Todos x Todos

No soy Daozhang (Xue Yang x Lan Sizhui)

(Si hay algún error son libres de corregirlo de forma calmada y constructiva.

Recuerden que esto solo es un fanfic, por lo que el comportamiento de los personajes no es 100% parecido al de los reales)

Su grupo se había ido por un camino diferente al que habían decidido tomar principalmente para no perderse e ir todos juntos, ahora estaba caminando solo entre la neblina y el polvo. Como pudo logró meterse en una casa que estaba vacía, cerró la puerta e invocó un talismán de fuego, vio a su alrededor, había velas, se acercó a ellas y las prendió con rapidez, una vez que el lugar estuvo iluminado notó ataúdes dentro y un hombre recostado contra uno, mirándolo divertido, en su mano sostenía disimuladamente una espada negra que parecía querer ocultar fallidamente.

"¡Oh! ¡Discúlpeme! No sabía que esta casa estaba ocupada." se inclinó ante el hombre frente a él, disculpándose por irrumpir en su morada.

"No lo está." dijo el extraño con un tono entre divertido y amargo. "Hace unos años lo estuvo, pero la familia murió." omitió gran parte de la verdad, pero no es como si fuera a despilfarrarla con cualquiera.

"¿Usted los conocía?" la curiosidad le picó un poco más que sus reglas.

"Bastante." una sonrisa triste adornó su cara.

"¿Puedo preguntar cómo eran?" Sizhui suponía que la neblina y los cadáveres seguirían afuera unos minutos, mientras él seguiría parado cerca de la puerta, el hombre le señaló un viejo cojín polvoriento que lo hizo dudar, pero para no ofender al hombre se sentó en él y contuvo una mueca por su leve misofobia.

"Eran dos hombres y una niña. Uno de esos hombres estaba ciego igual que la niña, pero el sobrante veía muy bien." mientras hablaba veía al menor. Reconocía esas túnicas, eran del clan de Gusu Lan, pero su actitud era mimada y amable, no como los estirados con cara de mierda de su clan.

"¿Mangas cortadas?" la pregunta se le escapó, cuando se dio cuenta cubrió su boca con ambas manos y sus mejillas tomaron una tonalidad rojiza fuerte. Aquello le recordó a su Daozhang.

"Podría decirse, nunca lo hablaron, pero había algo muy especial entre ellos." suspiró con nostalgia.

"Mn, suena lindo. ¿Qué les pasó?"

"Un intruso, eso pasó." apretó sus manos hechas puños.

"Pobres personas." la mueca triste en su joven rostro le hizo tener un breve recuerdo de la expresión de su Xiao Xingchen cuando le contó la historia del niño que solo quería que alguien le diera algunos dulces. Sus labios tiraban hacia abajo y sus ojos caídos demostrando empatía.

"¿Cómo te llamas? Nombre de cortesía."

"Lan Sizhui, ¿Y usted?" ahora sonreía otra vez, cambiando muy rápido sus emociones y expresiones.

"Chengmei."

No podía decirle que era Xue Yang, eso significaría tener a los Lan en ese lugar dispuestos a matarlo, y aún no quería morir, todavía no recuperaba el alma de Xiao Xingchen.