Tokyo Revengers - OS

Ranley

Escuchar los latidos de su corazón lo relajaba muchísimo, mientras le acariciaba sus cabellos esponjoso y sentía su respiración calmada, se sentía amado

Ran sentía que por fin había encontrado a su otra mitad, al amor de su vida, lo sentía tan cercano que simplemente no creía tenerlo en sus brazos esa mañana

Se sentían vivos, amados, acompañados y protegidos. Encajaban como dos piezas de un rompecabezas

Los rayos del sol se asomaban por la ventana de la habitación del haitani, chocando contra la lisa piel de los hombros de Nahoya. Ran le depositaba varios besos en su cabellera esponjosa mientras el menor simplemente sonreía mientras pensaba "¿Así se siente amar y ser amado?"

Ran sabía que Smiley había pasado por duros momentos, algunos como desilusiones amorosas o infidelidades de personas que él creía que lo amaban. Ran quería demostrarle a Nahoya cuanto lo amaba y hasta donde llegaría por él, quería que se sintiera seguro de si mismo. Si algún día decidía dejarlo por alguna razón, quería que Nahoya lo hiciera seguro de sí mismo y sin remordimientos, amaba tanto a Nahoya que lo dejaría ir si se lo pidiera

Nahoya esperaba que Ran no lo dejara por alguna otra persona o alguna otra razón, esperaba sentir su compañía y amor todos los días, no quería que su momento feliz acabara por algun motivo (aparentemente inexistente, ya que Ran no pensaba dejarlo).

Nahoya no hizo nada más que aferrarse más fuerte al cuerpo de Ran para sentirlo más cercano, quería respirar su aroma muchísimo más fuerte, quería aprenderse de memoria ese tatuaje que tanto le atraía del mayor, todos los relieves de su piel, besar cada parte de el hasta cansarse (cosa que haría en algún otro momento), quería recordar todas las facciones de Ran, sus ojos violetas tan hermosos como siempre, sus labios que siempre estaban teñidos de un tímido color rosa, sus suaves mejillas. Simplemente quería pensar en Ran y imaginarlo a detalle.

Ran era de las pocas personas que conocía por completo a Nahoya. Para él, Nahoya era como un poema. Sabía cuando Nahoya se enojaba, cuando quería llorar, cuando extrañaba alguna cosa o acción que hacía el mayor.

Y Nahoya era de las pocas personas que conocía por completo al mayor, lo amaba con todo y sus berrinches.