Hoy, 1 de agosto, por fin. Ya tenía ganas de que llegara. Hoy es el gran día, el día en el que me voy al tan esperado campamento de verano. Me gusta muchísimo irme, me lo paso genial, porque estoy con mis amigas, y sobre todo con él, mi amor platónico, por así decirlo, ya que tiene 24 años. Es perfecto, tiene todo lo que a una mujer le gusta en un hombre, es atento, caballeroso, cariñoso, divertido, comprensivo,…
-Evelyn, baja a desayunar. – grito mi madre desde la cocina, interrumpiendo mis pensamientos.- ¡Que llegarás tarde!
-Ya voy mamá.- le conteste, mientras me dirigía al baño para darme una ducha. Cuando el agua estaba lo suficientemente caliente, me quite toda mi ropa y me puse bajo del chorro, sintiendo como iba cayendo el agua por mi cuerpo, relajándome completamente. Me quedaría allí bajo toda la mañana, pero debo salir si no quiero que mi madre suba a sacarme de ahí, que, por cierto es capaz de hacerlo. Me sequé y me puse la ropa interior dispuesta a buscar el atuendo perfecto para ponerme. Estuve un rato buscando hasta que lo encontré, me puse unos shorts marrones, y una camiseta de tirante blanca, con unos dibujos en la parte de delante, y como no, mis converse blancas.
- Buenos días mamá.- dije sonriente, bajando por las escaleras.
-Buenos días cariño.- contestó, dándome el desayuno.- Cuando acabes de desayunar, coges la maleta, que nos tenemos que ir.
Acabé de desayunar, y subí a mi habitación, cogí la maleta y revisé mi armario por si me había dejado algo. Cuando ya lo tenía todo listo, eché una última mirada a mi habitación, la cual no vería hasta dentro de dos semanas.
Bajé, puse la maleta en el coche, y pusimos rumbo a la estación de autobuses. Una vez allí, puse la maleta en el maletero del autobús, y me despedí de mi madre.
- Adiós Evelyn. – dijo mi madre dándome un fuerte abrazo. – Cuídate mucho.
- Si mamá.- le di un beso en la mejilla.- dale recuerdos a Lucas, adiós- me despedí con la mano y subí al autobús. Por si no lo había dicho, Lucas es mi hermano mayor, él tiene 22 años. No ha podido venir a despedirse porque está estudiando en Irlanda. Lo echo mucho de menos. Al fondo del autobús pude divisar a mi amiga, quien me meneaba la mano en forma de saludo. Correspondí el gesto.
- Carla, ¿como estas?- dije saludando a mi amiga, mientras me sentaba a su lado.
-genial, con muchas ganas de que empiece ya.- dijo emocionada.- ¿y tú?
-Muy bien, tengo unas ganas de…- y no pude seguí la frase porque alguien me interrumpió.
-Hola chicas, ¿como estáis?.- Dijo Harry enseñando sus dientes. ¡Dios mío! ¿Quería matarme con esa sonrisa?
-Muy bien- contestamos Carla y yo al unísono.
-Me alegro mucho, tenía ganas de veros.- dijo sonriendo, definitivamente, quería matarme con esa sonrisa. Se sentó a mi lado, y me rodeó con su brazo.- Estas más mayor Evelyn.
-Tengo casi 15 años.- dije yo, embobada en su mirada.
-¡Harry!- le llamaron. – Tienes que venir aquí, vamos a arrancar ya.
- Bueno chicas, debo irme, nos vemos después.- se despidió.
Y arrancó el autobús. Definitivamente, este iba a ser un gran campamento.
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Espero que os guste (: