— El cuarto juego esta por empezar.
La voz por el altavoz abrumó a todos, despertándolos un poco a su realidad, sus espíritus aun vagaban por un limbo desconocido, a veces todo ese espectáculo retorcido parecía ser simplemente un sueño, que al igual que sus desafortunadas vidas, solo podrían abandonarlo al encontrar la muerte.
Formados en columnas dejaron la habitación caminando tras uno de los hombres de rojo escarlata, al principio la columna era tan larga que parecía no terminar, ahora se volvía más corta cada vez que cruzaban aquella puerta de metal, sabían que todos no podrían regresar, y aun cuando no había más remedio que la muerte para aliviar su sufrimiento, nadie quería ser uno de los muertos.
Continuaron por el conocido pasadizo de geometría imposible, bajando y subiendo escaleras hasta llegar a su destino fatal.
El cuarto juego se jugará en parejas, no especificaron por qué o de qué se trataba, así que dejándose guiar por el instinto, los jugadores empezaron a reunirse por afinidad a sus parejas, sus compañeros eran la persona en quien más confiaban, con quien superarían cualquier juego sin importar la dificultad. Esa clase de devoción encontraron en su pareja.
Lan Wangji con la mirada dio vueltas a la habitación, todos eran iguales, lamentables y miserables. De ponto escuchó una voz proveniente de su espalda.
— Oye, seamos compañeros.
Al girar, se encontró con el jugador 240, Wei Wuxian.
Lan Wangji se había acercado a Wei Wuxian para competir juntos anteriormente, pero no eran nada cercanos entre sí, solo habían jugado juntos una vez antes. Entonces, preguntó.
— ¿Por qué?
— Le rogaras a esos viejos que jueguen contigo. Que vergonzoso— comentó Wei Wuxian con un puchero de desprecio.
— No me importa si lo es. Tengo que ganar —respondió frío con su gélida expresión.
— Entonces, juega conmigo. Me asegurare de que puedas ganar —ofreció con una sonrisa astuta.
— ¿Cómo lo harás? —cuestionó sin querer dar su voluntad a torcer.
— Haré lo necesario —respondió simple, pero con sincera determinación.
— ¿Por qué quieres jugar conmigo?
— ¿Por qué me pediste que jugara contigo antes?
Por un momento, solo hubo silencio entre los diálogos.
— Eras el único que aceptaría —. Lan Wangji recuerda cuando lo buscó, Wei Wuxian estaba solo de cierto modo aislado, le recordaba a él mismo, ambos lucían perdidos, perdidos y solitarios.
— Siento lo mismo ahora —estiró su mano hacia el hombre más alto.
Esperó por unos momentos, que parecieron eternos, antes de que Lan Wangji la tomara cerrando así su pacto. Se convirtieron en compañeros. En este pequeño mundo de maldad tenían a alguien en quien recostar su cabeza.
El set para el cuarto juego era más elaborado que los anteriores, las paredes de madera eran cálidas y las calles estrechas, brindaban la sensación de cercanía. Los jugadores se sintieron reconfortados al ver un escenario tan familiar, era como si hubieron vuelto a casa, caminando por las calles de su barrio.
Pero, mas allá de la nostalgia había otro sentimiento, solo un objetivo, ganar el juego al precio que sea.
Finalmente, las instrucciones del juego fueron dadas. Un juego de niños, simple y triste. Jugarían a las canicas. Diez canicas para cada jugador. Todos se alegraron, pero la alegría duro muy poco. No jugarían juntos, en parejas, los dos contra el mundo como idealizaron al buscar un compañero. Jugarían entre ellos. El ganador era quien obtenía todas las canicas de su rival.
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| Can't Help Falling In Love | - WANGXIAN
FanfictionUn poco de "Squid game" desde la perspectiva de los jugadores 067 y 240, pero protagonizada por el WangXian. Historia BL corta. Adaptación de serie. Advertencia: contenido con spoilers de la serie original. Se recomienda discreción.