Epílogo

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Dos años después

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Dos años después.

Jennie.

Uh, no sabría como describir lo que siento ahora. Una mezcla de felicidad, tristeza y confusión, ¿tal vez?

Hace unos dos años que Chaeyoung, mi hermosa ex vecina, me considera su amiga.

Me trata como si yo fuera una piedra preciosa y delicada, o al menos ella me a dicho que soy como su piedra preciosa.

Me pone demasiado feliz cuando me cuida y protege, que es lo que hace siempre. Pero me confundo cuando pienso en que solo lo hace por pena o por algo... sabe que me gusta, lo sé porque creo que es muy obvio de mi parte.

Hace unos meses ella se mudó porque entró a la universidad. En este tiempo hemos estado un poco alejadas. Casi no hablamos y solo nos vemos unas pocas veces. Me siento triste cuando creo que se está cansando de mi.

También me siento mal por no saber casi nada de ella estos días. Ni una llamada o mensaje. Es como si... hubiera desaparecido de mi vida y ya no quisiera volver.

- ¿Estás bien? Puedo sentir que estás triste. -Jisoo me habló por medio de nuestro vínculo. Traté de evitarla pero fue en vano porque ella siguió exigiendo respuesta.

- Lo estoy, Jichu, yo debería ser quien te pregunte eso a ti. -le respondí de mala gana, aunque sabía que se sentiría mal. Emocionalmente, mi hermana estaba muy inestable gracias a su embarazo y lo menos que quería era lastimarla, aunque lo estuviera haciendo.

- Lo siento por preocuparme. -murmulló. - Solo... uh, ¿puedes...? ¿Puedes arreglarte un poco? Se que estás en pijama, comiendo helado frente a la tele. Es como, uh, una tradición en ti hacer eso jaja.

- ¿Porqué tendría que hacerlo?

- Solo hazlo, Jennie. Confía en mi. Te hablaré más tarde, Sehun ya llegó.

- ¡Dile que se porte bien contigo!

Ya no escuché respuesta de su parte. Me levanté del sofá, dejando a un lado el bote de helado y apagué la tv.

Me miré en el espejo de cuerpo completo que tenía junto al mueble de la pantalla. Hice una mueca de disgusto al ver mi reflejo.

- Ugh, me veo terrible.

Por Dios, Jisoo tenía razón. Mi cabello blanco estaba muy desordenado. Mi pijama celeste pastel estaba manchada con helado de fresa y tenía ojeras poco marcadas debajo de los ojos.

Caminé a mi habitación para bañarme y arreglarme un poco para que no verme tan desagradable.

Eran al rededor de las dos de la tarde y salí del baño con una toalla al rededor de mi cuerpo. Saqué de mi armario una falda y una blusa, ambas color blanco para vestirme. Luego me puse un cardigan amarillo clarito sobre la blusa ya que estábamos en los días donde el frío se sentía mucho más que otras veces.

Cute and Savage ➜ Chaennie Donde viven las historias. Descúbrelo ahora