Flechazo: Sing x Eiji

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El corazón de Sing bailó al ubicar a Eiji en la esquina del primer pasillo de la Facultad de Artes.

Aprovechó el momento en aproximarse a paso rápido pero sin llegar a correr puesto que no quería asustarlo. Y es que le ha pasado con personas asustadizas cuando lo ven acercarse y gritan involuntariamente. En parte no las culpaba, debía ser una historia sacada de las pesadillas al ver a un hombre macizo de un metro con noventa andar como si fuese un titán.

Lo que menos quería era que Eiji le tuviera miedo, eso sería el fin para el pobre Sing.

Desde que vio a Eiji en una fiesta de la Facultad de Economía, la cual él cursaba, se enamoró de un flechazo. Charlaron, tomaron unas copas y bailaron toda la velada. Lo mejor que le ha pasado en su vida. Incluso, para mandar sus ilusiones hasta las nubes, una fuente confiable (un pajarito de mohawk morado) le confirmó que era gay.

¡Qué tan perfecto puede ser este destino! ¡Nada podría arruinar su amor a primera vista! Salvo... una persona.

Los ojos almendrados de Sing se oscurecieron al percatarse de una figura sigilosamente pasar por detrás de su crush.

—¡Eiji! — rodeó los hombros con su brazo. —. ¿Estás listo?

—¡Ah! — el rostro se le iluminó. —. ¡Ash! Pensé que tenías clases...

—Aún sin estudiar pasaré el curso. — sonrió ampliamente y arqueó su espalda.

—Eres un creído. — hizo un mohín pero luego se unió a las risas con el rubio.

Sí, su némesis en el amor... la sucia rata de Ash Lynx complicaba más su cortejo con el precioso de Eiji Okumura. Lo peor es que el japones siempre pone esa carita embelesada cada vez que ese estúpido aparecía.

¿Acaso Sing era el personaje desechable? Ese en las historias de romance que se enamora del protagonista y se sabe que es la segunda opción?

En un giró inesperado de eventos, Eiji lo vio por medio del rabillo del ojo, luego confirmó su presencia al girar su rostro y un espléndido rubor maquilló sus mejillas.

—¡Sing! — un ademán llamó más la atención de las personas. —. ¡Hola! ¡Aquí!

El aludido se maldijo así mismo. Fue descuidado y ahora tenía que ir y soportar esa mirada calculadora de Ash. Era sumamente molesto y pavoroso al mismo tiempo, pareciera que lo quería asesinar.

Sin embargo, no debía de acobardarse enfrente de su ser amado.

Por lo mismo, se aproximó tenso hacia ellos, forzando una sonrisa.

—¡Hey, muchachos! — una gotita de sudor se deslizó por su sien. —. ¿Qué les trae por aquí?

¡Argh, nuevamente esa fulminante mirada de lince de aquellos ojos verdes lo penetraban hasta la médula! Ese Ash Lynx no sabía como disimular.

—Pensaba ir al cine ahora — sonrió débilmente. —. Quise escribirte para saber si estás disponible hoy y fuéramos pero te vi pasando — parpadeó, reflejando un hermoso fulgor en sus ojos. —. ¿Puedes? Incluso... si estás ocupado... podemos ir otro día, ¿qué dices?

—Sí, Sing... Eiji ha querido ver esa nueva película de Batman contigo.

Sing hubiera aceptado sin tapujos a no ser que ese petulante y prospecto de novio de Ash no lo tuviera enganchado de su cuello. Además, esos ojos verdes esmeralda lo hacen estremecer y no podía concentrarse en la conversación; lo veía expectante y un poco ansioso.

Lastimosamente, Eiji ya estaba tomado para ese día. Perdió una batalla hoy, mas no la guerra.

—Lo siento, no podré...

Crack Love [+R18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora