Paso 1.

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¡Buenas querido lector, en este libro te ayudaremos a conquistar a tu omega!.

Puede que ese bonito ser no te haga el más mínimo caso, incluso puedes llegar a pensar que no le interesas en lo más mínimo, ¡Pero no te preocupes, estamos para ayudarte!.

Como primer paso, deberás ponerle un bonito apodo, como cachorrito, gatito, pulga, o algo encantador, ¡Se creativo!.

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Habiendo leído el libro, se sintió un poco perturbado, pero aún así seguiría el consejo, puesto que justo ese día iría a ver a su amado omega rubio, estaba muy animado por ese hecho, tanto que incluso había pensado ya en el apodo que le diría a su bello rubio.

Salió de su hogar, parecía incluso dar brinquitos de la emoción, un aura de alegría le rodeaba, y en su rostro tenía una boba sonrisa de felicidad. Iría a recojer al rubio a la escuela, como ya era su costumbre desde que lo conoció, por muy estúpido que pareciera, a él le encantaba ir a recojerlo, se sentiría muy molesto consigo mismo si algo le sucedía al menor en su ausencia.

Llegó justo a tiempo, los alfas, betas, y omegas, comenzaban a salir de sus clases, él se quedó de pie esperando a que el bello moreno saliera. Era bien sabido que era un alfa muy atractivo, su estatura le sumaba puntos, por lo que siempre atraía las miradas de algunos curiosos omegas, betas incluso. Aunque eso le importaba poco, ya que al final solo le interesaba ser atractivo para ese omega que le tenía mal.

Finalmente este salió. Para el más alto esa imagen del rubio saliendo de la escuela era lo mismo que ver a un ángel, aunque ese mismo "ángel" tuviera la cara de haber asesinado a alguien, para él ese ser seguía siendo hermoso, por lo que se acercó casi corriendo al menor, lo tomó en brazos elevandolo en el aire, asustandolo de paso, el menor lo miró algo aturdido cuando él contrario lo soltó.

-¿Se puede saber que te sucede hoy? Luces más alegre y estúpido de lo normal- Exclamó el menor, aún un poco mareado.

-Es qué, hoy especialmente luces aún más bello, bella pulga iracunda- Dijo tranquilamente el alto.

-No me jo... ¿Cómo me llamaste?-

-Hmmm, ¿Bella pulga iracunda?- Dijo algo confundido.

El menor, sentía su sangre casi hervir de la cólera que le generaba aquel apodo, pero hoy no estaba de ánimos para insultar al alto, por lo que se dio la vuelta y comenzó a caminar, casi correr por la misma molestia.

El alto se quedó parado en su sitio, completamente desconcertado, ¿Es que acaso hizo algo mal? En el libro decía que un apodo era un buen comienzo, incluso menciona el apodo de "pulga", entonces no entendía porque el omega estaba tan molesto, incluso podía sentirse en su olor el enorme enojo que le causó ese apodo.

Comenzó a seguirle cuando finamente reaccionó, no le tomó mucho seguirle el paso.

-Bebé, ¿Por qué estas tan molesto? ¿Por qué te enojas conmigo? Sabes que no me gusta que lo hagas- Comenzó a decir con un tono de tristeza el alfa.

El rubio comenzó a acelerar el paso, no quería oir más a ese idiota.

En todo el camino a su hogar, se mantuvo callado, por ratos se mordía la lengua para no insultar al mayor, ese día especialmente no quería oír la estupidez y media que salía de la boca del contrario.

Había tardado aproximadamente 10 minutos en llegar a su hogar, cuando usualmente tardaba de 20 a 30 para hacerlo, estaba de más decir que estaba cansado por casi haber corrido. Buscaba casi con desesperación sus llaves en su mochila, quería alejarse del alfa lo más rápido que pudiera, quien hasta este punto estaba casi lloriqueando porque no le dirigía palabra alguna, ni un insulto siquiera.

¿Por qué no lo insultaba o hablaba? Fácil, Kisaki sabía perfectamente que lo que más le dolía a Hanma, era que este lo ignorara.

Cuando encontró sus llaves, las metió en la cerradura, estaba a punto de abrir cuando sintió al más alto acorralandolo contra la puerta, sentía la respiración del alfa en su nuca, incluso juro sentir su aliento, su corazón se aceleró, no sabía si era de temor o algo más, tampoco le interesaba. Cuando menos se dio cuenta escucho la ronca voz del mayor en su oído.

-Kisaki~... Deja de ignorarme bebé, sabes lo mucho que me duele que lo hagas, especialmente cuando no se que hice mal, ¿Serias tan amable de decirme?-

Sintió su cuerpo estremecerse por el tono en el que todo fue dicho, juraba que el contrario hasta saboreo aquellas palabras. Sintió como su cuerpo comenzaba a ser aprisionado entre aquellos grandes brazos, estuvo a punto incluso de dejarse hacer, pero no, lo que quería era huir de ese idiota, y en un movimiento rápido, logró empujar al alfa, abrir la puerta, entrar, y cerrar con llave.

El mayor se sentía perdido, y no terminó de entender que sucedió. Lo único que sabía es que ese primer consejo fue un completo fiasco.

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Resultado del primer paso:

El omega enojado por el absurdo apodo del tonto alfa.

Y también el omega aturdido porque por primera vez le llamó "bebé" y "Kisaki" en una misma oración, solo que el alfa es muy idiota para notar ese hecho.

Nota:

(Hanma nunca me había llamado bebé y por eso su sorpresa.)

Guía para enamorar a tú omega caprichoso.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora