Kim Heejin, una estudiante buena pero no muy popular, tiene dos amigas y conocidos en la escuela, no es completamente cercana a ellos pero Heejin no aguanta estar sola, tiene sus razones personales.
Cuando brota un virus en su colegio todo dará vue...
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‹My strange addiction - Billie Eilish›
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Me despierto por un ruido... Eh...
—¡Encontré uno!
Sentí el piso duro del colegio, abrí lentamente los ojos y solté un quejido bajo. Nadie me escuchó.
Mejor, no quiero ser el centro de atención.
Veo como todos se acercan a I-Sak quien tiene un celular en la mano.
Puedo verlos hablar entre sí desde la esquina donde estoy tirada.
—Es de Yeong-Ju.
—Necesitamos contraseña.
Me despiste y deje de prestar atención en esa conversación para pensar en algo...
¿Mas importante?
Gwi-Nam...
¿Que está haciendo ahora? Mierda ¿Y si se murió?
Antes de que continúe pensando en cosas peores me llamó la atención como Cheong-San asomaba el celular hacia la cara de un zombie... Yeong-Ju. Que estupido...
—¡No necesitas desbloquearlo para hacer llamadas de emergencia!- Le grito desde donde estoy y siento la mirada de todos caer en mi.
On-Jo se acercó a mi corriendo y se agachó a mi lado, esta habla. —¡Heejin, ya te despertaste!
—¿Que me ocurrió?- Al decir esto ya tengo a todos alrededor mío. Mierda.
—Te encontramos tirada cerca de la ventana del comedor, y entonces con ayuda de On-jo te trajimos- Sonrió Cheong-San al decir esto.
—Si- Afirmó ella.
—¿Como te sientes?- Preguntó Su-hyeok repentinamente.
Todos ellos solo eran mis compañeros, de un segundo al otro están raros conmigo.
—¿Bien?- Lo mire confundida y el simplemente se fue de la ronda que habían hecho en donde estaba tirada, como todos los otros.
Después de un rato de ellos discutiendo y llamando a urgencias me levanté y fui hacia la ventana. Podía ver como los estudiantes se comían entre sí, se tiraban bruscamente, se escuchaban gritos...
<Flashback> Puedo escuchar los gritos de mi mamá, sonidos de cosas cayéndose y golpes...
Estoy escondida en el armario, donde me puso mi mamá.
Esta oscuro... gritos, golpes, ya no aguanto.
Grito lo más fuerte que puedo por mi miedo y lo único que logré fue que el abra la puerta de donde estaba escondida.
