El comienzo de la desesperación

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Correcto.

Habían caído como conejos en la trampa de un cazador... Todos recuerdan claramente como la pelirroja había estado luchando desesperadamente, como todos habían derramado sobre el campo de batalla sus energías y su coraje, todo para una vida estable, todo por una vida en paz...

Pero malditos sean los dioses, pero maldito sea el destino. Un error, un segundo... Eso había logrado que su comandante, que Cale Henitsuse fuera atrapado por las garras del bastardo de Dios...

Ilusión.

Eso era algo que tenía ya harto al pelirrojo, ¿en cuantas ilusiones no había caído ya en los últimos años? Bueno en realidad en muchas, pero él lo sabía, él lo sentía; está era diferente. El dolor de su cuerpo, la desgarradora sensación que corría desenfrenada por su alma... Un par de ojos azules sin vida, dos pares de ojos dorados sin responder, la inexistente vista de la presencia viciosa a la que ya se había acostumbrado... Y a la desolada vista de un campo sin su familia.

Todo había sido por un descuido, sus aliados eran fuertes, su familia era fuerte. Pero... Un segundo, igual que instante ese pequeño segundo fue suficiente para que todo se fuera a la mierda. Uno a uno fueron cayendo, si hubiera sido más rápido, si hubiera sido más fuerte, si no les hubiera quitado la vista encima... Una vez Choi han le había preguntado ¿ Y si el pequeño dragón te termina siguiendo, qué harías Cale-nim? Su respuesta había sido él no creía en los Y si... Pero, pero ahora se detenía a pensar, y ¿si él fuera más hubiera evitado la masacre que ocurrió justo en frente suyo?

No sabía si estaba vivo o muerto, realmente ya nada de eso le importaba, sus hijos habían muerto, sus amigo igual, s- su hyung e-el, el también; todo por proteger lo... Porque siempre debía de ser de esa forma. ¡PORQUÉ! ¡PORQUÉ! ¡PORQUE! ¡PORQUÉ!

-Chico...

Una voz desconocida grito en el silencio... No, no gritó; tampoco era desconocida... El bastardo dios de la muerte volvía a aparecer ante él.

-¿Si mataba un dios él se convierte en uno?

Justo ahora la idea sonaba como miel en sus oídos.

Los registros de los últimos acontecimientos se producían en su cabeza como un disco dañado, repetitivo y sobrecargado.

-cale

-¡Tú! Bastardo de Dios ¡Hijo de puta!
-¡Cale, calma, aún hay una oportunidad!
-¿Qué?
-Aún puedes corregir ese error, solo debes de...

Dolor, oh gran dolor que hace de los humanos seres miserables, que los hace aferrarse a las más mínimas oportunidades.

La voz del dios de la muerte en aquel lugar desprovisto de vida, en aquel instante donde su cordura había decidido irse de vacaciones dejándolo solo, desolado y desesperado; le había sonado al susurro del diablo bañado en una dulce melodía.

Una oportunidad, esa palabra resonaba en su cabeza... si la usaba y corregía los errores, ellos estarían acá.

Los poderes antiguos que escuchaban todo lo que estaba pasando empezaron a gritar, ellos habían muerto por una causa mayor, por un desastre colosal, por el bien de los demás, ellos se habían encarcelado a su mismos en la tarea de salvar al que no podía y mentirían si decían que no habían muerto con arrepentimientos; todos y cada uno habían muerto con sueños sin cumplir, con deseos de hacer cosas, con anhelos de ver más a los que ellos habían considerado como su familia

Así que cuando cierto pelirrojo apareció en donde sus voluntades descansaban desde el momento en que perecieron, fue contundente, un pelirrojo débil, mal hablado y rudo... pero con un gran y blando corazón, que no solo ganó sus poderes sino que resolvió sus rencores; habían visto al chico sangrar, preocuparse, tomar la parte más mala de las cosas todo por evitar el dolor y sufrimiento de los suyos, ver cómo consciente e inconscientemente el pelirrojo siempre extendía su mano para ayudar al necesitado.

Cale Henitsuse era una persona preciosa que no sabía que era preciosa por sí misma, así que si ellos jamás reprochaban el hecho de que cale en algún punto terminará por absorber sus voluntades y... que ellos terminarán de acompañar al suicida pelirrojo; pero cale, cale Henitsuse les había dicho que tomaría un camino que no perdieran a ninguno, que habían empezado está historia juntos y que era su deber de que todos los personajes terminara de ver el final de la historia, de la historia de su lucha, de la historia de su vida

Ellos habían buscado los medios, habían dado las indicaciones, habían desenterrado los artefactos.

Ellos se quedarían aún si un dios aparecía frente a su portador. El primer y último portador y si la voluntad de éste era una meta ellos la volverían una realidad, porque después de cale jamás habría un segundo, eso era algo que todos habían decidido, ellos dejarían este mundo cuando el mismo se fuera.

Deja de soltar mierda y empieza de una puta vez.

La Última PruebaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora