de la chica. Sacudió levemente su ropa y acomodó su pelo, dándole la espalda.

- Eres débil, no estás hecha para este mundo. No puedes estar junto a mí.

_______ quedó tumbada en el sofá respirando de forma agitada. Pudo notar como unas pequeñas lágrimas rodaban por sus mejillas.

¿No era fuerte? ¿Otra vez no era suficiente para Izana? ¿Volvía a ser inútil? ¿Y si Kurokawa estaba molesto con ella por su culpa? ¿Todo era culpa suya? Las lágrimas brotaron con más fuerza de sus ojos. Se levantó rápidamente del sofá y corrió hacia el peliblanco para abrazarle por la espalda, recostando su cabeza sobre él.

- ¡Izana, te necesito!

El mencionado no hizo nada, tan solo se limitó a acariciar una de las manos de _____, que abrazaban su cintura. ¿Esto era sentirse querido? ¿_____ lo amaba? ¿De verdad ella iba a arriesgarse a tanto por él?

- Entonces, ¿estás dispuesta a quedarte conmigo? Sabiendo que  lo más probable es que acabes mal. El mundo de las pandillas es peligroso, te pueden hacer daño. - Izana giró sobre si para quedar frente a ella. Acarició su mejilla con uno de sus pulgares para secar sus lágrimas.

- Jamás será peligroso si estoy contigo. Tú no dejarías que me hicieran daño, ¿verdad?

- No. Al fin y al cabo, tú eras mi guerrera.

- Prometelo.

- ¿Cómo? ¿De qué hablas?

- Promete que jamás permitirás que me hagan daño.

Aquella joven podía ser baja de estatura, pero tenía un carácter incontrolable. El peliblanco solo se limitó a asentir. Sería divertido pasar tiempo con ella.

Izana lo tenía todo pensado. En cambio, ____ volvía a tener aquella dependencia emocional de la que tanto había costado que saliera. Pero no la importaba. Ella no era capaz de saber el peligro que la esperaba, tan solo era feliz por saber que había vuelto a reunirse con Izana, y que esté al final había cedido a dejarla entrar en la pandilla, y por consiguiente, en el mundo de la delincuencia.

_____ se había convertido en la guerrera de Tenjiku ( mote puesto por Izana y Kakucho). Los otros miembros importantes la aceptaron rápidamente. Les resultaba interesante tener a una mujer con ellos.

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Lo siento si no es muy largo. Tan solo espero que hayáis disfrutado con la lectura. Si es así, háganmelo saber ;)

Hasta la próxima. ♡