Problemas. 4

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Justin venia entrando a casa alrededor de las tres de la madrugada. No estaba preocupada, estaba enojada, porque una persona razonable sabe que tu esposo no se queda cinco horas demás trabajando. Cerro la puerta de la entrada y con pasos silenciosos camino hacia la sala esperando que no me diera cuenta pero no le resulto.

-Estoy aquí Justin - dije con un tono malhumorado mientras cruzaba los brazos y lo miraba esperando alguna respuesta.

-Lo siento Amber se me hizo tarde- dijo con un largo suspiro.

¿Tarde? ¿Acaso me cree estúpida?

-Justin no soy estúpida pero ¿sabes qué? me vale, al fin y al cabo lo único que pasa es que estoy enojada- dije entre dientes con ironía.

-Haz lo que quieras- dijo por fin con desprecio.

Lo mire por última vez con los ojos entrecerrados y me di la vuelta para subir a mi habitación y encerrarme, no iba a echar a perder mi fin de semana libre de trabajar por el humor de Justin. De cualquier forma deberá disculparse por haberse portado como lo hizo. Lo que resto de la madrugada no lo pude dormir por el hecho el insomnio, me levante, me vestí, me arregle y baje a la cocina a prepararme el desayuno. Algunos minutos después él apareció con una expresión de culpabilidad, seguí desayunando como si no lo hubiera visto hasta que llamo mi atención.

- ¿Amber? - me llamo con su voz algo apagada y afligida, pero no le hice caso.

-¡Amber!- repitió de nuevo rogándome a contestarle.

- ¿Qué quieres Justin? - dije mirándolo desde el punto donde estaba parado.

- ¿Me perdonarías por anoche? - dijo con la mirada en el piso.

- Por supuesto que sí. - respondí sin darle importancia.

- Bien, gracias linda. Hoy iremos con tus padres, ¿No? – pregunto.

¡Mierda! mis padres, lo había olvidado por completo, mis padres odian a Justin.

- Si Justin, en un rato nos vamos.











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