El cuerpo no reaccionaba. Su mente mandaba las órdenes pero este no respondía. La música corría detrás de ella y por más que lo intentaba, sus movimientos se alargaban cada vez más, sus músculos pesaban y su cabeza no encontraba su eje.
"Y 1, 2, 3, 4, y..."
Madame Shiva, como se le conocía dentro de la compañía, marcaba el ritmo del ejercicio, e incluso desde el otro extremo de la habitación sabía que su voz elevada iba dirigida a ella. Pero por más que trataba, apenas podía entrar en la música. Pero no dejó que la frustración la abrumara más, apretó su centro, jalándose cada vez más, sintiendo como si alguien la jalaba de la coronilla hasta llegar al techo, y clavó la mirada en la cabeza de su compañera de enfrente.
"Bien, bailarines, barras fuera."
Todos se alejaron del centro, llevando las barras consigo. Algunos se acomodaron en un medio círculo esperando indicaciones de Shiva, otros aprovecharon a tomar un sorbo de agua, y la mayoría estiraba esperando las indicaciones para el siguiente ejercicio.
"¿Estás bien?" Raven apenas había dado unos pasos atrás para no estorbar en el movimiento del salón, pero se había concentrado tanto en su respiración, buscando un alivio a su malestar, que no noto cuando su amiga se acercó a ella.
"Si, solo me mareé un poco. Vamos." Dijo avanzando al centro del salón para marcar el adagio, sin percatarse de los ojos esmeralda que la seguían desde atrás.
Por fin terminó la clase, afortunadamente su malestar no se agravió, incluso conforme había avanzado la sesión sintió como disminuyó ligeramente, pero ahora que el movimiento se había detenido, no pudo evitar que su piel se erizara al sentir el aire frío que calaba hasta sus huesos.
Se apresuró a cubrirse, dejando que la comodidad de su chamarra la abrazara y su cuerpo encontrará un pequeño descanso.
Pasaré comprando algo para comer y en un rato más estaré entre mis sábanas.
Pensó, saliendo del vestidor cuando de repente Damian apareció en su vista. A pesar de la sorpresa de verlo de aquel lado, Raven estaba lista para pasar de largo, segura que no estaba ahí por ella. ¿Por qué lo haría?
Lo que sea que tenían, era exclusivo de sus sabanas, y del cuarto de ensayo por unas breves ocasiones. Un rubor coloreó sus mejillas ante el recuerdo, pero no permitió que le afectará de más y prosiguió en su camino, confiada que Damian estaba ahí por una razón ajena a ella.
De pronto, se detuvo en seco cuando sintió una mano sostenerla por la cintura mientras la otra rodeaba una mejilla delicadamente. Antes que pudiera decir, o pensar algo, Damian junto su frente con la de ella.
Su cuerpo se tensó por un instante sin saber cómo reaccionar. Aquel era un gesto demasiado íntimo, un gesto que secretamente atesoraba de sus momentos solos, y el tenerlo así, tan
casual en su día a día, era inevitable sentir su corazón agitándose precipitadamente contra su pecho.
No estaba segura cuánto tiempo estuvieron así, pero después de un rato, Damian se enderezó, sin retirar sus manos de ella.
"Estás caliente."
"Bueno, gracias. Me alegra que lo veas así, yo creo que tú no estás tan mal." Dijo con burla y una pequeña sonrisa socarrona. Aquella acción tranquilizó a Damian.
"TT" Era tan sencillo molestarlo, un pequeño placer que no permitiría que una enfermedad menor le arrebatará. "¿Hiciste toda la clase así?"
"Es sólo un resfriado. El frío no me sienta bien." La realidad es que todavía estaban en las últimas semanas de verano, pero habían días dónde el viento otoñal empezaba a hacerse presente y Raven no era tolerante al frío.
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Pas de deux
FanfictionRaven conoció a Damian cuando ambos formaban parte de una reconocida compañía de ballet. Un día , Raven abandono la compañía sin dar explicaciones. Dos años después, Raven trabajaba de regreso en Metrópolis en la academia de Zatanna Zatara, únicamen...