Radical

3. Buen intento

— Hay miles de cosas que he pensado —dice Gojo, mientras Inumaki se esconde entre las sábanas detrás de las almohadas de la cama de Yuta. — ¡Y no puedo creer que siga traumado con eso!

Llevaban media hora escuchándole berrear por su amigo muerto, amigo con derechos sin izquierdos, Dios sabrá que eran, luego de que Gojo entrara en mal momento a la casa sin permiso ni nada. El albino se pastoreaba por ahí y por allá y Yuta estaba haciendo todo por ocultar a Inumaki tanto en presencia como en físico. Lo que era difícil porque Gojo no dejaba de ver la cama.

— Oye, Yuta-.

— Dijimos que en la casa nada de buscar gente.

— Pero-.

— Dijimos.

— Pero es que-.

— ¡DIJIMOS!

Gojo renuncia, dándose por vencido para asentir e ir a la sala, escucha unos pasos por todo el lugar como si rastreara algo simplemente por sentidos humanos, maldito monstruo perfecto, piensa Inumaki, porque ahora mismo no es momento de que el genial Satoru revele su localización, incluso se está preguntando si solo se hace el tonto para no tener esa clase de charla con Yuta, ojalá fuera eso porque tampoco tenía ganas de salir de su escondite a enfrentar este tipo de situación. Suspira, cuando Gojo se va para abajo puede respirar por fin.

— Le diré que salgamos, para que puedas irte —murmura, dándole un beso en la frente que Inumaki no tarda en aceptar. Aunque, Yuta se aleja un momento para ver de lejos el desastre que era Inumaki. Ojos llorosos, sudado, con muchas marcas en su cuero y la camisa mal puesta. Sí, definitivamente quiere volver a su trabajo dándole amor a Toge pero con el fastidioso de Gojo no era la mejor opción.

Toge suspira. Porque, quizás, él sí tenía ganas de continuar a pesar de tener al hombre de ojos azules debajo de ellos.

~œ~

— Toge, tienes algo en el brazo — murmura Maki, antes de que el albino le quite la extremidad. Yuta sonreía, como si nada le perturbara.

— Algas.

— Deberías checarlo, no vaya a ser algo de maldiciones.

— Estoy seguro que no —responde el azabache sentándose cerca de Toge. Maki asintió y se fue. Yuta volteó a ver al menor, acercándose a su oído. — Si quieres luego podemos continuar.

Inumaki se sonrojó como si no hubiera un mañana.

———
Hola!
Este era un fic muy corto. Estoy tanteando terreno en Jujutsu, porque pues sigo siendo inseguro.

Tengo un fic largo en proceso! Porque InuOkko necesita más contenido ¡y yo se lo daré!

Próximo fic: Sugar Daddy Yuta!

Hasta otra! Espero lo hayan disfrutado.