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La noticia de que el hijo del importante Clan Choi se enlazo con un delincuente con problemas de adicciones fue furor nacional y una rotunda decepción para la familia mencionada, ellos esperaban y querían algo mejor para su hijo.

Eventualmente San fue desterrado de su familia sin opción a rechistar o decir algo al respecto, fue allí donde tuvo que ir con WooYoung, su alfa a un lugar donde nunca pensó ir.

El barrio más pobre de Seúl, un barrio situado a lo alto de una colina y al lado de una montaña, donde mayormente vivían ancianos y las casas eran antiguas, tanto que no contaban con baños o gas.

Fue duro para San estar ahí, alejado de todo lo bueno que conocía para llegar a un lugar como ese. Pero, si estaba junto a su Alfa todo estaría bien o eso quería creer.

Cinco meses después de mudarse a la casa que perteneció a la madre de WooYoung, San se entero de su embarazo,  fue sorpresivo pero lo esperaba, sin embargo, estaba preocupado, del futuro de su hijo y él suyo.

WooYoung era un alcohólico con problemas de drogadicción, y siendo sinceros, San no tenía mucha esperanza con su pareja, vivía con el miedo y la zozobra de algún día hallar muerto a Jung por una sobredosis. Temía por la calidad de vida que le brindaría a él cachorro en su vientre.

Recordó la noche anterior, donde Jung llegó alcohalizado y drogado hasta el tope apenas pudiendo sostenerse por él mismo y gritando estupideces a los cuatro vientos. Soltó un gran suspiro y miró al techo de la que ahora era su vivienda, pensando en como era su vida antes de conocer a WooYoung.

A eso de las 7 de la noche, el Alfa llegó a casa, parecía estar limpio y allí San vio oportunidad de confesar su embarazo. WooYoung tuvo una buena reacción y no demoró en abrazar al Omega, bastante feliz con la noticia del cachorro en camino. Cenaron sopa de pescado acompañada de tteobokki, al terminar sus alimentos Jung se encargó de lavar los trastes y tendió la cama sobre el piso.

Minutos después estaban recostados juntos sin decir alguna palabra, respirando al compás y cada uno con distintos pensamientos rondando en sus mentes.

—¿Cómo lo supiste?—

—¿Saber que?—

—El embarazo—puntualizó Woo.

—Tuve un chequeo de rutina por lo me hicieron algunos exámenes y ahí lo supe. Además, mi celo estaba atrasado— comentó entre murmuros perezosos.

—Entonces, ¿cuántos meses tienes?—indagó con extrema curiosidad, el Alfa se encontraba sumamente emocionado por la vida que se formaba en el vientre de su pareja.

—Casi 5 meses—respondió sin ánimos.

—Es bastante tiempo...— opinó el Alfa.

—Lo es— y allí finalizó la pequeña y rara plática de la pareja.

[...]

Se movió sobre el colchón buscando a ciegas su móvil, al encontrarlo lo encendió y abrió sus orbes, la brillante luz lastimándolos por lo que los cerró nuevamente hasta que pudo adaptarse a la luz. El reloj en su celular marcaba las 4:30 de la mañana, con pesadez se levantó del colchón y salió de la habitación, con un horrendo nudo en su garganta y presión en su pecho. A tientas encendió la luz del pasillo, siendo a WooYoung lo primero que vio, se encontraba dormido apoyando contra la pared a su alrededor botellas de soju y cervezas, algunas colillas de cigarrillo acompañándolo.

Negó con su cabeza, abrumado más no decepcionado. Sus orbes se llenaron de lágrimas, su garganta ardió avisando que las náuseas llegaron y sin más opción corrió colina abajo llegando al baño comunitario, cayó en uno de los baños sacando todo de su organismo hasta que este estuvo vacío, continuó teniendo náuseas pero ya no había nada que desechar.

No supo cuanto tiempo estuvo en el baño, hasta que WooYoung entró allí con urgencia sudado y agitado.—¡San!—grito en voz baja demostrando angustia y preocupación.

El llamado finalizó de enguajarse la boca y sin prestarle atención a el Alfa salió del servicio público caminando con prisa cuesta arriba, no demoró en llegar y suspiro al ver el desastre causado por WooYoung, sin más se arrodillo empezando a recoger las latas y botellas del suelo.

—¿Dónde estabas? ¡Hiciste que me preocupará!—gruño con desespero.

—En el baño, vomitando—respondió con obviedad.

—¿Por qué? ¿Algo te cayó mal?— preguntó inocente sin saber.

San exhaló con fuerza, halando sus cabellos con desesperación. —¿Acaso no te acuerdas de lo que te dije ayer?— el tono de su voz era bajo, dolido. WooYoung negó en voz baja.

Choi dejo caer las botellas que sostenía en sus brazos, derrotado y dolido, de sus ojos empezaron a salir gruesas lágrimas de dolor. —¡Estoy preñado, WooYoung!— comentó con voz gangosa. Y no supo cuando sus piernas perdieron fuerza pero cayó, algunos de los vidrios incrustándose en sus manos y piernas.

WooYoung quedó mudo, sin poder hablar y sintiéndose horrible. —Y-yo San, ca-riño. Lo s-siento mucho, perdón. Perdón por olvi-darlo, soy un imbécil— con cuidado se acercó al Omega con la intención de levantarlo y curar las posibles heridas pero San retrocedió y su llanto aumento.

—Quiero irme...No quiero estar contigo WooYoung— grito jadeante sin importarle que los vecinos oyeran.

WooYoung se arrodillo sin importarle que se lastimará y cómo pudo levanto a San llevándolo a lo que era su cuarto,  con esfuerzo se recostó con el Omega sobre él en las colchonetas en el suelo. Le arullo y expulsó feromonas calmantes para su pareja hasta que cayó en un sueño profundo.

—Yah...soy un idiota— lamentó Jung con una horrible presión en su pecho al haber lastimado a su pareja con sus crueles acciones. Temió que San lo abandonará y rompiera el lazo, por lo que lleno de temor se prometió intentar cambiar aunque el mismo sabia que aquello era imposible y que de alguna manera u otra siempre terminaría decepcionando y lastimando a su omega con sus insolentes acciones.

©jaggi_



Unexpected LoveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora