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Cuando la enfermera dijo que esperará, que ya venían por mí, me sorprendí, no espere que, Ran, aceptará venir por mí.

Espere el tiempo que indicó la enfermera, tenía sueño, tal vez por haber recibido tanto golpe.

Escuché que tocaron la puerta, habían pasado aproximadamente 10 minutos desde que llamo a Ran, así que el no podía ser, cuando la enfermera abrió la puerta pude ver unos cabellos rubios.

Era él.

- Buen día, ¿Me permite pasar? -

Dijo, Ran, se veía agitado, ¿Estuvo corriendo?

- Claro jovencito, pasa. -

La enfermera dejo pasar a Ran, este se acercó a mi y tomo mi rostro, que ahora tenía unos cuantos moretones.

- Rin, Rin, pero, ¿Qué sucedió?, ¿Comenzaron a molestarte de nuevo? -

Se veía preocupado, a mí se me formó un nudo en la garganta, no podía hablar, mis lágrimas estában al borde.

Lo abracé y comencé a sollozar.

- Tranquilo, Rin, ya estoy aquí contigo. -

Sentí que sus largos brazos envolvieron mi cuerpo, extrañaba abrazarlo y que él me consolará cuando me sentía mal o me hacían algo.

- No podrá asistir hasta que sus heridas sanen por completo. -

Dijo la enfermera, sentí que, Ran, se daba un poco la vuela sin soltarme.

- De acuerdo, pero, ¿Sabe que es lo que sucedió? -

- No, joven, no quiso hablar de lo que sucedió. -

- Entiendo, ¿Podemos retirarnos? -

- Adelante, haré un reporte del por qué se tuvo que retirar. -

Sentía pesados mis ojos, sentí que, Ran, me cargo, yo envolví mis brazos en su cuello para no caer.

Mis cosas ya las llevábamos, la enfermera había pedido a alguien que las llevará.

Caminamos, bueno, Ran, caminó, con los movimientos comenzaba a quedarme dormido, y así fué.

Cuando sentí que, Ran, paro de caminar, abrí lentamente mis ojos, ¿Cuando fue que llegamos a casa?

Pude ver que, Ran, dejo las mochilas en el sillón, subió a mi habitación, sin soltarme. Abrió la puerta y entro, me dejó con suavidad en la cama y me miró.

No pararía de insistir para que le diga lo que sucedió.

𝘛𝘦 𝘢𝘮𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘴𝘦𝘳é 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora