¿Qué es lo que tiene que hacer una mujer para que la persona que más con locura pueda verte directamente a los ojos cuando más lo deseas?
He sido paciente, muy paciente. He tomado la decisión de permanecer bajo las sombras del templo y admirando hacia el cielo para que la única mujer que he anhelado se siga escurriendo por mis manos.
Se supone que debería mantenerme bajo perfil, en una tan bajo que ni siquiera Dios tendría que darse cuenta de mi existencia, pero me estoy enojando en sobre manera cada vez que veo a una persona cerca de ella, inhalando el dulce olor de la suavidad de su cabello, o incluso su olor corporal.
Camila, Camila es la mujer más hermosa, su belleza es sublime y admirable. La piel acanelada se esconde detrás de todas esas vestiduras que recubren su cuerpo. Debo ser paciente, me digo a mi misma, pero incluso con toda esa ropa encima de ella no me hace dejar de desear.
Soy una maldita bastarda, una basura que al desea para ella.
La hermana Camila, la líder del coro de la iglesia Santiago de Jesús.
Llegue a este pueblo de paso, cuando una llamada efímera me había informado que mi único abuelo vivo, había muerto en el centro médico de este pueblo en Ohio. Vine como si el mundo dejara de existir, porque había perdido mucho tiempo de vivencias con mi abuelo a causa de una pelea familiar con mi madre.
Él era quien me quedaba, y aun así se había mantenido asilado. Cuando pise este pueblo conoce algunas personas, pero evite el contacto con cada una de ellas, hasta una sola persona. La única persona que estaba haciendo que mi mundo diera vueltas.
Entre todas las monjas y las superioras que cuidan a mi abuelo, estaba ella.
Recibí una bienvenida por ellas muy leve, me mostraron la tumba de mi abuelo y cada una me dio el pésame, pero los brazos de Camila me rodearon cuando caí de rodillas abrazando la lápida con el nombre de mi abuelo.
Entonces lo supe, era mi destina, la mujer con la que debía vivir, con la que debía pasar el resto de mis días, su solo toque me hizo saberlo, aunque este amor sea unilateral.
—El día de hoy la hermana Camila Cabello, nos hará la demostración de la nueva canción por el coro— el cura se giró a verle con una dulce mirada y cerro sus ojos dejándose llevar por la melodía del coro.
La melodía recorría cada pequeño espacio del lugar, así que seguí los pasos del curo y me deje llevar por la melodía, cerré mis ojos mordiendo mis labios con el dulce canto.
La voz de Camila sobresalía entre todos los tonos, era armoniosa, era perfecta. Era Camila.
Mi erección comenzó a creer en sobre manera y mi bochorno en conjunto, no era la primera vez que obtenía una erección dentro de la iglesia, pero si una de las pocas veces que alguien a mi alrededor podía verme.
Tome la biblia de mi costado y la deje encima de mi regazo, la madre con su hijo a mi lado no se dieron cuenta, lo supe cuando me dieron un asentimiento y una ligera sonrisa cuando abrí la biblia y disimule buscando un versículo en el libro.
Mi ligera sonrisa estaba apretada entre mis labios como lo estaba mi erección dentro de mis pantalones de vestir por solo ver y escuchar la voz de Camila.
Miro disimuladamente hacia la biblia abierta cuando la voz de mi hermosa mujer se ha detenido, el cura comienza a leer en el micrófono pequeño que tiene a disposición.
—Buscar primera de Corintios 6— las personas comienzan a buscar en sus biblia y yo hago lo mismo para que la mujer a mi lado no diga nada al respecto —Ubicar el versículo 9 y 10.
Lo encuentro y sonrió de medio de lado dando un vistazo rápido.
— ¿No saben que los malvados no heredarán el reino de Dios? ¡No se dejen engañar!— la voz fuerte del cura hace a todos asentir en acuerdo a sus palabras —Ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los sodomitas, ni los pervertidos sexuales, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los calumniadores, ni los estafadores heredarán el reino de Dios.
—No soy todo eso— murmuro como puedo entre dientes, casi siseando de molestia y asintiendo como todos hacen.
Los aplausos aparecen y se levantan para alzar sus manos, yo dejo la biblia en mi puesto y llevo mis manos hacia mi parte delantera enlazándolas para disimular. Observo todo alrededor y cierro mis ojos como ha pedido el cura.
Pero a diferencia de todos los que están aquí presente, yo no estoy haciendo nada de lo que ellos hacen.
"—Vamos cariño, abre tu dulce y refrescante boquita y tomate toda la lechita que me hiciste aguantar— balbuceo mirando los ojos entrecerrados de Camila arrodillada con sus labios entreabiertos junto con su lengua fuera de ella para absorber cada gota de mi semen—"
— ¡Ah!— suelto y abro mis ojos rápidamente — ¡Si señor!— alzo mis manos mirando el techo —¡Obra por nosotros!
Mis palabras son casi tragadas con asombro por dejarme ir en los pensamientos tan impuros.
Observo detenidamente a todas las personas comenzar a salir y yo aun con mi biblia en mano me dirijo hacia Camila.
—Hermana Camila— hablo para hacerme sentir presente. Su mirada se dirige a mi luego de hablar con unas de las coristas —Señoritas— sonrió hacia las mujeres que me dan una dulce sonrisa y se giran para hablar entre ellas.
—Hola Lauren ¿Cómo estás?— su pregunta es suave.
"Dura por querer penetrarte"
—Bien gracias a Dios— digo casi murmurando —Su canto estuvo hermoso, gracias por deleitarnos con el— se sonroja levemente y niega.
—Nuestro Dios merece eso y mucho más— asiento mirando sus labios.
— ¿Esta ocupada esta tarde? Para tomar un café, Emily dijo que había creado una nueva mezcla— propongo.
—Sería perfecto— sonríe dejándome ver el brillo de sus labios. —En medio hora podemos ir, ordenare un poco, hermana Lauren— asiento carcomiéndome por dentro a al uso de sus palabras.
—Claro que sí, hermana Camila— digo entre dientes lo último antes de girarme y retirare a las afuera del aposento de Dios.
*Historia corta*
*Espero les guste*
ESTÁS LEYENDO
Sin Advertencia (Camren G!P)
ContoAdvertencia ⚠︎ Religión. Lauren G!P Historia completamente mía.