- Así que tú eres Forn - dice mi padre mirándolo de arriba a abajo.
- Sí, su majestad - hace una reverencia.
No me puedo creer que esto esté pasando, resulta que mis padres enviaron una carta a Forn para que viniese al palacio, ¡qué vergüenza!, ¿qué va a pensar ahora de mí?, por ahora todo va bien, ¿qué podría salir mal?
- ¿Entonces usted está enamorado de mi hija? - pregunta mi padre.
Me atraganto con el agua por la sorpresa y noto cómo mi cara se pone roja, veo que Forn me mira con cara de sorpresa y desvía sus ojos cuando se cruzan con los míos.
- Siento mucho decepcionarlo señor, pero yo ya tengo una prometida - dice.
De pronto mi sonrisa desaparece y siento cómo mi corazón se hace añicos e intento aguantar las ganas de llorar. Mi madre me mira y da un sorbo a su bebida.
- Se puede marchar joven.
Se levanta, hace una reverencia y se marcha. Entonces hago lo mismo y voy a mi habitación, allí me tiro en la cama y empiezo a llorar. Me despierto y me doy cuenta de que ya es la hora de cenar, alguien toca mi puerta.
- Cariño, soy mamá, ¿estás bien? - pregunta a través de la puerta -, ¿puedo pasar?
No digo nada y ella entra.
- Mamá, déjame, no me apetece hablar.
- ¿Tanto te gusta ese chico?, ¿por qué no pruebas a conocer al muchacho que hemos propuesto? - me acaricia la espalda.
- No lo entiendes, no me quiero casar con alguien que no conozco - empiezo a llorar.
- Dale una oportunidad al chico, no pierdes nada.
Al no tener respuesta, me da un beso en la cabeza y se va de la habitación. Después de eso, me doy un baño y me voy a dormir.
- Señorita, el desayuno ya está listo - dice una de las criadas abriendo la cortina de mi habitación.
- ¿Qué hora es? - bostezo.
- Las 11:00 y tiene visita.
- ¿Las 11:00?, ¿por qué no me habéis despertado? - salgo corriendo de la cama y voy al baño a prepararme.
Al bajar abajo, se acercan mis padres para darme un beso y juntos nos vamos a la terraza.
- ¿Qué hacemos aquí? - los miro.
- Hay vista, ha venido el caballero que será tu futuro marido - habla mi padre.
Los miro sorprendida y me cruzo de brazos.
- Demos la bienvenida a los monarcas de la dinastía de la luz, los reyes de Windsor - entra en la sala y hace una reverencia.
- Bienvenido caballero Alan, un placer conocerlo en persona.
- Princesa Astrid, un placer.
Se acerca y me besa la mano, justo cuando lo miro levanta la cabeza y nuestros ojos chocan.
- Un placer caballero Alan.
- ¿Le apetece dar un paseo? - me alarga su brazo.
Acepto su propuesta y nos vamos al jardín.
- Mira Alan, ¿te puedo llamar así? - lo miro.
Él solo asiente y nos paramos al lado de un banco.
- Realmente no me voy a casar contigo, yo ya tengo a una persona que me gusta.
- Si me disculpa su majestad, yo también tengo a alguien.
Ambos nos miramos y sonreímos, entonces nos damos la mano y la sacudimos.
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La princesa Astrid
RomanceHace muchos años, en Pauror, existían dinastías que luchaban entre ellos para ver qué pueblo se quedaba con la corona y domina el Palacio Real de Cristal. Astrid, la única hija de la de la dinastía de la luz, se enamora de un chico de su propio pueb...