Capítulo 3: Sentimientos inesperados

20 4 1
                                    

Licia

El sábado me levanté tarde, la verdad siempre me levantaba tarde pero ese día en especial tenía una sensación rara que nunca había sentido en una cita. Aunque no era una cita era para conocernos para hacer un trabajo, no me invitó porque quisiera salir conmigo. Pero me sentía con ganas y como nerviosa, intento repetirme que solo era para un trabajo que no le diera importancia.

La mañana se me hizo eterna estuve estudiando, hablando con mis amigas por el grupo de WhatsApp que tenemos y me prepare algo de comer. Debería haber comido con Estela pero de a lo mejor no me daba tiempo a volver.

Mi padre nunca estaba siempre estaba trabajando y mi madrastra siempre iba con él así que ya estaba acostumbrada a la soledad.

Mire que me podía poner, hacía un día normal ni mucho calor pero tampoco mucho frío a primeros de octubre. Al final después de una hora me puse unos pantalones campana vaqueros beige que combinó con una camiseta blanca ceñida a mis curvas y corta, con mis converse marrones.

Me maquillé un poco con un maquillaje ligero, metí todo lo que necesitaba en mi bolso blanco y justo llamaron al timbre. Intenté preparar mentalmente tanto como lo estaba físicamente.

Cuando abrí la puerta lo vi ahí estaba apoyado en el marco de fuera con un aire despreocupado y guapísimo. Llevaba unos pantalones negros rotos, camiseta blanca de nike y unos playeros nike. Pero tenía un toque distinto de cuando iba al instituto, pero a la vez no muy exagerado.

-Hola, ¿Qué tal?- me dijo sonriente.

- Bien ¿Qué tal tu?- respondí yo ocultando lo nerviosa que estaba.

-Bien también- lo último lo dijo riéndose y su risa era tan contagiosa que me reí yo también.

- Vale esa ha sido la peor forma de empezar una conversación- dijo recuperándose de su ataque de risa.

- Ya la verdad "hola ¿Qué tal?" es muy básico y un poco vacío. Yo creo que es una pregunta que se hace siempre como por educación.- dije sincera

- Si tienes razón, y la respuesta siempre suele ser bien, aunque en verdad no lo estés- siguió argumentando lo que dije.

Salimos de mi casa y me dijo que me quería llevar a un parque muy bonito que estaba como a las afueras del pueblo, sabía cual era, pero nunca había ido. Fuimos andando y hablando de tonterías de clase como que los profesores nos caían bien etc.

Cuando llegamos nos sentamos en un banco de color blanco en frente de una fuente y la verdad es que el parque era precioso no se por que nunca había ido.

- Bueno ahora que ya hemos hablado un rato de cosas sin importancia vamos a intentar conocernos mejor- dijo el alegre.

- Vale doy por hecho que lo básico lo sabemos- dije cortamente.

- Si Licia Harrison, 16 años, llevas viviendo en este pueblo 4 años con tu padre, tu mejor amiga es Estela Brain y lo que más te gusta en el mundo es leer. ¿He acertado en todo?- dijo él tan tranquilo, cuando había resumido casi toda mi vida.

- Si has resumido mi vida, y siento decir que yo solo sé : Rick Logan, tienes 17 años, tu mejor amigo es Archi Grand y ¿Te gusta fumar?- dije lo último en tono de broma.

-Lo primero solo se de ti lo que todo el mundo sabe pero creo que hay más cosas que contar. Y todo lo demás que has dicho bien menos el tabaco. No fumo ¿En qué momento has deducido eso?- dijo burlón.

-No se es que se me vino a la mente- dije un poco avergonzada.

-No pasa nada, es imposible que lo sepas. Haber te resumo vivo aquí desde que nací solo me fui un año pero volví. Vivo con mi madre y ya está- me contó, aunque me dio la sensación de que ocultaba muchísimo más.

Y nos pasamos la tarde paseando por el pueblo, me invitó a un helado y hablamos muchísimo. Descubrí que a él le gustaba leer como a mi, eso no lo sabía. Estuvimos riéndonos de todo. Pero no tocamos temas fuertes como familia, vida personal. Me quedé con ganas de preguntar fue ¿Que paso con su hermana? y ¿ Por que se fue un año?

Al final fuimos caminando hasta mi casa y le ofrecí que cenaramos en mi casa que tenía comida de sobra y que si no tendría que cenar sola.

Al final aceptó y pedimos pizza . Estuvimos riéndonos y viendo series de Netflix. Me sentí muy yo cuando estaba con él y muy libre, era raro pero no sabia como expresarlo.

-Así que esta es tu pequeña estantería- me dijo mirando mi estantería llena de libros.

- Vale no es tan pequeña- admití riéndome.

Estuve un rato mirando mis libros subrayados y frases. Y diciéndome cuales se había leído y recomendándole algunos. Mientras yo estaba tumbada escuchándolo en mi cama.

Y en ese momento estaba tan feliz tan llena de vida como yo. Él me hacía brillar.

Y empezamos a hablar de libros, de frases y de que nos parecían las escritoras. Luego estuvimos escuchando música tumbados en el suelo hasta la madrugada.

- Me tengo que ir a casa, es tarde- lo dijo con voz triste como si no se quisiera marchar.

-Te acompaño abajo- nos levantamos y bajamos las escaleras hacia la puerta.

Y me di cuenta de que yo tampoco quería que se fuera, que lo había pasado genial con él. Y que no se había ido y ya lo extrañaba.

-Bueno ha sido un día maravilloso, con una chica increíble- dijo él alegremente.

-Si me lo he pasado genial, gracias- dije sincera.

-Nunca me des las gracias eres la chica más maravillosa que he conocido y si alguien tiene que agradecer al otro soy yo a ti por tus sonrisas. Por que no se si lo sabes pero brillas y ver tu luz es tan jodidamente bonito, verlo desde fuera es maravillosos así que gracias- dijo dejándome alucinada.

No pude contener las ganas y lo besé. No era mi primer beso, me había besado muchas veces. Pero aquel beso fue diferente a todos los que había sentido en otros, era un beso con algo más era apasionado pero a la vez salvaje. Fue sin duda el mejor beso de mi vida. No podría decir cuánto duró pudo ser horas o minutos.

Al separarnos teníamos los labios rojos, estamos sonrojados. Y estábamos jadeando.

-Me quede sin decir nada. Porque no sabia que decir había sentido demasiado con ese beso y me quedé sin reaccionar.

Estuvimos un rato abrazados y luego él reaccionó.

Me tengo que ir pero mañana paso a verte-lo dijo medio dudando

- Si estaré en casa toda la tarde- dije casi sin poder hablar.

Me beso cortamente y se fue dejándome sola con un montón de dudas de preguntas y de emociones y sin saber muy bien qué es lo que pasaría después de ese beso. 

Y ese fue el momento en el que me di cuenta de que un beso puede despertar muchos sentimientos inesperados.

¿Qué ocultas?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora