[...]

129 14 0
                                    

❀ XXVI ❀

Las últimas semanas pasaban y no eran de mucha importancia, la misma rutina de siempre, lo único que cambiaba era que, después de darle aprobación a que las chicas se juntaran con nosotros, ya no podía quitármelas de encima, ¿que he hecho?

Ya había pasado medio año desde que entré a secundaria, ¿lo raro?, era que Ran de vez en cuando cambiaba su actitud, ya sea porque iba a hacer "trabajos" o porque se molestaba de que estaba con las niñas "chicle", sigo sin comprender con exactitud esos cambios, es decir, me gustaba que estuviéramos juntos, pero luego me molestaba que me reclamara que estaba más con ellas, pero, ¿qué puedo hacer yo?, no se como decirles que ya no me quiero juntara con ellas, me agradan, pero hay límites, y parece que ellas no lo entienden. Por ejemplo hubo una vez donde mi compañera de banca se molesto solo porque otra chica de otro grado me pregunto en donde estaban los sanitarios, van a decir, lleva medio año y,  ¿no sabe donde están?, loco, pero la chica era nueva en nuestra escuela.

Mis sentimientos se mantenían igual, seguía amando a Ran, pero sus comportamientos me lastimaban, y cada que eso pasaba mis pesadillas no paraban. Si, aún sigo viendo en todos y cada uno de ellos a esa molesta mujer, aun no logro ver su rostro, pero en todos ellos siempre está mostrando una gran sonrisa, como si se estuviera burlado de mi, de que Ran en esos sueños se va y al parecer es con ella. Y bueno, en peronsa tampoco se quien es, después de la fiesta de mi graduación no he visto a mi hermano con muchas mujeres , y con las unicas que esta me fijo en  como sonrien y ninguna de ellas tiene la misma sonrisa que la chica de mi sueño.

Una vez tuvimos que hacer un proyecto en equipo, y para mi mala suerte dejaron que los equipos los formaramos nosotros, y como pueden imaginar, si, me toco hacerlo con esas tres. Fue un gran fastidio. Veran, no soy de esos alumnos que están matándose en el estudio, pero esta vez quería trabajar, ¿la razón?, valía la mitad de nuestra calificación y esas tres solo se la pasaban abrazándome y que jugaramos a... bueno... cosas que no eran de mi agrado, volvía a casa cansado y con asco, ya no soportaba estar en ese salón, en las mañanas me costaba tanto trabajo pararme de la cama y pensar que iba a regresar. Y si no fuera poco, Ran me reclama por mi hora de llegada, que esas niñas le fastidiaban, pero, ¿mi culpa no es, o si?, yo quería irme pronto de sus casas, pero ellas sacaban cualquier excusa y no me dejaban marcharme.

— Ya te dije que no me agradan, Rindou, ¿cómo es que sigues aguantandolas? —

𝘛𝘦 𝘢𝘮𝘰, 𝘱𝘦𝘳𝘰 𝘯𝘶𝘯𝘤𝘢 𝘴𝘦𝘳é 𝘤𝘰𝘳𝘳𝘦𝘴𝘱𝘰𝘯𝘥𝘪𝘥𝘰.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora