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— Y-yo —
Los azules ojitos de Souya se volvieron a llenar de perladas y gruesas lagrimas, sus labios temblorosos se abrieron intentando hablar, más se le dificultaba formular palabra alguna.
Rompío en llanto sorprendiendo a Rindou, quien no entendía nada de lo que sucedía.
— P-perdón, e-en verdad yo no quería causar molestías — Musitó Souya intentando agarrar aire, pues el sumir tanto la panza le estaba robando el oxigeno.
Rindou le miro unos segundos tratando de procesar lo que sucedía, sonrió desganado tratando de disimular la leve confusión que presentaba en esos instantes. Se agachó quedando a la altura del estomago del menor, pincho levemente este con su dedo índice sacándole quejidos a Souya.
— ¡¿Q-ué crees q-... — No puedo terminar de hablar pues Rindou le interrumpío.
— Sabes que sumir la panza hace daño, ¿No?, lo unico que estas haciendo es provocarte dolor en el abdomen y falta de oxigeno. ¿Porqué lo estas haciendo?. — Demandó la respuesta.
Al no recibir respuesta bufó aburrido.
— Deja de hacerlo, anda, te estas haciendo daño. — Examino de pies a cabeza a su contrario, notando pequeños moretones a simple vista casi imperceptibles en su rostro, marcas en su cuello. Ante la curiosidad de saber que mas escondía tomó la muñeca de este jalandolo hasta el baño.
Una vez dentro del solitario baño y sin importarle las quejas del otro, remangó las mangas viendo mas moretones, cicatrices, cortes y rasguños. Gruño por lo bajo, ahora mirando fijamente al menor, quien permanecia en silencio mordiendo su labio para no romper en llanto de nuevo.
— ¿Porqué lo haces?, dime. — Volvio a exigir un respuesta, en cambio solo veia el cuerpo del menor estremecerse y temblar.
— La gente dice que estoy feo. — Contestó, Rindou mordío el interior de sus mejillas conteniendo una pequeña risa.
— Pero eso no tiene nada que ver con que tengas marcas en tu cuerpo, ¿Te metes en peleas? — Souya negó. — Te las haces tu, ¿o me equivoco?. — Souya asintió apenado.
— Escúchame bien, los comentarios hacia tu cuerpo no deben hacer que te lastimes a ti mismo. Dañas tu bonito rostro y cuerpo. La gente te tiene envidia, te hacen formar una versión distorsionada de ti, lo cual, no debes permitir, no eres una mariposa, tu si puedes ver tu belleza exterior e interior, y debes quitarte esa venda en los ojos que no te permite ver lo bello que eres. — Rindou mentalmente se regañaba por sonar tan cursi en esos momentos, pero, valía la pena al ver las sonrojadas mejillas del menor.
— Gracias. — Susurro, Rindou sonrió para sus adentros al ver su expresión de felicidad después de bastante tiempo. Le llenaba de orgullo saber que el logro hacer sonreír de esa manera al menor.
Souya estaba apunto de retirarse pero fue detenido por el mas alto quien sostuvo su muñeca.
— ¿Mm? — Miro atento al rubio, el ya mencionado trago saliva. — M-mañana, ¿Quieres salir conmigo? — El peliazul abrío los ojos sorprendio, sus mejillas se calentaron aún mas y asintió con una linda sonrisa que provoco otro sonrojo en el contrario.
— Mañana te veo Rinrin — Dicho esto ahora si emprendió camino a la salida del baño dejando al rubio totalmente sonrojado.
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¡Wow!, nunca pensé que alguien leería mi historia, en verdad agradezco sus votos. Pido una gran y sincera disculpa por no haber actualizado el sábado pasado, estuve bastante ajetreado y no tuve tiempo de actualizar, pero prometo tratar de actualizar cada semana.
Quiero decir que no agregare otra pareja a esta historia, tengo parejas bastante "raras" y para algunas personas "desagradables", por lo que decidí no añadir mas parejas a esta historia, no quiero causar inconformidad en nadie.
Por cierto, una disculpa si hay faltas de ortografía, trato de mejorar ese detalle.
