El encuentro con Edward

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Scarlette va corriendo por la calle porque se le ha hecho tarde para llegar a su nuevo empleo. La ciudad al darle acogida a visitantes muy ilustres por una larga temporada ha tomado la decisión de abrir nuevas vacantes en diferentes áreas empresariales, comerciales y emporios. Entre ellos secretarias, gerentes, archivadores.

Una oportunidad de oro para la chica que lleva meses buscando empleo de archivadora.

Ha dado su mayor esfuerzo para lograr obtener ese empleo que le ayudará a sustentar las necesidades básicas de su madre que tiene una enfermedad muy dolorosa y ya no puede laborar y las de ella misma. Por tal motivo se esfuerza por llegar a tiempo a este nuevo lugar.

Pero al parecer las cosas no son como las ha planificado ella, el destino le tiene marcada una nueva trampa, que la marcará y la llenará de dolor. Ella sigue corriendo para llegar a su nuevo empleo.

Un chico viene corriendo y busca camuflarse de sus perseguidores.

— Por favor— le dice a un joven que va por la calle— ¡Véndame su ropa!

El hombre lo mira con extrañeza.

— ¡Esta loco! — frunce el ceño — allá hay un almacén, compre lo que desee— le señala con la mano.

El chico de ojos azules solo río de buena gana.

— Necesito la ropa tuya porque ya está usada— sacó un fajilla de billetes— además te doy la mía que es muy cara.

El joven parecido a él en estatura solo miro los billetes y casi los arrebato.

— Por si estás jugando conmigo— le dijo y comenzó a quitarse la ropa e intercambiaron prendas en un callejón solitario.

— ¡Gracias! — dijo el joven y siguió con su carrera. Había perdido de vista a su guardia y le importaba muy poco si sus padres se enojaron con él. Estaba al borde del colapso con sus normas y prohibiciones. Solo quería divertirse, aunque fuera solo un día de aquel viaje.

Scarlette en su carrera tropieza con este joven, alto, rubio de ojos azules muy profundos haciéndola caer aparatosamente contra el piso.

— ¡Ay! — exclamó cuando cayó al suelo.

El joven también se tambaleo, pero no cayó y avergonzado miraba a la chica en el suelo y se incomodó de gran manera.

— ¡Lo siento! — dijo el joven apesadumbrado y que miraba hacia ambos lados de la calle — de verdad lo lamento.

Ella está sentada en el piso y se dio cuenta que su falda se rompió y al igual que el tacón de su zapato.

Miro al joven con ganas de insultar, pero aquella cara angelical toda colorada y avergonzada solo la hizo resoplar y dejar salir el aire de sus pulmones.

— No te preocupes – dijo con una sonrisa de tristeza — Al menos no hay huesos rotos. Ella tenía una sonrisa tímida mientras trataba de levantarse.

El joven rápidamente le dio la mano y la ayudó a levantarse y recogió los objetos que se habían caído al piso.

— La verdad, lo lamento muchísimo — dijo joven mientras le entregaba los objetos a la chica — lo que pasa es que estoy huyendo de unas personas que me quieren hacer daño.

Scarlett levantó la mirada con preocupación.

— Ve a la policía — le dijo a ella sin saber que era mentira del joven— si no has hecho nada malo, ellos te podrán ayudar.

El joven se perdió en aquella mirada verde y simplemente sonrió.

— La policía no podrá ayudarme de la persona que estoy huyendo. Él es demasiado poderoso.

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⏰ Última actualización: Apr 05, 2022 ⏰

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