Collateral Damage (snowbarry)

Avanzando y avanzando

Barry y el Dr. Wells se dirigieron a casa por la noche.  Caitlin y Cisco han estado jugando con los satélites durante horas tratando de encontrar una manera de hacer que su mapa tal vez sea un poco menos tal vez. 

"¿Qué pasa si apuntamos a las personas que estuvieron cerca de los productos químicos?"  Cisco sugiere.

"Mardon no estaba cerca de ningún químico. Estaba en un avión. El aire literal le dio poderes".  Caitlin dice. 

"¿Qué pasa con las áreas pesadas de materia oscura que se correlacionan con las personas que resultaron heridas esa noche? ¿Registros de hospitales?" 
Ella sugiere. 

"Los hospitales no mantuvieron buenos registros esas primeras semanas. Demasiados pacientes. Y no podemos estar seguros de que todos los afectados hayan resultado heridos esa noche".  Cisco corrige. 

Ambos soltaron profundos suspiros y se hundieron en sus sillas.  Tenía que haber una manera de tener una idea de cuántas personas se vieron afectadas y quiénes podrían haber sido.  Pero Central City era una gran ciudad y no hay forma de saber dónde estaba la gente esa noche.  Por ahora, decidieron dejar pasar el problema y esperar que no aparezcan más metas. 

"Caitlín".  Cisco comenzó.  Esperó a que ella se diera la vuelta y lo mirara. 

"Barry está despierto. No hay nada más que hacer aquí". 

Ella podía decir lo que él estaba sugiriendo.

"Ya es tarde." 

No quería ir a dormir a ese lugar hasta que las cosas de Ronnie se hubieran ido. 

"Todavía no estoy cansado".  Cisco respondió.  Sabía a dónde iba ella con esto, y no iba a dejar que lo evitara más. 

"Veamos qué podemos hacer antes del desayuno".  Él le sonrió. 

"¿Podemos eh... podemos recoger algo en el camino?"  Ella vaciló. 

No estaba segura de si él estaría de acuerdo con esto, pero valía la pena intentarlo. 

"Sí. Vas a conducir de todos modos". 

Caitlin siempre recoge a Cisco para el trabajo.  Se niega a comprar un coche.  Dice que si alguna vez necesita absolutamente uno, puede usar los SUV de Laboratorios S.T.A.R. Cisco agarra su mano, apaga las luces y salen. 

Después de pasar por la licorería y comprar dos botellas de tequila y un paquete de seis cervezas, llegaron a la casa de Caitlin que había estado desocupada durante nueve meses. 

Salió Cisco sosteniendo la bolsa de licor y la cerveza, y se quedó mirando su casa oscura, era pequeño.  Ella y Ronnie nunca quisieron nada grande.  Solo algo lo suficientemente grande como para formar una familia allí, pero nada demasiado espacioso.  Les gustaba la comodidad de una casa pequeña.  Ronnie creció felizmente así, y Caitlin nunca lo había sentido, así que funcionó para ambos.

El césped necesitaba urgentemente un mantenimiento y la puerta principal chirrió cuando la abrió.  Cuando entró, todo se le ocurrió demasiado rápido.  Fue como si la golpeara en la cara en el momento en que cruzó la puerta.  Se había dejado la maldita leche en la nevera.  Ella se dobló y amordazó. 

"Querido señor, ¿qué es eso?"  preguntó Cisco, metiendo la cabeza en la bolsa de licor marrón para escapar del olor. 

"Leche... la leche más agria".  Caitlin respondió con voz nasal mientras se tapaba la nariz. 

Ella y Cisco regresaron a la casa una hora más tarde con los brazos llenos de bolsas de supermercado con dulces, artículos de limpieza, bolsas de basura y cajas.  Ahora estaban vestidos con sudaderas de tiendas de dólar y camisetas con guantes de limpieza hasta el codo y máscaras faciales.  Ambos con el pelo recogido en moños altos y diademas.