Emprender el viaje

142 11 0
                                    

Pese a las pocas horas que he dormido a causa del ruido del lugar esta tarde, una fuerza casi sobrenatural me levantó de la cama con mucha más energía y ánimos que cualquier otro día, hoy se marca un antes y un después en mí vida.

Pero la emoción no es la única persistente, hay una gran cantidad de sentimientos que me invaden y abruman mis sentidos, todas y cada una de ellas me implora correr, salir, gritar al mundo que soy libre, que puedo corre para alcanzar mi próximo destino, qué puedo caminar y si no, gatear pero nunca quedarme parada, no hoy, no en este momento. Me tope con un callejón sin salida pero estoy dispuesta a trazar una nueva ruta, una más emocionante.

Aun así, hay más emociones que compiten por tomar el control. La decisión está más que firme, no hay marcha atrás en este viaje, el barco zarpara con solo una persona a bordo, no hay espacio para más, y pienso en aquellos que voy a dejar, ¿por qué los extraño si aún sigo aquí? ¿Cuál será la manera más adecuada de despedirse? La respuesta correcta no existe, hay tantas cosas importantes que muchas veces se tiene que aprender a hacer de forma empírica...

Cada persona es merecedora de palabras y sentimientos distintos, por lo que hacerlo de una forma ordinaria le restaría bastante significado. Una parte de mí tiene la urgente necesidad de acelerar el proceso y correr hacia mi primer destino, mientras que la otra parte no tiene ni idea de cómo dar este primer gran paso: El desapego.

Me aterra, tanto como me emociona, éste futuro incierto lejos de las personas más valiosas de mi vida, pero dicen que la única manera de hacer algo que realmente te importa es con miedo.

Esta primera parada, es una de las más importantes.

El camino, a pesar de ser corto, se alarga con cada zancada, mis acciones parecen haberse alentado al estar frente a la única cosa que me separa de mi destino. Alzar mi mano para alertar a la persona que está dentro se ha vuelto una tarea difícil, pero debo hacerlo, quiero hacerlo. Mi hermana merece conocer mi, nada fácil, decisión final.

Hemos conversado de esto un millón de veces;

un sueño que me he planteado de una y mil maneras, ella siempre escucha y añade cosas a cada una de mis ideas mientras miramos las estrellas y trazamos dibujos en el aire con las yemas de nuestros dedos, todas esas veces mi plan se ha visto siempre como un anhelo, no como una realidad y hoy, eso cambia, puesto que al fin podré tomar las riendas de mi vida, ya no soy una simple espectadora, sino que me he convertido en la autora de esta historia.

La masa de emociones se unifican como un gran cúmulo dentro de mi pecho que me impide el habla. Pero su sola presencia me trae de vuelta y a la vez, me regresa a aquella niña que jugaba y soñaba con conocer el mundo.

Es extraño sentir nostalgia por el pasado y por el futuro al mismo tiempo.

No cabe duda que ella es parte fundamental de mi vida, mi pasado, mi presente y deseo que forme parte de mi futuro, aun sin su presencia su sola esencia vive en mí, sé con toda certeza que eso me impulsará a seguir.

Retengo mi aliento y me animo a golpear la madera de roble con mis nudillos. Conforme escucho el quejido de la cama y el golpe de unos pies descalzos contra el suelo el ritmo de mi corazón se acelera.

— ¿Moon? —Pregunta con voz somnolienta, se escucha confundida.
— Nenet, es hora —Solté, no hacía falta decir nada más.
— ¿Estás segura? —Pregunta despacio, con cuidado. Su voz ahora es más neutra.
— Más que nunca —Procuro sonar convencida.

Da un suspiro profundo, ambas sabemos que no hay vuelta atrás.

— Entonces ve, mi pequeña Moon. Tu anhelo de emprender este viaje, es casi tan fuerte como mi deseo de verte llegar a casa... Siempre rezaré por ti, por todo lo que eres y lo que quieres lograr. Vuela más alto que tus sueños.

Críptico FortunioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora