Luís se había quedado dormido y Marcos miraba hacia el techo, tenía como almohada el brazo de su amigo.
Luís debió tener un día pesado en el entrenamiento, porque no era de cansarse rápido y mucho menos de dormir la siesta. Cabe añadir también que había Gimnasio justo ahora, pero Marcos optó por no decírselo.
Por dos razones, le gustaba estar junto a Luís, y no quería ir al gimnasio. Odiaba ir, solo Luis lograba sacarlo de su casa con la promesa de comer algo delicioso a la vuelta.
Un sonido se escuchó junto a una vibración, venía de Luís. El teléfono estaba sonando y el dormido ni de dió cuenta de este echo. Marcos con cuidado sacó el móvil de su bolsillo y miro a la pantalla.
Natalie, decía en la pantalla.
—Funeraria, buenas tarde— dijo con un tono neutral.
—¿Eh? Ay, disculpe—a los pocos segundos dijo:—. Qué gracioso Marcos, pásame a Luís.
—Está dormido, llámalo después — y colgó.
Dejó el móvil al lado luego de haberlo puesto en silencio. Observó a quien dormía a su lado. Luís roncaba levemente, tenía los pies abiertos y abrazaba a Marcos por los hombros.
*****
—Natilla, levántate— le susurró al oído.
Habían pasado dos horas y ya era hora de la cena. Marcos había logrado safarse de la llave de lucha que Luis le había echo luego de intentar salir. Lo hacía siempre, porque Luís dormía con un almohadón que acostumbraba a abrazar.
Marcos, al ver que el bello durmiente no despertaba, le empezó a acariciar el cabello y a llamarlo suavemente. Pasados dos minutos repitiendo la acción se le lanzó arriba haciéndole cosquillas.
—¿Que encontré por aquí?— dijo haciéndole cosquillas, Luis
El que dormía se empezó a mover incómodo hasta que se volteó para evitar las cosquillas. Pero Marcos siguió y se volvió a virar, pero esta vez lo lanzó a la cama contratacando al muchacho.
—No se vale— explotó en una carcajada y empezó el forcejeo.
Jugaron por unos minutos hasta que Marcos se le subió arriba a Luís y este lo pegó a su cuerpo.
—Mañana vamos tú y yo a la playa ¿Si?— dijo— Sin las perras, jugamos soccer, nos bañamos y al volver pasamos por lo de Nick a por unas Madalenas.
—¿Y después vamos a la heladería que queda después?— dijo haciendo pucheros.
—Vale, pero sabes que el domingo hay doble sesión en el Gym para bajar toda eso ¿Verdad?
—Para el domingo ya habré cruzado la frontera— dijo haciendo un deje con su mano.
Ambos rieron con el comentario y quedaron así, en silencio, abrazados, Luis apretaba contra su pecho y Marcos de dejaba querer.
—Vamos a cenar— dijo Marcos levantándose suavemente—Si sigo aquí el que se va a dormir soy yo. ¿Te vas a quedar a dormir?
—No no, tengo que hacer una tarea investigativa que quiere el de Historia.
—Bueno, voy bajando—dijo abriendo la puerta.
—12 llamadas de Natalie— dijo con asombro
—Se pone intensa— dijo riendo.
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You Always Say For Ever
Teen Fiction[En proceso] Dale una oportunidad y leete el prólogo venga 😉