Capitulo 4

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Mientras caminaba hacia la varandilla pensando que me había dejado la luz de la habitación encendida volvi la cabeza hacia atrás pero estaba apagada volví la cabeza hacia delante y me di de bruces con alguna persona.
-Lo siento.
-No, culpa mía. Se dirigía a la habitación de los chicos mientras me seguía la mirada se tropezó con uno de los escalones, no pude evitar una pequeña carcajada cuando acabo de subir escalera y desapareció en la esquina me dirigí directamente hacia la varandilla para respirar el aire de campo y ver jugar a los chicos a fútbol me quede pensando en la imagen de aquel chico tan alto y pálido, por un momento me entraron ganas de conocerlo, su rostro me proporcionaba seguridad se me quedo la mente en blanco cuando alguien me puso la mano en el hombro y era Juanjo, cuando lo mire agacho la cabeza y me susurro algo al oído.
-Ve abajo, que están todas las chicas, y diles que suban a la habitación de arriba que esta al lado de la de los chicos, vamos a comentar lo que vamos hacer en estos cortos días aquí.
Al acabar la frase me mira fijamente para que baje en seguida sin protestar, sabiendo que este año soy la única chica de la ciudad y las demás son chicas de otras ciudades.
Lo miro fijamente como el lo hace y al final asiento y bajo pegando patadas a las pequeñas piedras de la bajada, cuando llege, me quede parada enfrente ellas y dejaron de hablar entre ellas y me miraron las tres a la vez de arriba abajo mientras meditaba mis palabras,
-Hola, ha dicho Juanjo que subamos arriba que va ha explicar lo de todos los años. Ellas en seguida me comprendieron y se pusieron en pie sin decir palabra y me siguieron, en el fondo no se de que estaba nerviosa de hablar con ellas, además a tres de ellas a Sara, Laura y Ana ya las conocía de el año anterior, pero como aquel año habían venido mi hermana y unas amigas suyas casi no me hablaba con ellas pero este año es diferente, creo que tengo oportunidad de conocerlas.
Cuando llegamos arriba Juanjo me miro como diciendo me las gracias, yo lo mire con cara de sarcasmo por haber convencido a mi madre para que yo viniera.

LO QUE LA LLUVIA NO SE PUDO LLEVARDonde viven las historias. Descúbrelo ahora