1. Humo

18 3 0
                                    


El humo del cigarro subía silenciosamente entre los callejones de la ciudad, unos dedos ágiles sostenían el cigarro con elegancia mientras una mirada atravesaba las calles.
El aire comenzaba a enfriar mientras el cigarrillo alcanzaba sus labios y exhalaba el humo, en un ritmo continuo y sin pausas más que para uno que otro suspiro.
Escuchando tranquilamente en sus audífonos la dulce trompeta de The Rose Tattoo de Harry Allen. Una voz llevaba rato hablándole, intentando sacarlo de su ensoñación, hasta que jaló los audífonos de su querido amigo y le dijo con una sonrisa;
-Tierra a Taehyung, te he estado llamando y no me hacías caso-
Taehyung volteó a ver a su mejor amigo Jimin que lo miraba con curiosidad y una alegre sonrisa, cuando empezó a articular su respuesta -yo estaba-... Jimin lo interrumpió y terminó la frase que estaba comenzando;
-Escuchando jazz, lo sé, es lo que generalmente haces cuando fumas- con un movimiento rápido le arrebató el cigarro a su amigo y le dio una fumada para después tirarlo al piso y apagarlo.
-Hey, aún no me lo terminaba- se quejó Taehyung con su amigo, mientras este reía.
-Lo sé, pero nos necesitan a todos para tomar una decisión- contestó Jimin mientras se alisaba grácil su saco negro, Taehyung se desenrolló las mangas de su camisa negra y las abotonó, tomando fugazmente su saco café, sacudiéndolo ligeramente para ponérselo. Guardó sus audífonos y pausó la música que no se había detenido cuando llegó su amigo.
Entraron al enorme edificio, Jimin le alcanzó un dulce de menta para eliminar el aroma de cigarro de su boca, al mismo tiempo que el comía uno. Empezaron a subir unas escaleras que llegaban al pasillo principal de la empresa donde eran co-propietarios junto con sus otros amigos con quienes habían crecido. Las paredes blancas adornadas con algunos cuadros de grandes artistas, desde pintores antiguos a los más nuevos, el piso pulido de color crema hacía juego con la elegancia de la entrada principal, donde se encontraban unas enormes puertas de cristal y la recepción, caminaron audazmente hacia el elevador. Jimin presionó el botón del elevador y miraba de reojo a su amigo, que desde la mañana se encontraba perdido en sus pensamientos, sabía en el fondo que él no aprobaba lo que se tenía que hacer, pero, no había otro remedio, suspiró y esperó. El elevador llegó y las puertas metálicas se abrieron, los dos entraron rápidamente, Taehyung presionó el botón que llevaba hasta la parte de arriba de la empresa.
Jimin seguía volteando a ver a su amigo, hasta que Taehyung le habló algo exasperado.
-¿Por qué me ves tanto Jimin?-
-Mmmm nada más, has estado extraño todo el día Taehyung- le contestó Jimin serio.
Taehyung lo volteó a ver, observándolo directamente a los ojos, se acercó un poco más a el.
-Sabes que la decisión que se tiene que tomar no me gusta, pero no me queda otro remedio que aceptarla- le dijo. Jimin asintió pausadamente, Taehyung, suspiró, retrocedió un paso y en un murmullo dijo;
-Lo siento- mientras se metía las manos a sus bolsillos y su mirada seguía perdida en los números que aumentaban encima de la puerta metálica con un suave piano de música de fondo. Jimin puso su mano izquierda en el hombro de Taehyung y se lo apretó cariñosamente.
-Lo sé-.
El timbre del elevador sonó, al abrirse las puertas Jimin avanzó primero, Taehyung tomó aire y jaló ligeramente su saco y avanzó detrás de él. Caminando en un pasillo aún más elegante, con pinturas y algunas exposiciones de artistas contemporáneos. Sus pasos sonaban en el piso blanco que reflejaba las pequeñas luces de los candelabros de cristal, los zapatos negros de Jimin tenían un ligero tacón que hacía que sonara aún más el eco de su pisada, mientras que los zapatos negros de Taehyung estilo Boston apenas resonaban con su caminar elegante.
Le había ya crecido el cabello, tuvo que pasar su mano por los suaves rizos cobrizos ondulados para acomodárselo. Jimin llevaba el cabello negro amarrado en una media cola, haciendo que su tatuaje de Luna se viera en su nuca.
Al llegar casi al final del pasillo en una doble puerta enorme de madera de roble rojo se encontraba recargado con los brazos cruzados en un elegante traje azul rey, Yoongi quien los miraba con una mirada seria y al mismo tiempo apacible y amable. Así era él con ellos, los cuidaba por ser los más jóvenes junto con otro de sus amigos. Siendo como un hermano mayor, serio en los momentos necesarios y divertido en los demás. Se acercó a ellos y con voz ronca les dijo;
-Tardaron bastante, ¿lo fuiste a buscar la casa?- . Jimin sonrió y puso sus manos en los hombros de su hermano mayor y le dijo con una sonrisa.
-Hyung, no pasa nada, ya estamos aquí, entremos- le sacudió sus hombros y caminó pasando por la puerta de roble. Cuando Taehyung empezó a caminar siguiendo a Jimin, Yoongi lo detuvo un momento poniendo su mano en su brazo izquierdo y le preguntó amablemente;
-¿Todo bien?- una sombra de preocupación inundaba los ojos de su hermano mayor, Taehyung lo observó detenidamente y asintió rápidamente.
-No te preocupes hyung, entremos-.
Los dos entraron a la enorme oficina donde frecuentemente se reunían.
En la enorme mesa de madera oscura en la cabecera se encontraba su líder, todos eran co-propietarios de la compañía, pero él, el era quien realmente los lideraba y guiaba a hacer lo mejor, dentro y fuera de la empresa, junto con sus otros negocios quizás no tan legales, todos habían crecido juntos, los siete, se conocían de años, más que amigos, eran hermanos. La decisión que tenían que tomar, como dueños, era acerca de su otro negocio no tan legal. Eran los principales Kkangpae de Sur Corea, también conocidos como las Siete Estrellas de Oro del Sur, su organización se dedicaba a todo, el tráfico de armas, drogas y demás productos difíciles de conseguir, pinturas, esculturas y demás tesoros antiguos de todo el viejo mundo y lo nuevo, lo que sus clientes necesitarán, su personal se encargaba de conseguirlo y ellos de supervisar que todo se hiciera conforme quisieran. Y tenían esta empresa, como fachada principal de esos negocios, la cual se dedicaba a las inversiones.
Namjoon se encontraba en la cabecera con los brazos recargados en la mesa, su elegante traje gris lo hacía verse fiero e igualmente muy varonil, su cabello castaño claro peinado suavemente hacia atrás, con sus manos entrelazadas, observaba como Taehyung y Jimin tomaban sus respectivos asientos seguido de Yoongi quien se sentó a su lado izquierdo, mientras del derecho se encontraba el más grande de los amigos, Seokjin, todos lo llamaban Jin hyung por ser el mayor, sentado un poco alejado de la mesa con las piernas cruzadas su fino traje café, su saco desabotonado daba imagen a una camisa blanca, su vista estaba clavada en unos papeles y su cabello negro empezaba a crecer formando un suave flequillo. Mientras que de lado izquierdo después del asiento de Yoongi sentado mirando una laptop roja, estaba el otro mayor, Hoseok o Jhope, aunque los menores siempre le decían hyung. Con un traje de azul más claro que el de Yoongi, y una camisa blanca semi abierta del cuello, llevaba el cabello más corto que los demás de un color blanquecino, las raíces negras se empezaban a notar ligeramente en el cuero cabelludo, no despegaba la vista de lo que fuera que estuviera tecleando en su laptop, su nariz respingada se movía enfurruñada de vez en cuando, y entrecerraba la vista, mientras seguía escribiendo arduamente sobre las teclas con sus manos delgadas y finas. A lado de Jin se sentaba Taehyung y a lado de Jhope Jimin, quedaban casi frente a frente, después en el otro asiento vacío, se encontraba el más joven del grupo, conocido como el maknae de oro, Jungkook o JK (léase como Jeikei), hábil en artes marciales, boxeo, pintaba, hábil con los cuchillos y el playboy del grupo, estaba reclinándose de adelante hacia atrás en su silla, mientras observaba el candelabro, como siempre, ajeno a veces a lo que sucedía a su alrededor, con un traje morado oscuro, el saco abierto y una camisa negra, se había arremangado el saco, haciendo que se notaran todos sus tatuajes de su brazo izquierdo, su cabello negro estaba despeinado.
Joon hyung como lo llamaba Taehyung a Namjoon carraspeó, provocando que todos dejaran de hacer lo que estaban haciendo en su momento, todas las miradas de la estancia se centraron en él.
-Estamos reunidos, porque aún no hemos llegado a la conclusión de lo que vamos a hacer con nuestros socios de la otra organización, sabemos que lo que hicieron a nuestras espaldas está mal, ¿es correcto?- todos lo seguían mirando con seriedad, asintieron al unísono. Joon prosiguió hablando con calma;
-Sé que algunos piensan que lo que se tiene que hacer no es lo correcto - Observó rápidamente a cada uno - pero, es la única manera para que los demás no nos hagan lo que ellos acaban de hacer, es enviar un mensaje, medidas drásticas para acciones drásticas, ¿de acuerdo?, entonces, ¿estamos de acuerdo en que se va a llevar a cabo el plan?- todos guardaron silencio unos segundos, Jin miró fijamente a Taehyung, los dos se sostuvieron la mirada por ese pequeño lapso de tiempo, Taehyung relamió sus labios lentamente y después volteó a ver a Joon quien también lo miraba, al igual que todos. Taehyung entrelazó sus dedos y asintió bajando la mirada.
-Perfecto- contestó -entonces está hecho- presionó un botón que se encontraba a lado de él en la mesa, y a la puerta entraron varios hombres de traje negro y camisa negra, inmaculados, Joon los miró y dijo en tono fiero -se va a hacer- los hombres asintieron y se fueron.
Yoongi miró a Joon y le preguntó cautelosamente;
-¿Estás seguro que esto es lo que se tiene que hacer? Destruir el clan entero  de los Choi que ha trabajado con nosotros, ¿quizás podríamos darles la lección de otra manera?- Joon se levantó y puso una de sus manos en el hombro de Yoongi y le dijo fríamente;
-Se tiene que hacer, y lo sabes- apretó su hombro y se fue caminando galantemente - vayamos a comer- dijo mientras sacaba sus lentes de sol de su bolsillo y se los colocaba suavemente y caminaba hacia la puerta, los demás se levantaron. Jhope guardó su laptop en su mochila y Jin guardaba los papeles en su maletín. Jk se incorporó de un salto, y los demás siguieron el camino hacia la puerta, Jin se acercó a Taehyung y puso su brazo a su alrededor;
-No te preocupes Tae, esto pasará rápido- los dos caminaron hacia la puerta comentando otros temas, cotilleando y riendo entre ellos.
...
...
Hwang Ha-neul, caminaba tranquilamente con sus audífonos escuchando Love is Blue de Marty Robbins, moviéndose ligeramente, su larga cabellera castaña caía en pequeñas ondulaciones hasta su cintura y con su otra mano sostenía el paquete de comida china que había comprado para cenar con su padre, desde siempre habían sido ellos dos, sabía que el trabajo de su padre le tomaba mucho tiempo, pero siempre tenía tiempo para su pequeña hija de un ojo café y otro azul, su piel pálida hacia contraste con su blusa negra y sus jeans. A sus 26 años trabajaba en una pequeña editora, traduciendo libros y algunos guiones de películas, y de vez en cuando le dejaban trabajos de edición, eso le emocionaba porque llegaba a conocer escritores, había salido temprano de su trabajo y sabía dónde se encontraba su padre.
Antes de poder cruzar la  calle varias patrullas, ambulancias y camiones de bomberos pasaron veloces hacia el camino que ella iba a tomar.
Algo estaba mal, apretó su bolso y se puso a correr como sus piernas se lo permitieron, sus pulmones le ardían, y su corazón latía frenético, no podía respirar bien y aún así, estaba incrédula con lo que veía, un enorme incendio en la casa principal de donde trabajaba su padre se abría camino de forma abrasadora rodeando la casa y las demás pequeñas, el humo negro llegaba el cielo junto con las intensas llamas, el pecho de Ha-neul subía y bajaba mientras sus fosas nasales de su nariz en forma de nariz de gato se abrían y cerraban rápidamente. El paquete de comida china cayó al suelo junto con ella, sus ojos ardían del humo y las lágrimas de dolor empezaban a salir mientras ella se tapaba la boca. Su padre estaba ahí, él había estado trabajando con la familia Choi durante varios años.
-No hay sobrevivientes- decían los policías y los paramédicos, mientras los bomberos intentaban apagar el fuego. Ha-neul lloró, lloró como nunca había llorado en su vida, los policías intentaban hablar con ella, mientras la movían para hacerle preguntas, pero ella, simplemente no podía, su mundo se había derrumbado, su padre, maestro, compinche, mejor amigo, había muerto.

TaebearDonde viven las historias. Descúbrelo ahora