Itachi miró directamente a Minato Namikaze, el gran príncipe del crepúsculo, aquel que superó la prueba de volver con vida del bosque siniestro, llevando consigo diez cabezas de demonios, ese hombre era también un demontre lleno de resentimiento y odio. Por eso jamás se impresionó cuando supo que había hecho un golpe de estado, matando a su padre y hermano, ni cuando pulverizó la nación del remolino, o las noticias de que había abanado al hijo que tuvo con la bruja escarlata. El corazón de Minato Namikaze se esfumó en el imperio Oscuro y su imperio perdió a su mejor defensor por el príncipe del crepúsculo.
- Salgan todos – Ordenó Itachi tomando asiento en la mesa de madera de cedro milenaria, esperó a que solo quedarán algunos de sus hombres de confianza, su tío Izuna y sus invitados a la fuerza.
Minato se sentó frente a Itachi tomando en brazos al zorro, Itachi ya se había percatado de él, le causó extrañeza que el emperador viniera a su castillo con animal.
- Te escucho – La voz del rubio sonó demandante, tanto Itachi como Izuna sabían que debían hablar pero les costaba ya que romperían una promesa al hacerlo – Odio repetir lo que digo, pero si estoy aquí es porque estoy preocupado y además porque quiero y puedo ayudar si me dicen qué está pasando –
- Nosotros te hemos mentido Minato – Izuna habló con pesar y profunda vergüenza por haber engañado a quien consideraba un amigo.
- Cómo – El Namikaze se desconcertó, fue inevitable para él que su corazón comenzara a bombear más rápido, como si éste supiese antes que todo, la respuesta de su antiguo amigo. Apretó los puños tratando de disipar esa sensación de ansiedad que recorría su cuerpo al saber que fue engañado.
- Madara no falleció – Reveló el Uchiha a sabiendas que eso podría hacer enfurecer a Minato.
- Qué – Jadeó Minato al tiempo que debió apretar aún más los puños para aguantar la punzada de dolor que atravesó su cuerpo al escuchar el nombre de Madara Uchiha una vez más, había enterrado ese nombre con todo su amor por él, cuando le dijeron que había muerto – Cómo que no está muerto – Su voz era entre dolor y furia contenida.
- Madara nos pidió jamás contarte la verdad, pero aunque nos duela aceptarlo necesitamos tu ayuda, los Uchiha tenemos una maldición – Reveló Izuna, sintiendo que un peso de miles de kilos desaparecían de su espalda.
- Qué maldición – Trataba de aguantar sus ganas de destruirlo todo, solo por el recuerdo de Madara. Kurama intuyó que el padre del mocoso estaba a unos instantes de destruir todo. Y él que pensaba que lo explosivo lo había sacado de Kushina pero Minato no lo hacía nada de mal en esos momentos, todos los contantes del emperador estaban por los cielos, quizás solo le quedaba una pizca de raciocinio y si sus cientos de años le habían enseñado algo, ese desquició que estaba presentando el rubio, no era otra razón que por amor, la maldición de todo ser viviente el amor, ese sentimiento que movía a todos y por quienes muchos habían perdido la razón.
- Jamás seremos felices con la persona que amemos, si entregamos nuestro corazón a alguien comenzaremos a convertirnos en monstruos...
*
Sasuke se removió en su cama sudando, una enfermera coloco otro paño frío, pero el chico se movía dolorosamente.
- Lady Tsunade – Llamó la chica – La condición de este joven está empeorando –
- Lo veré – Tsunade caminó hacia el chico para tomarle los signos – Ve a monitorear a otros pacientes mientras estoy con él – La joven enfermara asintió y salió de la habitación en penumbras.
ESTÁS LEYENDO
Alguna vez fui el Príncipe Olvidado
FanfictionNaruto muere y vuelve a vivir una vida tras otra, pero siempre llega para vivir una en especifico, en donde es el único hijo del gran emperador del imperio de la luz, Minato Namikaze, pero no es amado y es olvidado. Pero en esta nueva vida, Naruto...