Capitulo 1

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Una pequeña Rayleen corría por las calles de Winchester en pleno mediodía, había robado un par de manzanas del mercado y no quería que nadie la descubriera.

Rayleen es de cabellos negros y unos hermosos ojos negros heredados de su padre , con la estatura de normal de una niña de su edad, con un carácter incontrolable  y una joven de coraza fuerte y valiente.

Todo gracias a la vida que le había tocado.

Esquivando las personas llegó a su casa.
-el burdel donde trabaja su madre- Entró tratando de no chocar, ver o oír a las personas que se encontraban en aquel lugar.

Al fin llegó a su habitación, era pequeña con una cama de paja no muy cómoda, y una ventana desde donde podía ver las puertas del castillo.

Siempre lo veía desde allí o cuando estaba por la taberna, pero nunca tenía el valor para poder hablar con él.

Sabía por su madre que el estaba consiente de su existencia, pero al parecer eso no le importo, ya que no se tomó en tiempo de conocerla.

Su madre nunca estaba con ella, y las veces que estaba solo la hacía sentir mal, no era una buena madre pero al menos le dio un lugar donde dormir. La madre de Rayleen es prostituta y su padre guardia real que no se hizo cargo de la bastarda en la panza de la puta.

No era feliz, pero existían vidas peores.

Escondió las manzanas en la funda de su almohada, para comer más tarde. Se quedó sentada en su cama mientras jugaba con unas varitas de árbol.

Aunque su padre no la reconociera, algún día deseaba poder tener su talento con la espada en batallas para el rey.

No sabia aun como iba a aprender pero era su deseo, y dicen por las calles que Dios siempre cumple los deseos de los niños.

La niña de 10 años jugaba cuando desde afuera se escucho el grito de los hombre que decían "abran las puertas", de inmediato se asomo por la ventana, para verlo entrar en su hermoso caballo y su espada llena de sangre de enemigos de la corona. Se preguntaba si eso lo podría hacer ella.

Para la niña en ese momento mientras veía a su padre por la ventana festejar su victoria, era su parte favorita del día.

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Esa noche no era diferente a las otras, siempre entraban y salían hombres. A veces tenía que poner maderas en su cuarto para que no entraran y creyeran que se podían aprovechar de ella.

Pero tenía su escape.

Ir a la taberna donde tomaba Leofric, a escuchar sus historias. aunque no se acercara mucho.

Fue caminando entre la calles, hasta que llegó a ese lugar donde habían hombre borrachos, mujeres en sus piernas, y hombre peleando. Lo vio hay con sus amigos disfrutando, su tranquilidad la hizo sentir mejor.

Era con el, en donde quería estar.

No lo pensó mucho y se acercó a tocarle la espalda con el dedo, para llamar su atención.

- Que quieres mocosa? - se volteo el a mirarla

- Es mi Padre - estaba tan nerviosa que fue lo único que le salio de la boca.

Se llevó un gran decepción al escucharlo reír de ella con sus amigos, eso le rompió el corazón.

- Ve te a dormir con tu madre mocosa - habló el dándole la espalda.

Rayleen solo pudo sollozar y salir corriendo con su cara llenar de lagrimas.

No lo esperaba así, no se imaginaba así. Solo podía escuchar su risa en su cabeza mientras corría, y entonces cruzando una equipar choco con un cuerpo, cuando levanto la vista, vio un padre.

- Que haces corriendo tan de noche, eh - el le hablo tan amablemente, que la pequeña solo pudo a atinar a abrazarlo.

Necesitaba sentir que alguien la quisiera, solo un poco de amor.

- ya, ya, ya - el padre le daba pequeños golpes de cariño en la espalda - dime que te tiene así? - el agachó para hablarle mejor.

Ella solo lo abrazo otra vez, el padre estaba preocupado por lo le había pasado a esta niña.

- Soy el padre Beocca, quieres pasar a tomar un poco de té? - se presentó, y luego le señaló la casa frente a ellos - quiere un poco de té, para calmarte? -

Asintió y lo acompaño a la cabaña, era más grande, pero solo para una persona. se sentó en silla frente a la mesa a esperar el té mientras pensaba en sí decirle la verdad.

Mientras Beocca pensaba en cómo hablar sin presionarla.

- Bien ya está - se sentó frente a ella, colocando las dos tazas de té en la mesa.

- Gracias - logro pronunciar por fin, y le dio un sorbo a té. Estaba caliente pero era lo mejor que té que había probado antes.

- Entonces dime que te tiene así? - pregunto el padre lentamente.

Las largas cayeron sin permiso al pensar el situación que paso anteriormente.

- Yo solo quería saludarlo, y decirle que soy su hija, yo deseo ser como el - le explico mientras gimotiaba, tratando de secarse los mocos - pero el no me reconoce, quiero un padre como el que tienen las princesas - bajo la cabeza llorando.

Beocca se acercó a sentarse a su lado y la abrazo por los hombros.

- "El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas del que no tiene ninguna", 40:29 de Isaías - el padre quería saber quien era el hombre del que hablaba la pequeña. - Dios siempre nos da su fortaleza, para soportar cualquier situación, así que no llores algún  día el se dará cuenta de su error -

Rayleen lo miró a los ojos, y por primera ves se sintió segura con un hombre.

- Usted tiene quien lo ame? - le preguntó

- Claro que si, tengo a Dios - le respondió

-Y donde esta el? - pregunto confundida

- En nuestro corazón? - le respondió con cariño.

- Como va entra en tu corazón, esta loco, ya hubiese muerto - Rayleen arrugo el ceño.

- No Así - Beocca se río.

- y entonces? - la niña tenía dudas.

- Yo te voy a enseñar - le prometió.









𝚂𝙴𝚁𝙴𝙽𝙳𝙸𝙿𝙸𝙰  - Finan de Agile- Last Kingdom Donde viven las historias. Descúbrelo ahora