Capítulo Uno ... El bebé abandonado.

863 58 34
                                    

Este capítulo es larguisimo, tiene 17 páginas casi 8.800.- Palabras, lo iba a dividir en dos, pero me dije, ya vamos publiquemos como está, si al final cuánto tiempo las tuve sin historias, jaja así que aquí está.

Espero que disfruten la lectura.

++++++++++++++++++++++++++++++++++++


Naruto comenzó a llorar compulsivamente, moviendo sus regordetas manos y piernas, a todo pulmón, la razón de su llanto era claramente al ver que había vuelto a la vida, al ver el techo pintado con querubines lleno de humedad, con sus grandes ojos azules. Se dio cuenta que estaba en el palacete Pirita (oro de los tontos), y como su nombre lo indica era el más feo y viejo de todos los palacios del imperio de la Luz.

Otra vez había renacido en la maldita vida del príncipe Naruto, el apodado príncipe olvidado, el hijo nada deseado del gran emperador Minato Namikaze que simplemente se desentendió de él, olvidándolo en aquel destartalado palacete. Por eso estaba vociferando, como el bebé que era, las pocas sirvientas que estaban a su cuidado se acercaron para mecer la cuna y hacerlo callar, intentaron de todo, cambio de pañal, formula, un baño, arrullos, todo nada lo calmó.

Cuatrocientos diecinueve años, y nuevamente era un bebé que dependía de los demás, tendría que volver aprender hablar, a que le salieran los dientes, a no poder controlar su esfínter, a dormir más de lo que quería, hacer todo de nuevo una vez más, y para qué si nuevamente terminaría muerto antes de poder llegar a los treinta años. Joder solo una vez había llegado a esa edad y lo hizo como esclavo, pero para su desgracia fue traicionado por su esposa. Su alma algo muy terrible había hecho para merecer tal castigo de volver a vivir una vida tras otra.

Lloró hasta su garganta dolió, se rindió ante el sueño, y aún dormido hipaba de dolor para el desconsuelo de las pocas sirvientas, ellas sintieron pena por el pobre y desgraciado bebé nacido sin una estrella de buena suerte. Su madre murió al darlo a luz, el emperador lo dejó abandonado sin importarle si era criado o no, como ellas tenían el pago solo por trabajar en el palacete Pirita, en donde solo habían plebeyos o nobles caídos en desgracia, solo el peso de un apellido, lo cuidaban como parte de su labor, muchas lo ignoraban, pero había unas cuantas que se apiadaron de él.

Naruto ya los conocía a todos y cada uno de ellos, sabía perfectamente que ninguno era malo pero tampoco bueno, simplemente lo cuidaban porque era un pobre bebé, pero luego a la edad de tres años y medio sería abandonado, todos pensando que alguno de los sirvientes se quedaría cuidándolo, todo gracias a una gran depresión económica, causada por la sequía y las enfermedades consecuencia de la contaminación en el gran río en donde convergían los demás, por supuesto que todo esto solo afecto a los más desamparados, nunca a la maldita nobleza, que tanto Naruto despreciaba.

La primera vez que sucedió se crió como un animalito, fue su peor vida de todas y no le gustaba pensar en ella, hasta de ratas se alimentó, un niño hacía lo que sea por sobre vivir.

Naruto trataba de tener control de su cuerpo a meses de haber vuelto a nacer, mientras balbuceaba furioso, a lo que oído de la sirvientas eran tiernos gorgoritos, para el menor era una tropa de tacos y malas palabras mientras refunfuñaba por estar en esa vida de nuevo.

Veintitrés vidas eran suficientes, era como si su alma pudiera traspasar mundos y realidades paralelas, así que no siempre caía en la misma vida, era como el juego de la Oca, en todas sus vidas, siempre esa era la que se repetía, en las otras vivía en distintos mundos o distintas épocas, pero nacer como el príncipe olvidado era la que siempre se repetía, las primeros cinco vidas fueron ahí, las otras comenzaron alternarse una por medio, cada dos, pasaron cinco vidas antes para volver a esa nuevamente, pensaba que al fin nunca iba a volver ahí.

Alguna vez fui el Príncipe OlvidadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora