Jimin tiene una crisis existencial y decide develar en Twitter los secretos de sus compañeros de Universidad y entre ellos tambien el suyo... que está perdidamente enamorado de su mejor amigo Jungkook desde hace años.
¿Qué pasará cuando tenga que e...
Cuando Jungkook se despertó la cabeza le retumbaba de dolor y lo único que quería hacer era correr a su casa y enterrarse entre sus sábanas.
La casa de Ji-eun estaba silenciosa, seguramente los padres de ella se habían levantado temprano e ido a trabajar. No sería la primer vez que lo vieran dormir en el sillón, por lo general cuando se quedaba a pasar la noche hacían ese simulacro para que su suegro no lo castre, y luego cuando todos durmieran el pelinegro se metería a hurtadillas a la habitación de su novia para dormir juntos.
Se levantó con el cuerpo algo adolorido y fue directo al baño, lavó su cara y sus dientes con un cepillo nuevo que sacó del cajón. Conocía esa casa como la palma de su mano, él y Ji-eun eran novios desde hace más de tres años.
Cuando volvió al living comenzó a buscar su teléfono, le había parecido escucharlo sonar.
Lo tomó y lo primero que llamó su atención fueron las notificaciones de WhatsApp. Jimin le había escrito.
Esperanzado abrió el chat, esperando encontrar una respuesta positiva a todos sus mensajes.
Lamentablemente encontró todo lo contrario.
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En shock sería una buena descripción de cómo estaba Jungkook en ese momento.
No entendía nada de nada.
Bastó que entrara a revisar su Twitter para comprender exactamente lo que había pasado.
Ji-eun había cruzado la línea nuevamente y esta vez no habría lágrimas de cocodrilo que la salvaran.
Respiró varias veces intentando calmar la furia que corría a través de todo su cuerpo.
Mientras lo hacía escuchó pasos que bajaban las escaleras. Tenía que ser ella.
Levantó la vista y ahí estaba, radiante como siempre, sonriéndole como si nada hubiera pasado.
- ¡Bebu te despertaste! Quería sorprenderte con el desayuno- exclamó.
El pelinegro la miró atónito ¿Cómo podía actuar así después de lo que hizo?
Se acercó a él y le plantó un beso en la mejilla para luego ir hacia la cocina.
-¿Querés tostadas con huevo?- la escuchó preguntar.
Inmóvil todavía en el sillón no podía creer lo que estaba viviendo.
Abrió su Twitter y buscó la última publicación decidido a encararla.
Una vez frente a ella le puso el celular a la altura de los ojos.
-¿Me podés explicar que es esto?- dijo serio y lo más tranquilo que pudo.
Ella sonrió.
-¡Ay bebé fue en broma! ¡Me pareció divertido robarte la cuenta por un rato!- contestó como si fuera una simple travesura.
